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Informática y de las nuevas tecnologías de la comunicación social
Mensaje de Mons. Juan Luis Ysern de Arce dedicado a las nuevas tecnologías de información y la manera como la Iglesia debe aprovecharlas.


Por: Mons. Juan Luis Ysern de Arce, Obispo de Ancud, | Fuente: RIIAL



INFORMATICA Y DE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS DE LA COMUNICACION SOCIAL

Mons. Juan Luis Ysern de Arce, Obispo de Ancud,
Ponencia en el Encuentro Continental de la RIIAL,
Brasilia, 23 Nov._ 1° Dic. 1995.



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Antes de entrar en el campo de la pastoral de la informática y de las nuevas tecnologías es necesario que enmarquemos bien los principios básicos para la pastoral de las Comunicaciones Sociales. Por lo menos tendremos que hacerlo para expresar la tarea que nos corresponde según el alcance que estamos dando aquí a la Pastoral de las Comunicaciones Sociales, ya que son varias las formas de entender esa labor pastoral.

En efecto, a veces se entiende como "Pastoral de la Comunicación Social" la asistencia espiritual a los comunicadores. Otras veces se entiende como tal toda la actividad de la Iglesia para el uso de los mass media o bien para hacerla presente en ese mundo.

Aquí vamos a entender la "Pastoral de la Comunicación Social" como toda la labor que corresponde a la Iglesia para mantener su diálogo con el mundo en el campo de la Comunicación Social.



Índice General



INTRODUCCIÓN
I. PRINCIPIOS BÁSICOS
a. Dinámica de la Creación
b. Comunicación, libertad, comunión
c. Dinámica del Siervo de Yahvé
d. Dinámica de Pentecostés

II. LÍNEAS FUNDAMENTALES PARA UNA PASTORAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
1°. Libertad.
2°. Comunión
3°. Esperanza
4°. Benevolencia
5°. Respeto
6°. Palabra e imagen
7°. La mirada de la Alianza

III. INFORMÁTICA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

IV. PARA MEDIR LOS BENEFICIOS DE LA INFORMÁTICA: Pero, ¿Qué es informática?
Informática y libertad
Informática y convivencia
Informática y cambio
Informática y desarrollo
Informática y imagen
Informática y Evangelización

EN RESUMEN

 

Informática y de las nuevas tecnologías de la comunicación social
Mons. Juan Luis Ysern de Arce, Obispo de Ancud,
Ponencia en el Encuentro Continental de la RIIAL,
Brasilia, 23 Nov._ 1° Dic. 1995.

 




INTRODUCCIÓN

Antes de entrar en el campo de la pastoral de la informática y de las nuevas tecnologías es necesario que enmarquemos bien los principios básicos para la pastoral de las Comunicaciones Sociales. Por lo menos tendremos que hacerlo para expresar la tarea que nos corresponde según el alcance que estamos dando aquí a la Pastoral de las Comunicaciones Sociales, ya que son varias las formas de entender esa labor pastoral.

En efecto, a veces se entiende como "Pastoral de la Comunicación Social" la asistencia espiritual a los comunicadores. Otras veces se entiende como tal toda la actividad de la Iglesia para el uso de los mass media o bien para hacerla presente en ese mundo.

Aquí vamos a entender la "Pastoral de la Comunicación Social" como toda la labor que corresponde a la Iglesia para mantener su diálogo con el mundo en el campo de la Comunicación Social.

Dentro de esta labor está el observar y escuchar al mundo en actitud de discernimiento, a la luz de la fe, para descubrir el llamado de Dios desde cada situación. Pertenece igualmente a esa labor pastoral el actuar como fermento dentro de esa realidad, dando sentido a todo en dirección coherente con el sentido último y definitivo.

Con esta perspectiva y sin pretensión de referirnos a los múltiples aspectos de la Comunicación Social, vamos a referirnos a la informática y nuevas tecnologías que se están colocando al servicio de la Comunicación Social con la sola pretensión de plantear algunas indicaciones que parecen urgentes en este momento y que debemos profundizar más con el esfuerzo de todos.

Necesitamos conocer bien esas tecnologías. Conocer lo que son y las posibilidades que con ellas se ofrecen. Cuanto mayor sea ese conocimiento mejor.

