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Por qué no soy progre
El ingenio y el sentido común del autor, Eulogio López, se ponen al sevicio de la Verdad


Por: Francisco Ansón |



El libro m?"pol?camente incorrecto" que ha publicado un periodista. (*)

El ingenio y el sentido com?el autor se ponen al sevicio de la Verdad, descubri?o los falaces argumentos, t?os y t?cos, del Discurso Cultural Dominante.

Se ha dicho que en el Periodismo se encuentran las Humanidades contempor?as. Si es as?Eulogio L? es periodista. Su libro comienza con el relato de un ciclista, que recuerda el de Jos?spronceda, m?mo representante del Romanticismo espa? titulado "La pata de palo", una pierna que colocada en un hombre cojo le obliga a caminar, cada vez m?deprisa, hacia ninguna parte.

El teniente de la Benem?ta que redact? sumario del ciclista, incapaz de bajarse de la bicicleta por la velocidad que hab?alcanzado, dej?nstancia en dicho sumario: "Nunca veh?lo alguno corri?n deprisa hacia ninguna parte" (p.14). "Avanza en c?ulo… no se detiene jam? Siempre comienza, nunca concluye, no tiene ni principio, ni fin, es la plena libertad sin objetivo alguno" (p.15).

Si esta carrera hacia un futuro de libertad sin sentido se le a? la relativizaci?e la verdad, tendremos las caracter?icas m?significativas del progresista. "El ciclista es el mito del siglo XX, cuando los hombres renunciaron al sentido de la certeza, cuando se cre? lamentable consenso de que la verdad no exist? o era inalcanzable, o simplemente resultaba reaccionaria. Y as?tras cinco mil a?de civilizaci?los hombres perdieron el punto de apoyo que necesitaban para no sentir v?igo, abjuraron de la certeza y convirtieron tan lamentable pr?ica en gloriosa teor? Se dijeron: ´Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira´. Esculpieron el mandamiento del mundo moderno en letras de imprenta, en los llamados medios informativos de masas, y pusieron un exquisito cuidado en acallar a todo aquel ser, zafio y ordinario, que recordara la contradicci?nterna del postulado: si nada es verdad ni nada es mentira, ¿por qu?ab?de serlo el nuevo dogma?" (p.17). Por eso, "progresista es el que camina hacia el futuro, la meta de los elegidos, el fin sin principio, el edificio sin cimientos" (p.17).

Sin embargo, como evidencia C.S. Lewis, el futuro lo alcanzamos todos "al ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga, sea quien sea" (p.18). Pero, sobre todo, la civilizaci?e ha construido por hombres que ten? la certeza de que la verdad existe: "El hombre cl?co part?de la confianza en una serie de dogmas y de axiomas. Toda su vida intelectual, es decir, su vida m?profunda, la de la cabeza y el coraz?nac?cuando afirmaba: ´Dios m? conf?en ti´ o cuando su coraz?e indicaba que esto es bueno y aquello es malo. Por eso creaba ideas y forjaba hechos, por eso su pensamiento no era est?l. Y tambi?sab? e intu? que dos m?dos s?son cuatro en base diez y por definici?Estaba convencido de la existencia de la verdad y de la necesidad de ser coherente con ella. Pero el hombre antiguo no era progresista" (p.18). Y es que "progresismo es relativismo, pero un relativismo fond?l?uido. Nuestros progres no es que vivan en la duda, es que han renunciado a cualquier certeza, m?que nada porque la certeza compromete: la duda resulta m?c?a… Al final, el progresismo se ha quedado como un agresivo sistema de desprecio a todo aquel que ´se sienta en posesi?e una verdad (aunque sea muy peque?, oiga, aunque sea evidente)´, principalmente el desprecio al cristianismo, y en una exaltaci?tambi?m?te?a que pr?ica, del despelote sexual. Eso s?la faltriquera, cuanto m?llena, mejor. Es decir, uno grita: ´Aborto libre y gratuito´, y, a partir de ah?ya puedes forrarte de dinero, y no perder?la condici?e progresista, sea lo que sea lo que tal cosa suponga" (pp.27s).

