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E-strógeno y las geeks fatales
Reflexión sobre las tecnologías de información y la población juvenil: impacto, uso y apropiación.


Por: Jorge Alberto Hidalgo Toledo | Fuente: Catholic.net



Identidad juvenil y cultura popular son dos estadios simbólicos que convergen en el espacio mediático actual. Desde los medios el mundo se significa. Desde los medios nos definimos, nos construimos, entendemos y nos adjudicamos la pertenencia. Consumir es una forma de construcción de personalidades e individualidades. Somos lo que consumimos y representamos lo que mediáticamente recibimos. Es en esa dialéctica y perversa relación medios-cultura-identidad donde hoy se configura la personalidad de una generación hipermediática. En esas tribus de nicho, producto del Long Tail cultural es donde podemos dar cuenta de nuevos comportamientos, usos, apropiaciones y relaciones de consumo.

Así los jóvenes han integrado en sus prácticas cotidianas aquellos medios que les convienen, interesan y gratifican; mismos que les fomentan un sentido de pertenencia, promueven compañerismo y les facilitan interacciones personales; así como aquellos que les permiten adquirir nuevas percepciones sobre sí mismos y los demás, construir un sentido de identidad, experimentar liberación emocional, escapar de la realidad y relajarse (Morduchowicz, 2008).

Como en su momento señaló James Curran, los medios son un laboratorio para la construcción de identidad. Desde los medios podemos ver cómo se reconfigura la cultura; desde las identidades podemos dar cuenta de los nuevos significados sociales y el capital simbólico que se emplea como moneda de cambio.

Ente los medios y los nuevos medios migra la cultura como una entidad dinámica que interactúa con los consumidores individuales y los otros operando cambios significativos en todas las dimensiones de la vida (Jenkins, 2008). Los jóvenes que ordenan su vida en relación a dichos procesos de convergencia cultural y mediática no están fuera del nuevo contrato social. Hoy desde los videojuegos viven la experiencia de una historia contada en forma no lineal; desde un celular organizan su vida; desde la red expanden sus modos de socialización. Los medios como punto de referencia, nos llevan a enfocar nuestra atención en esas nuevas formas de adopción y uso de los canales de información y comunicación entre los jóvenes.

En Mayo de 2009 la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) dio cuenta de la presencia de 27.6 millones de internautas en México, con un crecimiento de 16.4% en relación al año anterior (2007), ubicando 22.7 millones en las zonas urbanas. Es importante señalar que 6 de cada 10 jóvenes entre los 12 y 19 años son usuarios de internet. Aún cuando los niveles de acceso en México no logran los niveles de equidad deseados llama la atención la presencia de 44% de internautas mujeres (56% hombres) y un 44% ubicados en los sectores D+ y DE (29% y 15% respectivamente) y siendo el D+ el de mayor crecimiento en el último año. Los mexicanos, según el estudio AMIPCI, se exponen en promedio 2:54 horas usando 7 de cada 10 la red para mandar correos electrónicos; mensajería instantánea (6 de cada 10) y chatear (4 de cada 10).

Como bien señala Roxana Morduchowicz los medios más que marginar a los chicos han mostrado ser soportes para su sociabilidad; por ellos y con ellos hablan de lo que ven y escuchan; a través de ellos escuchan y recomiendan. “Para ser uno mismo entre los otros, hay que ser y hacer como los otros” (2008: 120).

El mismo Mark Penn (2009) da cuenta de cómo los más entusiasta usuarios de la tecnología son también los jóvenes que buscan ser los más sociables. Ello reforzado por el énfasis puesto en la conectividad que permite estar siempre en línea y romper con el uso individualista de la tecnología. La tendencia a pensar que la tecnología aísla a las personas se diluye poco a poco. Basta ver los más de 250 millones de usuarios que tiene Facebook, que “contagian” entusiasmos, extroversión y “energía socializadora” a otros para convertirlos en usuarios y consumidores digitales de dispositivos móviles e inalámbricos. Sin lugar a dudas, la tecnología está siendo empleada por los jóvenes como un pegamento social.

En ese escenario de negociación de identidad, la tecnología está ocupando un lugar fundamental en el modo de enfocar la manera de entender el entretenimiento y el ocio; así como en la configuración de nuevas prácticas comunicativas, planeación de actividades (Tubella, Tabernero y Dwyer, 2008) y de participación social a distancia y en modalidad mediatizada.