Hemos iniciado ya una época con tecnologías muy especiales para la transmisión de datos y para su recuperación en el momento en el que se necesiten.

Además cada día se complementan mejor datos escritos, con sonido y con imagen. Al mismo tiempo se aumenta la facilidad de ponerse unos en contacto con Otros sin tomar en cuenta la distancia.

Son muchos los beneficios que todas estas tecnologías presentan y cada día aparecen otros nuevos. Todo esto genera muchos cambios en la convivencia y constatamos que esos cambios se generan con mucha rapidez, además se nos anuncia que los cambios serán cada día más rápidos en el futuro.

¿Qué significa todo esto para la labor pastoral de la Iglesia?

Hemos dicho, además, que la iglesia debe hacer un discernimiento de todo ello a la luz de la fe. Solamente con esa luz podemos comprender nuestra tarea y actuar después responsablemente para entregar nuestro aporte al mundo.

Es evidente que, al referirnos aquí a la Iglesia, nos estamos refiriendo a todo el Pueblo de Dios. Pastores y Fieles, todos juntos tenemos una responsabilidad muy seria en este campo del mundo actual. Incluso aquellas personas que, sin ser creyentes, buscan el bien y son expertos en sus respectivos campos deben ser escuchados y tomados en cuenta. Su aporte es de gran valor y pueden ayudarnos muchísimo.

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I. PRINCIPIOS BÁSICOS

Decíamos al comienzo que antes de entrar al análisis de las nuevas tecnologías en el campo de las comunicaciones sociales es necesario detenernos en los principios que nos dan la luz para hacer ese análisis. Para nosotros´ como Iglesia, para nuestra labor propia, estos principios no pueden ser otros sino los que nos vienen de la revelación misma de Dios.

Estos principios son básicos no sólo para entender la tarea que nos corresponde en el campo de la comunicación, sino también para entender el camino de la realización plena de la persona humana, creada a imagen de Dios, destinada a la comunión. Por lo demás entre estas dos realidades, tarea de la Iglesia y camino de la realización plena del hombre, hay una conexión muy profunda.

Vamos a poner nuestra mirada en la acción creadora del Padre, en la acción redentora (encarnación_redención) del Hijo y en la acción santificadora (Pentecostés-Iglesia) del Espíritu Santo. Así vamos a hablar de la dinámica de la Creación, de la dinámica del Siervo de Yahvé y de la dinámica de Pentecostés.

Es posible que algunos piensen que nos hamos ido muy lejos de lo que es el campo de la informática y de las nuevas tecnologías pero no podemos tomar otros criterios (Ver. Ysern, "Criterios para una pastoral de la comunicación" en el Seminario Internacional sobre Pastoral de la Comunicación realizada por la Crujía en Buenos Aires en Mayo de 1995).

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a. Dinámica de la Creación

La belleza de la primera página bíblica en la que aparece Dios creando todo para regalárselo al hombre y a la mujer, a quienes hace a su imagen y semejanza, es un punto fundamental que no lo podemos perder de vista.

Todo, cada cosa de la creación, y la creación entera, está hecha como signo de comunicación. Todo es regalo que refleja el corazón de Dios que regala. A través de cada cosa Dios mismo se comunica entregándose a cada uno.

El hombre aparece como "alguien", como "sujeto". En la creación se nos presenta al hombre hecho a imagen de Dios (Gen. 1,26_27). Por una parte es creatura, y como tal depende del Creador plenamente. Pero se le da una facultad de decidir libremente. Decidir él, tal como él quiera, con el riesgo incluso de poder decir "no" a Dios. El hombre tiene facultad para "crear" sus decisiones. Son decisiones suyas. Con esto aparece el hombre no como un objeto más, sino como "sujeto" que puede dar sentido a las cosas. Tiene poder para dar sentido, el hombre aparece como ser que tiene "interioridad", esto es, dotado de capacidad de decisiones libres, capacidad con la que construye el mundo de los anhelos personales y de las opciones de él, y que sólo él conoce. Mundo interior que siempre quedará como misterio invisible para los demás y que solamente él podrá manifestar a quien quiera.

