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Jorge Bergoglio y la dictadura argentina
Varios referentes de la defensa de los derechos humanos han negado la participación de Bergoglio en los hechos ocurridos durante la dictadura.


Por: Xavier Villalta | Fuente: Catholic.net



Aún la Iglesia no terminaba de recibir con alegría la noticia de quien era su nuevo Papa y ya surgían voces queriendo desprestigiar la trayectoria del Cardenal Jorge Bergoglio, esta leyenda negra en ciernes debe ser desmentida antes de que crezca, y para ello tomaremos los testimonios de personalidades argentinas, algunas incluso contrarias a la Iglesia Católica, pero que no tienen reparo alguno en indicarnos lo que conocen sobre el tema.

Los Testimonios

Alicia Oliveira, ex jueza y luego defensora del pueblo de la ciudad de Buenos Aires testifica que "puedo dar fe de que él estuvo siempre a favor de los más necesitados, durante la dictadura no estaba a favor de todo eso, inclusive ayudó a mucha gente a salir del país, que se diga eso de él es una infamia... Una vez había un joven que no podía salir porque estaba muy marcado. Pero era parecido a él. Le dio su cédula y su clergyman para que pueda escapar".

Sobre el caso de Franz Jalics y Orlando Yorio, sacerdotes jesuitas secuestrados durante la dictadura, Alicia Oliveira indica que "Jorge (Bergoglio) les repitió que se tenían que ir porque los militares los iban a buscar, ellos no le hicieron caso. Luego hizo lo imposible para buscarlos".

Sobre este mismo tema la Senadora Graciela Fernández Meijide, ex integrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) indica "No tengo ningún dato que lo relacione con una cuestión de colaboración con la dictadura... yo estuve todos los años de la dictadura en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y recibí cientos de testimonios, en ningún momento se nombró a Bergoglio. Después, en la CONADEP, lo mismo. Nadie lo mencionó ni como instigador ni como nada".

El premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, conocido activista de los derechos humanos, también negó que el nuevo Papa, tuviera vínculos con la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. En declaraciones a BBC Mundo, Pérez Esquivel dijo que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no... sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía... no hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura".

Y si estos testimonios no bastan, veamos lo que el P. Franz Jalics publicó en la página web de la Compañía de Jesús en Alemania (donde vive ahora):

"Mientras vivía en Argentina, junto con otro jesuita, Orlando Yorio, los militares nos detuvieron, pero la causa no fue una denuncia de Bergoglio, sino la detención de uno de sus colaboradores laicos".

Los militares descubrieron por su medio su relación con los jesuitas, quienes fueron detenidos e interrogados "durante cinco días". El oficial encargado reconoció su inocencia y les prometió la libertad. "A pesar de esto, de forma para nosotros inexplicable, nos mantuvieron en prisión durante cinco meses, atados y con los ojos vendados" en una de las prisiones clandestinas del régimen. El religioso en ningún momento acusa a Bergoglio.

Él explica que tras su liberación se fue de Argentina y no tuvo la ocasión de hablar con el provincial de los jesuitas, el padre Bergoglio. Ahora bien, años después, pudo hacerlo, cuando el superior jesuita ya era arzobispo de Buenos Aires.

Jalics explica que en esa visita ambos pudieron conversar sobre lo que había sucedido. "A continuación, celebramos la Misa en público y nos abrazamos de forma solemne. Estoy reconciliado y doy los hechos por cerrados", concluye el jesuita.

En el año 2010, Bergoglio fue llamado a testimoniar por estos hechos, pero Jalics se negó a presentarse ante el tribunal, pues no consideraba culpable a Bergoglio.

Por su parte, la Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, ha publicado dos cartas dirigidas a la familia Jalics, firmadas por el actual Papa en 1976, en las que afirmaba que estaba haciendo todo lo posible por la liberación del religioso.

En la primera, escrita casi toda en latín, que lleva fecha del 15 de septiembre de 1976, puede leerse: "He tomado muchas iniciativas para llegar a la liberación de su hermano, hasta ahora no hemos tenido éxito".

"Pero no he perdido la esperanza de que su hermano será pronto liberado. He decidido que la cuestión es tarea mía".

Aludiendo a sus disensiones con Jalics, Bergoglio prosigue: "Las dificultades que su hermano y yo hemos tenido entre nosotros sobre la vida religiosa no tienen nada que ver con la situación actual".

Después, en alemán, afirma: "Ferenke es para mí un hermano". "Tengo amor cristiano por su hermano y haré todo cuanto pueda para que vuelva libre".

Como explica el 18 de marzo el diario italiano "La Repubblica", "eran tiempos duros: el entonces padre general de los jesuitas, Pedro Arrupe, había condenado la vita in borgata de los dos sacerdotes, pidiéndoles que se fueran o que salieran de la orden. De ahí surgieron las diferencias de posición sobre la vida religiosa a las que aludía Bergoglio".

El día después de su liberación, Bergoglio escribió al hermano de Jalics una segunda carta. "La falsa noticia, según la cual Francisco había sido asesinado, se nos refirió también a nosotros, pero nunca la quise creer, pues tenía informaciones sobre ambos sacerdotes. A menudo la gente habla demasiado en lugar de contribuir a encontrar soluciones".

Esperamos con esta información sirva para cortar de raíz una leyenda negra que está queriendo surgir.

Fuentes periodísticas: Publico.es; Perfil.com; Clarin.com; Aleteia.org







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