De aqu?ue: "Esta es la gran estafa progresista: si nada es cierto, ¿qu?entido tiene el compromiso, la coherencia, el sentido de la vida y, sobre todo, qu?entido tiene la alegr? O dicho de otro modo, el progresismo nos ha conducido a la tristeza. La estafa progresista consiste en vendernos libertad, cuando lo que realmente estamos comprando es desesperanza. Y as?la sociedad se ha partido en dos: los que tienen convicciones y los que se niegan a tenerlas. El progresismo es, en el fondo, una automutilaci?e la persona, porque todo pensamiento necesita un punto de partida: el hombre no puede dar raz?e s?ismo. Una obviedad que el progresismo se niega, empecinado, a aceptar" (pp. 21s).

Como sagaz periodista, el autor descubre lo que hay detr?de ciertas declaraciones a los medios de comunicaci?"Dicen los banqueros que se habla demasiado de banca. He ah?a prueba taxativa de que se habla poco de banca. Dicen los ´progres´ que se habla demasiado de aborto e ingenier?gen?ca. He ah?a prueba irrefutable de que se habla poqu?mo" (p.68). Y contin?evelando lo que se esconde detr?de sesudos art?los o manifestaciones, como, por ejemplo: "Ayala, Albiac y P?ker tienen algo en com?defienden, aunque no viven, una vida sin porqu? El primero por su pirueta mental, doble salto mortal sin red, en el que lo temporal crea lo eterno. No existe lo espiritual. P?ker, porque se marcha al extremo opuesto de Ayala: todo es esp?tu, algo tan ineficaz como la ausencia del mismo. Albiac, por su parte, considera que no merece la pena ni lo uno ni lo otro, porque no hay respuestas… aunque los partidarios de tan exquisita abstenci?e encarguen de darnos varias respuestas: la tristeza de no saber qui?s somos y la prof?ca imposibilidad de averiguarlo. Que es tanto como condenarnos a la agon? (p.49).

Los 18 cap?los que integran el libro recogen los temas de actualidad de Espa? del mundo: "El Mester de progres?, "Pensamiento y ciencia", "El primer poder: la industria cultural", "Aborto y gen?ca", "Orientalismo", "Feminismo", "Dios", "Familia", "Iglesia", "Econom?, "Relativismo", "Materia y esp?tu", "Modernismo", "Islam", "Sexo", "Arte", "Pol?ca" y "Coherencia".

Eulogio L? no es un progresista porque no ataca, o ridiculiza como algo superado, a la Iglesia, ni a la religi?porque no defiende el aborto, el divorcio, la eutanasia…; porque no favorece las parejas de hecho, incluidas las homosexuales, as?omo la posibilidad de adopci?e ni?por estas ?mas; porque no apoya la clonaci?la investigaci?on embriones y otras posibilidades biotecnol?as; etc. No obstante, la raz?uiz??radical por la que Eulogio L? no es "progre", es porque a lo largo de esos 18 cap?los que componen el libro, impl?ta o expl?tamente, el autor considera que existe el Ser, y en consecuencia el ser, la Verdad, Dios.

Tal vez por ello, de resaltar alg?ap?lo, el m?apropiado sea el que se titula, "Dios ". Eulogio L?, considera que resulta poco razonable no creer en la existencia de Dios. "El mas?ree en Dios porque no es tonto, y sabe que sin un Creador no puede existir lo creado. Su fe puede ser un ´qu? un principio creador, pero tambi?puede ser un ´qui?. En lo que no creer?unca es en un Dios Padre, o si cree en ? ser?ara odiarle por su sentida orfandad. Los masones son de?as, y de ah?us concepciones del gran arquitecto universal, tan pr?o al pante?o orientalista, pero tambi?pueden creer en un Dios y en unos esp?tus perversos, algo que hist?amente ha llevado a conectar (como todos los t?os algo tiene de cierto y algo de exageraci?a la masoner?con los movimientos sat?cos .

"Por todo ello, masones y sat?cos est?consiguiendo tantos adeptos entre las nuevas clases urbanas, preferentemente universitarias, formadas. Porque esas clases son conscientes de que hay que ser muy tonto para ser ateo, o para ser un materialista puro. Desde el materialismo puro, la realidad no se entiende. Desde el satanismo, se entiende muy bien. Para mal, pero se entiende. Ellos saben que existen muchas cosas, y muchos seres, que no se ven" (p.90).

