Hoy día el cine es un medio irrenunciable para la evangelización, asegura el cardenal Paul Poupard, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura.

Así lo reconoció en su discurso de apertura del VII Congreso sobre Cine e Iglesia que organiza anualmente tanto ese Consejo vaticano como el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, presidido por el arzobispo John Patrick Foley, quien clausuró el acto.

El Congreso ha contado con la participación del director polaco Krzysztof Zanussi, que el jueves presentará por primera vez en Italia su película «The Suplement».

El cardenal Poupard, abrió el Congreso, que en esta edición lleva por título «Cristo en el Cine. Un canon cinematográfico», recordando que «el cine es un vehículo irrenunciable para hacer cultura, y en la Iglesia, para evangelizar».

«Espero que el cine sepa construir una cultura auténtica de la vida y de la dignidad de la persona» --deseó-- así como «una civilización del respeto mutuo y de la convivencia entre culturas», afirmó.

«Tengo una confianza plena en que los que operan en el mundo del cine sabrán responder a esta petición de un suplemento de esperanza», dijo el purpurado al finalizar su alocución.

Por su parte, el padre Javier García González, profesor del Ateneo Regina Apostolorum ( http://www.upra.org ), manifestó que «cine y evangelización deben ir juntos».

Para el padre García, experto en Cristología, hay algunos riesgos en la representación de Jesucristo en el cine. Puede «que no responda al Cristo canónico, al de la fe del pueblo de Dios y de la Iglesia», reconoció, o que «prevalezcan factores humanos no esenciales como ideología, materialismo, consumismo o erotismo».

Sin embargo, insistió, «el lenguaje cinematográfico puede representar al Hijo de Dios en imágenes» y puede hacerlo «sin caer en una fuga espiritualista y falsamente angelical, sino afirmando la verdad de la Encarnación».

La profesora Ermelinda Campani, de la Universidad de Stanford, constató que «hacer películas sobre Jesucristo es hacer películas que parten del imaginario colectivo, y esto tiene su fuerza y su debilidad, pues tocan la columna vertebral de la cultura occidental».

Campani sugirió que entre «cine y sacro» no hay oposición sino complementariedad y desmintió que el cine sea el terreno de «lo profano». «Ir al cine es en cierto modo participar en un rito colectivo».

Monseñor Enric Planas, director de la Filmoteca Vaticana, se mostró favorable a acoger todas las películas que traten el tema de Jesucristo: «Las películas sobre Jesucristo las quiero todas, porque nos muestran el reflejo de Jesucristo, perfecto comunicador», aseguró.

Ahora bien, monseñor Planas confesó: «prefiero las películas que presentan la familiaridad de Dios en la cotidianidad, su ternura y su inmediatez: estoy agradecido a los autores que saben mostrarnos estos rasgos en la figura de Jesucristo».

El Congreso contó con la proyección de un documental sobre «Cristo en el cine. Una historia de celuloide», producido por Paola Dalla Torre y por Claudio Siniscalchi.

Aparte de los dos Consejos vaticano promotores del acto, el congreso cuenta con el apoyo de la «Rivista del Cinematografo» del Ente del Espectáculo (institución italiana de carácter público), de la Dirección General de Cine del Ministerio de Bienes y Actividades Culturales y con la colaboración de Rai Cine y de Medusa Film.


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