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III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades
Documento Final. Los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades de América Latina y del Caribe en Misión Continental Permanente


Por: . | Fuente: http://www.celam.org



Los 12 Obispos Responsables de los Movimientos de las CC EE, los Delegados y los Representantes de 32 Movimientos de 19 países de AL y el Caribe para un total de 87 participantes del III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, convocados por el Departamento de Comunión Eclesial y Diálogo del CELAM, realizado en la ciudad de Atyrá (Paraguay) del 2 al 5 de septiembre de 2010, nos hemos congregado para intercambiar, movidos por el Espíritu Santo, vivencias y reflexiones sobre las diversas realidades con vistas a la gran Misión Continental Permanente, que como porción de la Iglesia debemos llevar adelante, junto a nuestros Pastores.

Responsables del CELAM, Obispos y Secretarios Ejecutivos de las Comisiones de Laicos de las diferentes Conferencias Episcopales, junto con representantes de diversos Movimientos y Nuevas Comunidades, hemos retomado el trabajo realizado en los dos Congresos anteriores, así como también las conclusiones a las que llegaron los participantes del Encuentro de Lima, en junio de 2009. De esta manera, quisimos darle continuidad a todo el trabajo realizado a lo largo de estos años.

Desde el inicio de este III Congreso, nos animó la presencia del Nuncio Apostólico en el Paraguay Mons. Eliseo Ariotti. Asimismo, llenan de esperanza a nuestras comunidades las palabras del Santo Padre Benedicto XVI en el Encuentro de Pastores y Movimientos Eclesiales, convocado por el Pontificio Consejo para los Laicos: “Ir al encuentro de los Movimientos Eclesiales con mucho amor… y abrir espacios a los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades”
Con este espíritu trabajamos en comunión y fraternidad, y hemos podido cumplir los objetivos propuestos.

Previo al Congreso, el CELAM envió todos los documentos de los anteriores encuentros y una encuesta para ser trabajada por los Movimientos y Comunidades participantes. Como fruto de las respuestas se preparó un documento de trabajo, que nos sirvió para encontrar coincidencias en las diversas realidades.

Una vez reunidos en la Casa de Retiros Marianella, en Atyrá, comenzamos nuestra reflexión en pequeños grupos, asumiendo el método del Ver-Juzgar y Actuar, ya consolidado en la Iglesia de América Latina y reafirmado por Aparecida (19).

Analizamos así las realidades de nuestros Movimientos y Nuevas Comunidades, así como los contextos eclesiales y socio-políticos, muchas veces dolorosos y dramáticos, en que éstos actúan, centrándonos en sus Fortalezas, Obstáculos y Amenazas.

El resultado se presenta a continuación:

Fortalezas


• Constatamos, por parte de los Obispos y Sacerdotes una mayor valoración de la riqueza y aportes de los Movimientos y Nuevas Comunidades, así como una mayor integración y colaboración de éstos, desde la diversidad de sus carismas, estilos de espiritualidad y compromiso apostólico, en los planes pastorales y la vida de las Diócesis.
• Los diversos carismas y el trabajo misionero, que realiza un amplio sector de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, representan un gran don para la Iglesia y constituye la forma primordial en que éstos participan en la Misión Continental Permanente.
• Comprobamos un avance en la formación de Consejos o Comisiones de Laicos, que promueve entre los Movimientos un mayor conocimiento y aprecio mutuo, facilitando la realización de un trabajo común con vistas a la Misión Continental Permanente.
• Nos llena de esperanza el ardor que caracteriza a nuestros Movimientos y Comunidades en la práctica de la vida cristiana y en la entrega a la misión evangelizadora, aportando dinamismo y eficacia a la acción pastoral de las Diócesis.
• Reconocemos que la formación que los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades ofrecen a sus miembros, constituye un aporte muy valioso al trabajo formativo de la Iglesia.