Aunada a esta tendencia de los medios como punto de encuentro y diálogo aparecen las geeks fatales; es decir, chicas altamente consumidoras de tecnología que representan el 57% del mercado de consumidoras de tecnología y que en 2006 adquirieron productos tecnológicos por más de $90 billones de dólares. De acuerdo al informe presentado por The Consumer Electronics Association, las mujeres prefieren más que los hombres los teléfonos celulares, cámaras digitales, radios satelitales y grabadoras de DVD (Penn, 2009).

El E-strogeno fluye entre el e-commerce y los e-lectrónicos y no es gratuito pues el mayor uso que hacen es para comunicarse. Así pues no quieren saber cuántos pixeles registra una imagen sino cómo la tecnología encaja en su vida, por ello, buscan los gadgets más ligeros, durables y efectivos; teclados que no rompan uñas, audífonos que no estropeen el maquillaje, celulares que brillen en la oscuridad y sean fácilmente localizables en la bolsa, dispositivos altamente acoplados a la moda.

Una tendencia similar puede verse en el estudio Hábitos de consumo mediático y entretenimiento en los jóvenes mexicanos (Hidalgo, 2008) los medios más usados por las mujeres fueron internet (20.9% vs 22.5% en hombres); teléfonos celulares (17.9% vs 13.6% en hombres); televisión abierta (13.5% vs 17.1% en hombres); televisión de paga (13.5% vs 12.6% en hombres); radio (9.52% vs 8.71% en hombres); iPod (6.92% vs 7.02% en hombres); cine (5.01% vs. 5.09% en hombres); y revistas (3.83% vs 2.47% en hombres)

Nuevas dinámicas y formas de integración, socialización derivan de la convergencia entre viejos y nuevos medios. Sin embargo, sobresalen algunas manifestaciones ya derivadas de este cambio: 1) la necesidad de que los dispositivos les permitan comunicarse con los otros y ampliar sus canales de expresión; 2) los medios como forma de integración y pertenencia a causas movimientos y actividades que difícilmente podrían practicar en su cuadra, escuela o barrio; 3) los medios como forma de descubrir, mostrar y explayar la identidad; 4) los medios en sí como tema y motivo de conversación; 5) la inclusión social como una expansión de los nichos de consumo más que como una forma de equidad social; 6) la diferenciación como una actividad de socialización.

La identidad en sí es una forma de diálogo social. Ante ello ¿quién es el nuevo interlocutor?, ¿qué es lo que nos quieren compartir las nuevas generaciones?, ¿alcanzan ellos mismos a construir su propia definición?

Si los medios no se desplazan sino que se integran, ¿de qué forma se han integrado a la vida de los jóvenes y de qué forma nos hemos integrado nosotros a ello(s)?

Hoy los mercados se definen por género, edad, raza, región. Las mujeres, como los jóvenes se ubican en la punta de la curva de los early adopters. Su condición de usuarios masivos define, moldea y construye tendencias. En su momento la industria del cigarro moldeó un estereotipo mediático de la mujer (fatal) y el joven (rebelde); hoy por lo visto, lo hace un iPod o una Netbook multicolor.

Referencias
AMIPCI (2009), Hábitos de los Usuarios de Internet. México: Asociación Mexicana de Internet, Recuperado el 18 de julio de 2009 en http://amipci.org.mx/estudios/temp/RESUMENEJECUTIVOEstudioAMIPCI2009UsuariosdeinternetFINAL-0334725001245691260OB.pdf
Hidalgo, J. (2008), Hábitos de Consumo Mediático y Entretenimiento en los Jóvenes Mexicanos. Informe de resultados. México: Cátedra FISAC-Anáhuac, Universidad Anáhuac
Howe, N. y Strauss, W. (2000). Millennials Rising: the next great generation. USA: Vintage books, Random House.
Jenkins, H. (2008). Convergence culture: la cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Barcelona, España: Paidós.
Lessig, L. (2009). Remix: making art and commerce thrive in the hybrid economy. New York, EUA: The Penguin Press.
Morduchowicz, R. (2008). La Generación Multimedia: significados, consumos y prácticas culturales de los jóvenes. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Penn, M. y Zalesne, K. (2009). Microtrends: the small forces behind tomorrow’s big changes. New York, USA: Twelve Hachette Book Group.
Rheingold, H. (2009). 21st Century Literacies: video Keynot speech. Recuperado el 19 de julio de 2009 en http://www.facebook.com/posted.php?id=218514&share_id=139140458624&ref=nf#s139140458624
Tubella, I., Tabernero, C. y Dwyer, V. (2008). Internet y televisión: la guerra de las pantallas. Barcelona, España: Ariel, Editorial UOC y Generalitat de Catalunya.







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