Pero más aún, de este sujeto, Dios dice explícitamente que "no es bueno que esté solo" (Gen. 2, 18) y aparece otro ser de la misma carne (Gen. 2,21_23) con la misma dignidad, la mujer, tan "sujeto” como el hombre, con la misma capacidad de interioridad y orientados el uno al otro. Están hechos para la comunión, para la comunidad.

La humanidad se nos presenta como comunidad, y a esa comunidad se le entrega todo como regalo, con la responsabilidad de desarrollar la humanidad futura y cuidar de todo, siguiendo los caminos del bien, sin trastocar el bien por el mal, porque el día que "coman de ese árbol de la ciencia del bien y del mal" (ver Gen. 2,17) queriendo endiosarse, habrán dejado de actuar a imagen de Dios y eso será su propia destrucción y muerte.

Están hechos para la comunión. Son imagen de Dios, han de actuar según corresponde a la imagen, reflejando el actuar de Dios. Dios ha hecho todo como regalo para el ser humano. El regalo es un signo que expresa la buena voluntad, el cariño de quien regala. Lo grande del regalo es que es un signo de la decisión libre de quien regala. Es expresión de la interioridad. Signo de comunicación que revela lo que esta en lo invisible del corazón. Es la revelación del misterio.

La revelación manifiesta, a través de signos y palabras, el misterio de la interioridad. Lo que importa es que esta revelación exprese realmente lo que está en la interioridad, esto es que no haya engaño, ya que el otro, o los otros, por más esfuerzos que hagan, no podrán ver el misterio, la interioridad misma, sino solamente la revelación de ella, el signo.

Quien acoge el regalo como tal, esto es, como signo de la interioridad del otro, lo que está haciendo es hacer un acto de fe en el otro. Es un acto de confianza, aceptando que no hay engaño. En definitiva ese es un acto libre porque jamás podrá tener una prueba empírica, científica, con la seguridad o la visión de la interioridad del otro. El acto fe es también obsequio. Al obsequio de la revelación se responde con el obsequio de la fe y en ese encuentro de obsequios se hace la alianza de la comunión.

Con esta dinámica hemos de acoger la creación. Y con esa misma dinámica hemos de usar la creación dando nosotros, libremente, el sentido de regalo, es decir añadiendo cada uno de nosotros nuestro aporte creador para ser de verdad cocreadores.

En definitiva la creación entera se nos presenta como signo de comunicación para la comunión. Es signo para la alianza. Es una alianza que se hace inseparable con Dios y con los demás. Quien acoge al Creador entra libremente en la misma dinámica del Creador esto es, como cocreador, haciendo todo a semejanza del Creador, como signo de comunicación. Todo para la alianza.

Es evidente que en esta actitud es imposible que haya pobres porque quien acoge a Dios se une a Dios mismo que es amor y entrega para todos los demás. Acoger la creación es hacerse cocreador añadiendo a cada cosa el acto libre y personal de la entrega de cada uno.

Con una actitud así no existe peligro de atropello a la naturaleza. No hay peligro de tocar el árbol de la ciencia del bien y del mal. Todo es armonía.

Pero cuando el hombre abusa de su libertad y en vez de ser cocreador acogiendo las cosas para hacerse regalo él mismo, las usa con egoísmo para quedarse con ellas, y no sólo rompe la alianza con el Dios que regala y con las personas para quienes debiera ser regalo, sino que al encerrarse en su egoísmo comienza por el camino de su propia destrucción, ya que en vez de usar la libertad para obsequiar, esto es para la comunión, la usa para bloquearse en su soledad. Esta es su destrucción porque, lo quiera o no lo quiera, la persona está hecha para amar, está hecha imagen de Dios que es Comunión. Dios es Amor.

No interesa aquí entrar en las formas que tenemos para apoderarnos de las cosas con una forma de propiedad que va más allá de lo que debiera ser como administración responsable para bien de todos. Pero cada vez que dejamos de usar algo en dirección a la comunión estamos arrebatando algo a los demás, algo que les pertenece según el Plan de Dios. Según lo expuesto los pobres son el reflejo del egoísmo, son los que han quedado despojados como consecuencia del egoísmo.