Tampoco le parece l?o negar desde el punto de vista cient?co la existencia de Jes?e Nazaret: "Con la figura de Jes?e Nazaret pasa lo mismo, s?que m? Su condici?ivina es cuesti?e fe; por el contrario, su existencia es una cuesti?ist?a, la cuesti?ist?a m?demostrada que existe. Dicho de otra forma: puede negarse que Jes?s Dios pero no que Jes?aci? Bel?durante el imperio de C?r Augusto. Y m? si niegas su car?er divino, no puedes explicar sus milagros, que son un hecho hist?o" (p.93).

Despu?de contar con mucho gracejo que a "Stalin le roban su sinton?, porque le han cambiado la letra al himno nacional de la Uni?e Rep?cas Socialistas Sovi?cas (ahora la letra dice: "Desde los mares del sur a las tierras ?icas… Rusia tierra protegida por Dios"), concluye con lo que pasa en Occidente con Dios: "Occidente puede permitirse el lujo de no contar con Dios porque la moral de ese Dios ha sido su matrona durante siglos. Rusia, tras el comunismo, no puede permitirse tama?ispendio" (p.97).

Estos ejemplos sobre la existencia del ser -como recuerda, Chesterton "hay un es" (p.18)-, la verdad y Dios, son muy expl?tos. Existen otros igualmente expresos, pero, en casi todos los temas que trata directa o indirectamente el autor, se presuponen esas tres realidades.

"Uno de los informes de la CIA para el nuevo presidente, advert?que los conflictos del siglo XXI, superada la Guerra Fr? se van a dilucidar en terrenos ideol?os, en concreto en tres: los alimentos, la educaci?y la religi?En definitiva, si el mundo de las ideolog? ha muerto, probablemente haya llegado el momento del confesionalismo" (p.183). Naturalmente este confesionalismo nada tiene que ver, por ejemplo, con clericalismo, sino con las creencias que determinan el comportamiento de las personas, los partidos y las instituciones.

En las ?mas p?nas de "Por qu?o soy progre" el autor se plantea cu?es el fundamento del progresismo y su respuesta es n?da: la causa moral del progresismo es el relativismo. Y a continuaci?de manera convincente, explica "c?es posible que este disparate (el relativismo) haya llegado a convertirse en el dogma del mundo actual..." (p.187).

Eulogio L?, concluye su an?sis con una inquietante referencia a la "New Age", "Nueva Era", "el nuevo y, no nos enga?s, formidable enemigo al que se va a enfrentar la humanidad del siglo XXI. Rabindranath Tagore, que antes que fil?o era indio, y algo sab?de m?icas orientales, confiesa que se convirti? Cristianismo cuando comprob?s diferencias entre sus dioses orientales, Al? Cristo. No dispongo de la cita exacta, pero ven?a decir esto: Si un hombre cae a un pozo, los dioses orientales exclamar? ´Pobrecito´. El dios isl?co concluir?´T?enes la culpa´. S?Cristo te tender?u mano para liberarle" (p.191).

De lo dicho se deduce que estamos ante el libro m?"pol?camente incorrecto" que ha publicado un periodista. "Por qu?o soy progre", tiene una f?l cr?ca negativa con s?cambiar la perspectiva desde la que se ha escrito, aunque, quiz?algunos medios, a pesar de ser un compa? de profesi?es posible que lo condenen al silencio. Contradecirlo, intentar demolerlo, ridiculizarlo o, al menos, desvirtuarlo, ser?arriesgado y adem?se leer?m? lo que no conviene a muchos.

El cr?co de "Por qu?o soy progre" tiene garantizado el ?to al recomendar su lectura, con la seguridad de que no va a defraudar al lector. Se trata de un libro muy ameno, redactado period?icamente al filo de la actualidad, valiente, que enriquece culturalmente, que pone de manifiesto los signos m?importantes de nuestro tiempo… y que da qu?ensar.




Francisco Ans?r>----
(*) L?, Eulogio, "Por qu?o soy progre", Ed. LIBROSLIBRES, 2001, 191 p?..



ARBIL: http://www.iespana.es/revista-arbil/(55)eulo.htm







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