Obstáculos

• En varios casos se da una falta de comunicación, coordinación y conocimiento entre el clero y los Movimientos --y de los mismos Movimientos entre sí--, lo que trae como consecuencia incomprensiones mutuas y actitudes cerradas, dificultando o impidiendo el trabajo común.
• Se comprueba que un exceso de actividades y falta de tiempo por parte de Pastores y Movimientos impide una interacción más cercana que permita la relación necesaria entre ambos.
• Todavía existen deficiencias importantes en la formación doctrinal y eclesial de muchos laicos, lo que produce una visión parcial de su vocación y misión en la Iglesia y dificulta la participación en la vida eclesial de algunos Movimientos y Nuevas Comunidades.

Amenazas

• El incremento de la secularización en nuestros países, caracterizada por valores contrarios al Evangelio en la sociedad y la cultura, tales como consumismo, individualismo, desprecio por la vida y por la concepción cristiana de la familia, indiferencia, relativismo moral y consecuente debilitamiento de la vida cristiana, no encuentra una respuesta apropiada en el ámbito eclesial sobre cómo evangelizar estas nuevas realidades.
• Las faltas propias e incoherencias de ciertos agentes de pastoral y fieles han contribuido a alimentar una actitud hostil y hasta agresiva en muchos sectores de la sociedad en contra de la Iglesia.
• La falta de radicalidad o ardor en el testimonio de algunos cristianos y la poca convicción en la fuerza evangelizadora de ciertos Movimientos y Nuevas Comunidades, resta mucho impacto al anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo en nuestros pueblos.
• Los constantes ataques a la vida, al matrimonio y a la familia, que son las bases fundamentales de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad.
• El desplazamiento de muchas personas en migraciones forzadas, quienes se trasladan con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida, unidos a otros graves problemas como la violencia, la injusticia, las consecuencias del narcotráfico y otros, atentan gravemente contra el bienestar y la dignidad de nuestros pueblos.
• La falta de integración de todas las fuerzas vivas de la Iglesia, incluyendo algunos Movimientos y Nuevas Comunidades, afecta seriamente el desarrollo efectivo de la Misión Continental Permanente.
A la luz de la Palabra de Dios, que se nos ofreció en las celebraciones litúrgicas así como en las ponencias sobre la relación con los Pastores, la misión de los Movimientos y de los laicos en la Iglesia y en el mundo, y la comunión eclesial, hemos juzgado, en el contexto de los grupos, estos aspectos de la realidad a partir de los siguientes lineamientos en el marco de la Misión Continental Permanente:

 Aspectos a resaltar para responder mejor al mandato de la Misión Continental Permanente.
 Líneas de acción y acciones concretas en cuanto a carisma, espiritualidad, eclesialidad y compromiso apostólico misionero.

A partir de este Ver y Juzgar nuestras realidades como Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades en el contexto de la Iglesia Latinoamericana, se desarrolló la tercera etapa del Actuar mediante la definición de líneas de acción, que debían desglosarse en acciones concretas para orientar nuestro caminar como asociaciones eclesiales al servicio de la Misión Continental Permanente.
Como resultado de este trabajo hemos llegado a las siguientes propuestas:

1. Fomentar el encuentro personal y comunitario con Cristo y cuidar, en la espiritualidad de los Movimientos, una práctica y formación en orden a la santidad.
a. Favoreciendo que cada Movimiento experimente una vida espiritual intensa y que dé testimonio de ella.
b. Formando ministros laicos de la Palabra y otros ministerios.
c. Ofreciendo los diversos medios con que cuentan los Movimientos para promover el encuentro personal, existencial e íntimo con Dios, acorde a su pedagogía y experiencia propias.
d. Presentando a los laicos el sacerdocio y la vida consagrada como un don maravilloso de Dios.

2. Alentar a que los Movimientos vivan en fidelidad el dinamismo misionero de su carisma.
a. Ofreciendo espacios de acción y asignando tareas en las que los Movimientos puedan desplegar sus propias características.
b. Volviendo permanentemente a los documentos de la Iglesia fontales sobre la misión evangelizadora: Vaticano II, Evangelii Nuntiandi, Christifideles Laici, Redemptoris Missio, Aparecida y otros documentos.
c. Compartiendo a las Diócesis y parroquias las actividades que realizan los Movimientos.
d. Potenciando el espíritu misionero de cada movimiento, aportando los medios físicos y materiales necesarios, para la realización de jornadas, retiros, talleres y otros, acompañados por una metodología adecuada y una evaluación constante.