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b. Comunicación, libertad, comunión

Lo dicho hasta aquí ya nos hace ver inmediatamente dos elementos fundamentales para nuestro propósito: el individuo , como sujeto libre , y la comunión ,la alianza, como encuentro por la comunicación obsequiosa de cada uno.

Así la comunicación se nos presenta como el camino de la libertad para la comunión. Y, al hablar de la comunicación como camino, hemos de entender el camino en un doble aspecto. Uno en cuanto proceso que se inicia con la revelación de alguien y que termina con la fe del que cree. Y el otro en cuanto que solo quien tiene libertad puede regalar y por tanto en la medida que cada uno vaya creciendo en su libertad va dando mayor densidad a su acción obsequiosa para una mayor comunión. Es camino creciente pero mientras estemos en esta vida, nunca estará terminado. Nadie alcanza a hacer que el otro capte plenamente la interioridad suya, ni nadie llegará a captar plenamente la interioridad del otro, por sinceros y grandes que sean los esfuerzos que se hagan desde cada una de las partes. La comunicación será perfecta cuando no necesitemos recurrir a los signos de comunicación y nos veamos tal como somos, es decir cuando veamos nuestra interioridad. La comunicación ya no será por la fe sino por la visión. La comunión será plena, con plena entrega y plena acogida, según la medida de cada uno y todo eso en las entrañas de Dios en la alianza definitiva.

Otro elemento de mucha importancia para nuestro propósito es el que corresponde al sentido de las cosas. Los recursos de la naturaleza, lo que no es persona. Todo está hecho como signo de comunicación que debe ser usado con ese sentido ya al acoger ya al entregar.

Acoger alguna cosa como signo de comunicación es acoger a la persona que con esa cosa expresa su buena voluntad hacia el otro. Es reconocer la gratuidad de quien se expresa, de modo que, al acoger el objeto, se está manifestando la acogida a la persona que con el objeto se expresa. Es dar gracias. Esto es, a la gracia de la gratuidad se une la gracia de la gratitud.

Así el hombre, al recibir la creación entera como signo de comunicación, como signo de alianza, debe libremente utilizarla en esa dirección.

Esto es, debe saber acoger al Creador, lo que lleva consigo unirse a su acción obsequiosa para todos. En definitiva tendremos que decir que dominar la creación es vivir la acción de gracias, acogiendo al Creador que se hace gracia para convertirse con El en gracia para todos.

Es evidente que el desarrollo, con esta perspectiva de las cosas, es todo un proceso de crecimiento de cada uno como persona utilizando todo según lo requiera el bien de todos.

A los dos elementos que llamábamos básicos, para la labor en el campo de la comunicación, esto es, libertad y comunión, debemos añadir estos otros dos elementos: la realidad de "camino" y el sentido del desarrollo como expresión de la fraternidad, de la comunión.

No es posible detenernos aquí en cada uno de estos cuatro grandes capítulos, pero sí vamos a señalar algunas de las indicaciones que nos parecen esenciales para entender nuestra labor.

Con relación a la libertad todos sabemos muy bien y lo comprobamos con la propia experiencia que ella nos permite dar a cada cosa que hacemos un sentido de egoísmo, o un sentido de entrega y servicio.

Si caminamos en la dirección del egoísmo vamos colocando todo y, lo que es peor, a todos, al servicio de nuestros intereses. Esto nos cierra sobre nosotros mismos y nos deja a cada uno en su soledad. Con eso uno mismo viene a ser el artífice de su propia destrucción. Estamos hechos para la comunión, para el amor auténtico, para la felicidad y no para la soledad.

Por el contrario quien libremente sabe utilizar todo al servicio del encuentro con los demás, sabiendo acoger a cada uno y entregarse a todos, va creciendo por el camino de su realización auténtica para llegar a ser quien tiene que ser, como individuo único e irrepetible.

Con relación a la comunión solamente considero conveniente expresar aquí que la única forma de realizarse es como encuentro libre y obsequioso de los individuos. Esto no sólo no destruye o elimina lo distinto sino que, en ese encuentro con la alteridad, se estimula el crecimiento de cada identidad. En la comunidad se vive el encuentro de la identidad con la alteridad. En la comunión, dada la dimensión obsequiosa de entrega y servicio de cada uno hacia los demás, el pluralismo aparece como riqueza. La diferencia de cada uno queda al servicio de la comunión y está en contraposición a "masa", considerando ésta como conjunto de personas que son arrastradas según la corriente dominante.

