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En Camino Hacia la Navidad
Con el primer Domingo de Adviento, iniciamos nuestra preparación hacia la Navidad. Aquí en la frontera, prepararse para la Navidad, teniendo en cuenta el entorno cultural


Por: P. Osvaldo | Fuente: Obra Salesiana de Nogales



Mis Queridos Hermanas y Hermanos,

Con el primer Domingo de Adviento, iniciamos nuestra preparación hacia la Navidad. En la frontera, prepararse para la Navidad, teniendo en cuenta el entorno cultural, significa:

-hacer ‘cola’ para ir de compras al otro lado
-posadas que más bien terminan en borracheras
-compromisos sociales en exceso y muchas desveladas
-intercambios de regalos de Santa Claus
-ir de ‘shopping’ a los centros comerciales que están repletos de gente
-ir a visitar familiares y parientes o esperar que nos visiten ellos
-comprar boletos de pasaje y hacer ‘colas’ en terminales y aeropuertos
-pasarse horas revisando los catálogos de los grandes consorcios
-preguntarle a los niños ‘¿Qué quieres que te traiga Santa Claus?’
-checar disponibilidad de video-juegos, ‘game boy’, ‘nintendo’, etc. en sus versiones más recientes
-enviar tarjetas de Navidad a una larga lista de amigos, por compromiso
-decidir cómo gastar el aguinaldo mucho antes de que se recibe
-comprar ropa ‘de marca’ para no quedarnos atrás en la moda
-comer en exceso toda la temporada
-instalar y decorar el árbol de Navidad y la casa
-empacar regalos
-tomar fotos de los niños con un ‘Santa Claus’
-dotar a los niños y adolescentes de muchas cosas que no necesitan.

Como comunidad que queremos vivir el Evangelio debemos tomar una distancia crítica frente a esta corriente cultural. La pregunta que debemos plantearnos es:

¿Cómo debe vivir la Navidad un creyente?

Y a nivel comunidad: ¿Cómo debe nuestra comunidad prepararse para Navidad, partiendo del Evangelio?

El reto que nos toca afrontar es en definitiva recuperar el sentido
Cristiano de la Navidad, reaccionando firme y valientemente ante una postura y comportamiento que más bien huelen a paganismo. Sin Jesús, simplemente es un 25 de Diciembre, con la única variante de que uno amanece espiritualmente ‘crudo’ al día siguiente.

El sentido Cristiano de la Navidad es: Recibir el gran regalo que Dios Padre en su amor inmenso hacia nosotros nos hace al enviarnos y darnos a Jesús, su Hijo nacido de una mujer, la Virgen María, como el Salvador del mundo, de nuestras familias, de nuestra vida. En este sentido, sólo hay Navidad si acogemos a Jesús el Salvador como regalo de Dios. En síntesis, Jesús es la Navidad.

Por eso, cómo es importante que programemos una Navidad Cristiana y no simplemente unas ‘fiestas decembrinas’. ¿Qué implica esto?

Ejemplificamos:

-Durante el período de Adviento
* Participar en la misa de cada Domingo, que progresivamente nos conduce al encuentro con el Salvador

* Reunirse diariamente en familia para invocar la llegada de Jesús como el salvador de la Familia, que le permite superar problemas, crisis, etc.

* Personalmente, descubrir la necesidad que tenemos de Jesús
como Salvador de nuestra propia vida, mediante un examen de
conciencia profundo, para determinar en qué lo necesitamos a El, para cambiar y renovarnos, acudiendo al sacramento de la confesión.

Es por eso que el grito que brota del corazón como invocación y
súplica es ‘¡Ven, Señor Jesús!’. Nos puede ayudar en todo esto la corona de Adviento, si la sabemos utilizar con espíritu de fe y oración, así como también preparar en nuestros hogares el Nacimiento, recuperando una tradición Cristiana.

-En la Nochebuena:
* Lo más importante e indispensable para una Nochebuena es
participar en la Misa: Es allí donde Jesús se nos da y lo recibimos para que nazca en nuestra vida.

* La oración en familia: para decirle a Jesús que le brindamos
posada en nuestro hogar.

* La reconciliación con quienes nos rodean para que todos
disfrutemos de la paz que los ángeles han proclamado en el portal de Belén: “Paz a los hombres amados por Dios”.

Con este espíritu, les deseo de corazón, a nombre de nuestra
comunidad Salesiana, una Santa Navidad, llena de la presencia de Jesús Salvador en cada hogar y en cada corazón.







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