3. Buscar nuevos lenguajes y renovados métodos para evangelización.
a. Formando líderes juveniles y adecuando los materiales existentes a un lenguaje más asequible para los jóvenes.
b. Creando instancias entre los Movimientos para compartir experiencias pastorales exitosas en temas específicos (jóvenes, matrimonios, vida, educación, pobreza y otros).
c. Utilizando las nuevas tecnologías masivas de comunicación: Internet, Twitter, Facebook, cine, radio, televisión y otros medios, haciendo atractivo el mensaje.
d. Promoviendo las diversas páginas WEB de los Movimientos y de las Diócesis, buscando que sean novedosas, atractivas y que sus contenidos resulten de interés con el fin de que sean visitadas.
e. Transmitiendo el mensaje evangélico a través de la música, formando grupos populares.
f. Promoviendo a aquellas personas que tengan las habilidades para ser comunicadores sociales y que sepan transmitir fielmente el mensaje cristiano.

4. Promover una mayor cercanía de los Pastores a los Movimientos e inculcar la importancia de éstos en la formación de nuevos sacerdotes y personas consagradas.
a. Solicitando a los pastores que visiten a los Movimientos y Nuevas Comunidades.
b. Saliendo los Movimientos al encuentro de los pastores, buscándolos, manteniéndolos informados de sus actividades y acogiendo sus orientaciones.
c. Impartiendo en la formación sacerdotal, talleres y cursos sobre la importancia de los Movimientos en la Iglesia y en el mundo.
d. Permitiendo que las vocaciones sacerdotales que surgen en el seno de un Movimiento continúen nutriéndose del mismo Movimiento durante los años de formación en el seminario, sin perder su identidad diocesana (Cf. Pastores dabo vobis, 68)
e. Haciendo que los documentos y la experiencia de este Congreso lleguen en forma efectiva a todos los sujetos, dentro de la estructura diocesana en todos sus niveles.
f. Aportando a los pastores el material propio de cada Movimiento y Nuevas Comunidades.

5. Conocer los signos de los tiempos en la realidad que nos rodea (comunidad, ciudad, país, continente) para priorizar las necesidades.
a. Testimoniando la fe, con la propia vida, en los distintos ambientes de trabajo, estudio, familia y otros.
b. Organizando conferencias o encuentros abiertos, a los que se convoque especialistas sobre temas de interés común, de acuerdo con las posibilidades de las Diócesis, de las parroquias o de los Movimientos, e invitándose mutuamente.
c. Informando a los párrocos sobre necesidades concretas detectadas en la acción apostólica de los Movimientos.
d. Escuchando y apoyando activamente las declaraciones concretas de los Obispos y, a partir de éstas, crear opinión en los medios de comunicación.
e. Ofreciendo servicios de información, por parte de las Conferencias Episcopales, sobre la realidad de la sociedad, incluyendo temas específicos de moral y otros de interés común.
f. Siendo presencia en las distintas realidades de la cultura como cristianos desde la experiencia y competencia de los diversos Movimientos y Nuevas Comunidades.
g. Fomentando la formación en la Doctrina Social y el Magisterio de la Iglesia.
h. Promoviendo una difusión mancomunada de los diferentes espacios de formación y capacitación propios de cada Movimiento, dirigido a los agentes de pastoral, educadores, padres de familia y otros, que respondan a las necesidades inherentes de nuestro tiempo.
i. Fomentando la investigación conjunta de la realidad social en ámbitos de acción que son comunes a los Movimientos.

6. Promover la participación activa en las líneas de acción para la Misión Continental Permanente y alentar la difusión y conocimiento de las mismas.
a. Difundiendo y estudiando el documento de Aparecida.
b. Integrando a representantes de los Movimientos en la elaboración de los planes pastorales de las Diócesis.
c. Promoviendo la participación de los Movimientos en las actividades de carácter diocesano y parroquial.
d. Solicitando a las Diócesis la difusión, mediante formas más eficaces, de la Misión Continental Permanente y las posibilidades de participación de cada grupo o Movimiento.
e. Promoviendo, fomentando y dando a conocer las experiencias misioneras de cada Movimiento.
f. Tomando muy en cuenta los signos comunes relacionados con Aparecida, como son la oración propuesta por los Obispos y el Tríptico de la Misión Continental Permanente.