Con relación a la realidad de camino se debe tener en cuenta la situación de cambio que se va produciendo en la marcha.

En el camino hacia la comunión los cambios vienen dados no sólo por las situaciones nuevas que se van presentando, sino porque además de la propia libertad se ha de tener en cuenta la novedad que produce la libertad del otro.

En la sucesión de cambios lo que importa es saber reorientarse continuamente desde cualquier nuevo lugar, manteniendo siempre el rumbo hacía la meta, la comunión en este caso.

Una nota anexa inseparablemente a la actitud del caminante es la esperanza. Quien camina hacia alguna meta es porque espera llegar a esa meta. Quien no tiene esperanza no se mueve.

Finalmente en relación al desarrollo como expresión de la fraternidad, ya hemos visto que esto supone entender la tarea de dominar la naturaleza como la labor de colocarla al servicio del crecimiento de cada persona y del encuentro de todos. Es crear la convivencia como expresión de la buena voluntad de cada uno, haciendo recto uso de los recursos todos, manteniendo el respeto y armonía con la naturaleza. Esto compromete no sólo a quienes tienen algo que ver en todo lo que se refiere a lo que llamamos planes de desarrollo o cualquier labor de las grandes empresas sino a cada persona en el uso de lo que llama "propio". La "propiedad" no desliga a nadie de la relación con los demás. Nada queda dispensado de ser utilizado como signo de comunicación en orden a la comunión. Se trata del sentido profundo de las cosas.

Es evidente que el desarrollo realizado en esta dirección no sólo es respetuoso de los recursos, evitando todo atropello al medio ambiente, sino que da lugar a una convivencia sin pobres ni violencias.

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c. Dinámica del Siervo de Yahvé

Lo dicho sobre la dinámica de la Creación nos hace ver lo que sería el Paraíso Terrenal. Todo armonía en la fidelidad de la alianza, creciendo cada día en la comunión.

Pero sabemos muy bien que la realidad no es así. E1 hombre, en vez de actuar a imagen de Dios ha preferido endiosarse, haciéndose dios a su manera. Ha preferido poner las reglas del bien y del mal según su egoísmo y ha destruido no sólo la armonía del Paraíso, quedando él, con eso mismo, fuera del Paraíso, sino que él mismo ha quedado destrozado en su interior donde experimenta la dispersión. Comprende una cosa, pero siente otra y reacciona de otra forma... y al dejarse llevar por su egoísmo queda bloqueado en sí mismo, lejos de los demás. Cada uno "va a la suya". Cada uno habla su idioma. La convivencia es la Torre de Babel. E1 lugar de la convivencia armoniosa se ha llenado de tensiones y ha entrado el escándalo de la violencia y de la pobreza. Dentro de este ambiente, Dios persiste en su proyecto de alianza que se hace plan de salvación. La Palabra de Dios se nos hace Imagen suya en Cristo. "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de Siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su parte como hombre; y se humilló a si mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre". (Fil. 2, 6-9)

La dinámica del Siervo se nos presenta en total oposición a la seguida por el hombre, quien fijándose en sí se endiosa. Ahora es Dios quien mirando al hombre se anonada y toma la forma de Siervo, en todo igual a los hombres.

En su actitud, libremente asumida, el Siervo se nos presenta como pobre: "conocéis bien la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza" (2 Cor. 8,9). Se nos presentó como "varón de dolores" y "con sus heridas hemos sido curados" (Is. 53, 3 y 5; 1 Pe. 2,24).

Dos formas tiene el Siervo de enfrentarse ante la pobreza y el sufrimiento.

Por una parte E1 toma libremente el lugar del pobre y del que sufre y le cambia el sentido a la pobreza y a las dolencias, de modo que, en Cristo, esa pobreza, las dolencias y la muerte misma dejan de ser expresión de fracaso y de derrota, sino que se convierten en signo de donación y entrega total. Con ello nos abre el camino para vivir la pobreza, el dolor y la muerte como donación de sí mismo, sabiendo acoger todo ello con libertad y convirtiéndolo en donación.