7. Fomentar la formación de agentes activos de evangelización para el diálogo con la cultura y desarrollar una pastoral de acompañamiento a ellos.
a. Promoviendo cursos y conferencias para la formación de líderes católicos, aprovechando, en la medida de lo posible, las universidades e institutos católicos ya existentes. Invitando a las Diócesis o a los Movimientos.
b. Formando grupos de asesoramiento y acompañamiento a los líderes católicos.
c. Incorporando decididamente a nuestro sistema educativo (escolar, educación superior y de formación dentro del Movimiento) la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia en su integridad.
d. Generando un currículum de formación de líderes y agentes de evangelización que complemente y ayude a los Movimientos y Diócesis.
e. Haciendo en cada Diócesis y Conferencia Episcopal un catastro de los recursos de formación existentes (en Movimientos, universidades, institutos y otros).
f. Difundiendo los recursos de formación mediante medios públicos.

8. Crear espacios de comunión y encuentro entre Movimientos, parroquias y Diócesis.
a. Integrando a representantes de los Movimientos en los consejos diocesanos y parroquiales de laicos y consejos pastorales.
b. Organizando espacios de encuentro periódicos entre los Movimientos con participación de sacerdotes y laicos que no forman parte de éstos.
c. Haciendo un encuentro anual entre Obispos, párrocos y delegados de Movimientos, que permita conocer los carismas y generar lazos de fraternidad.
d. Exponiendo, por parte del obispo, el plan anual pastoral a los responsables y asesores de los Movimientos, y que éstos, después de un tiempo de revisión interna, respondan con compromisos concretos de participación.
e. Creando espacios de oración comunitaria e insistiendo en una oración incesante al Espíritu Santo por la Misión Continental Permanente, sugiriéndose una jornada anual de oración por la Misión Continental Permanente, que podría coincidir con el Domund o Domingo Mundial de las Misiones.
f. Que las Conferencias Episcopales, que ofrecen las orientaciones para las Diócesis, convoquen a los Movimientos para hacerlos partícipes de la Misión Continental Permanente y de las actividades diocesanas, de la pastoral, de los calendarios de trabajo y otros. Dígase lo mismo cuando se trate de actividades o encuentros diocesanos o de Iglesias locales y parroquias.
g. Solicitando la opinión de los Movimientos cuando las Conferencias Episcopales requieran la opinión de los fieles para desarrollar documentos o comunicados.
h. Prestando servicios específicos a las parroquias conforme a las opciones pastorales propias de cada movimiento: servicios a la familia, a los jóvenes, la promoción de la devoción a la Virgen María y otros.
i. Sugiriendo a los Obispos la creación de una comisión conformada por los responsables de Movimientos y Nuevas Comunidades, a nivel diocesano y nacional.
j. Reuniendo a los responsables de Movimientos de cada Diócesis con la autoridad encargada de coordinar las diversas misiones pastorales.

9. Promover redes y foros para suscitar la unidad de acción entre los Movimientos en ámbitos y preocupaciones comunes a todos, ante los desafíos de la cultura de hoy en América Latina y el Caribe.
a. Creando comités compuestos por miembros de distintos Movimientos para afrontar desafíos concretos.
b. Utilizando los medios de comunicación masivos para mostrar las buenas iniciativas y actividades desarrolladas por la Iglesia Católica en todos los ámbitos (educación, promoción de la paz, acogida a los pobres, prevención de la violencia, denuncia de las injusticias y otros).
Finalmente, los participantes en este III Congreso de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades de América Latina y el Caribe, como discípulos misioneros deseamos manifestar que nuestro Encuentro se desarrolló en un clima de gran fraternidad, unidos en la diversidad por el Espíritu Santo.

Concluimos, así, expresando nuestra profunda gratitud a la Virgen María, Nuestra Señora de Caacupé, quien ha intercedido por nosotros en estos días, y con el Señor Jesús, nuestro Hermano Mayor y Salvador, siempre presente al estar reunidos en su Nombre. Que el Padre Dios sea alabado por siempre en nuestros pueblos que de Él esperan vida y vida en abundancia (Juan 10,10).


 







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