Por otra parte le vemos hablar con claridad y firmeza frente a los acaparadores, ambiciosos y toda clase de injusticia y atropello, al mismo tiempo que no duda en poner hasta su poder divino de hacer milagros al servicio de los que sufren o tienen hambre.

La dinámica del Siervo nos hace ver hasta qué extremos llega la actitud de entrega y comunicación de Dios y que ya se había expresado en un alto grado en la dinámica de la creación.

En Cristo todo lo vemos orientado hacia la comunión con Dios y con los hermanos. Para eso se hace pobre y varón de dolores, para eso denuncia la injusticia y el pecado, invitando al servicio y entrega, y para eso multiplica los panes y cura las enfermedades, expresando, con las obras, el cariño a cada uno de los que padecen. Al mismo tiempo, hace ver la necesidad de servir a los necesitados, de modo que, al final de los tiempos, a cada uno se le pedirá cuenta si supo amar con sus obras, si dio de comer al que tenía hambre o de beber al sediento. Si supo poner todo al servicio de la comunión, del amor a Dios y al prójimo (cf.Mt.25,31 y ss.). Todo en Cristo es gracia, todo es regalo, todo comunicación para la comunión sin dejar a nadie debajo de la mesa.

La dinámica del Siervo nos ilumina para no dejarnos vencer por el mundo de la incomunicación, el mundo del egoísmo y de la soledad. En Cristo todo tiene salida. Ni la muerte es la última palabra.

La dinámica del Siervo se nos presenta como la expresión profunda y entrañable del amor que se entrega totalmente para reparar y restaurar con creces todo lo destrozado por el hombre.

Con su endiosamiento el hombre queda aprisionado en su egoísmo y su pecado y con esa actitud se hace opresor y despoja a los demás de los suyo. Ante eso el Siervo se presenta como pobre y sufriendo la violencia para romper las cadenas opresoras. “Para ser libres nos libró Cristo”(Gal.5,1). Libertad que ha de ser bien entendida para no dejarse arrastrar por el egoísmo sino para ponerse al servicio de los demás (cf.Gal.5,13). Su entrega hasta la muerte despoja a la muerte de su fuerza de muerte y fracaso para ser expresión plena de donación que por la resurrección adquiere su sentido pleno como pascua, como camino definitivo. La palabra de Dios se hace Imagen con la figura del Siervo cuya presencia y acción entre nosotros es Buena Noticia. Es Luz para cada persona y para Todos los Pueblos que se anuncia a los pobres y oprimidos para dar a todos la libertad - y llamando a cada uno, invitándole al seguimiento por el camino de las bienaventuranzas - para congregar a los dispersos (Jn.11,52)

El camino de la libertad se ha hecho servicio y el recorrido se ha hecho Pascua. Todo ello hace ver que la comunicación como camino para la comunión es posible y que con Cristo se ha hecho más fuerte.

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d. Dinámica de Pentecostés

La gran realidad es que el Siervo ha resucitado y ha sido constituido Señor que nos comunica el Espíritu y el que lo acoge se hace una cosa con Cristo. Todos vienen a ser miembros de un solo Cuerpo con Cristo, cada miembro con su función propia (pluralismo) pero todo para bien del único Cuerpo (Cor. 12). Este Cuerpo es la Iglesia. Su dinámica es la unidad con y a través de la libertad de cada uno (único y distinto) con la fuerza del Espíritu. La dinámica es libremente acoger el Espíritu y libremente seguir su impulso que es entrega y servicio a todos, es mirar al otro y hablar el idioma del otro, expresando así las maravillas de Dios, que es Amor, en su idioma. Es amar a todos, preocuparse por los demás, hablando así todos los idiomas. Así se forma la comunidad creyente a la que se entra por el bautismo (cf. [Hch 2,38) y que celebra la Eucaristía, la acción de gracias. Comunidad en la que se quieren unos a otros y no hay pobres entre ellos (cf. Hch 2, 42-47).

La labor pastoral es la de la dinámica de Pentecostés anunciando las maravillas de Dios en todos los idiomas y comunicando el Espíritu con los sacramentos de la Nueva y Eterna Alianza. Todo esto presenta a la Iglesia la tarea de entregarse a la humanidad entera en la actitud de entrega y servicio de Cristo, tratando de identificarse cada día más con El y así ser con El luz que ilumina a las naciones.

La dinámica es pues entregarse a todos y por todos hasta la muerte, sin acepción de personas, invitando a vivir la comunión con Dios y con los demás, en la que todo es para todos y donde no sólo no haya peligro a despojar o atropellar a los demás, sino que el pobre y el oprimido son los que son especialmente tomados en cuenta.

Es muy importante entender bien los alcances de la labor según esta dinámica de Pentecostés y que , en definitiva es, como hemos dicho, la que corresponde a la labor de la Iglesia.

A primera vista se podría pensar que se trata únicamente de lo que afecta a la vida interior de la Iglesia, todo lo que corresponde al anuncio y labor de la comunicación del Espíritu Santo para construir la comunión de los santos. Sería un grave error

No podemos olvidar que la persona humana que existe, lo sepa o no lo sepa, lo quiera o no o lo quiera, ha sido creada para ser feliz en la comunión con Dios y con los demás. Desde lo más profundo de sus entrañas tendrá siempre una fuerza de gravedad hacia el amor auténtico, esto es, hacia el Amor, Dios mismo.

Esto tiene consecuencias muy importantes para la vida concreta de cada persona y de la sociedad incluso en aquellos lugares en los que aún desconozcan dónde está su centro de gravedad.

Todo aquello que vaya por el camino del atropello a los demás o por el camino del egoísmo y soledad, resultará opuesto al camino de la realización auténtico de cada uno. Aunque eso que brilla puede tener algún aparente valor, no dejará de ser un falso espejismo, por fuerte que sea su fuerza deslumbradora.

Es verdad que la comunidad humana, por grandes que sean los esfuerzos de cada uno de sus miembros y de toda ella en su conjunto, jamás podrá comunicar el Espíritu Santo, por lo que nunca podrá, por si sola, construir la Comunión de los Santos, pero sí puede organizarse esa comunidad de modo que no sólo se rechacen los atropellos de unos hacia los otros sino que, más aún, se busque el encuentro y apertura de cada uno hacia los demás en actitud fraterna y solidaria.

La Iglesia, al conocer el sentido último de la persona humana y de su vida y al tener la tarea de anunciar y comenzar a construir la convivencia según ello por todas partes viene a ser fermento del mundo y va afirmando a la misma persona en el sentido profundo de su dignidad y ayudando cada día a la actividad de la sociedad humana en dirección a la convivencia fraterna y solidaria.

Según esto la labor de la Iglesia no es solamente su vida al interior de sí misma, sino también acompañar a la humanidad en su caminar aportando su ayuda para que ese camino se realice en dirección humanizadora. Es necesario evitar lo que destruye a la persona y su convivencia.

Ahora, teniendo bien presente que lo que hemos dicho sobre la dinámica de Pentecostés es crecer en la identificación con Cristo, para actuar con El y como El que en su actitud de Siervo repara sobradamente el destrozo causado por el hombre, podemos ya expresar algunas líneas fundamentales para orientar la pastoral de las Comunicaciones Sociales. Por tanto, la dinámica de Pentecostés nos une a la dinámica del Siervo que, a su vez, refuerza la dinámica de la Creación.

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II. LÍNEAS FUNDAMENTALES PARA UNA PASTORAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

1°. Libertad.

Se ha de formar y fortalecer la libertad siguiendo la dirección del despojamiento (la kénosis) y de la obediencia del Siervo. La kénosis, para nosotros que somos criaturas, no es el despojarnos de la condición de Dios, sino aceptar libremente que somos criaturas y que, como tales, el sentido profundo de nuestro ser y existir está en el Creador, aceptando que su plan sobre nosotros es superior que nuestro propio plan y acogerlo libremente en actitud de obediencia, es la posibilidad de nuestra auténtica y plena realización.

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2°. Comunión

Que el encuentro con los demás en la comunión verdadera se hace posible no por el camino de la imposición o atropello, sino por el camino de la donación y acogida, poniéndose en el lugar del otro, queriéndole de verdad, (hablando su idioma) y haciéndole partícipe de lo propio.

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3°. Esperanza

Que el sentido de camino en Cristo se hace Pascua y todo se llena de esperanza. Desde c









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