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Urgencia del momento: cualificarse
¿Qué hacer ante los contenidos negativos de los medios de comunicación? El P. Felipe Santos, nos ofrece un camino formativo para acabar con ellos: la recepción crítica.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .



Hay creyentes que todo lo arreglan con las quejas sobre los medios de comunicación. ¿Arreglan algo así? No, nada. ¿Qué hacer entonces?

Para responder al desafío de la comunicación actual, se hace necesario un camino formativo adecuado.

Con la evolución de medios surge un conflicto entre las posibilidades internas de las tecnologías mismas y la aceptabilidad humana de lo que se nos ofrece a través de ellas. No es automática, en efecto, la relación entre crecimiento técnico y maduración humana, entre desarrollo tecnológico y progreso civil.

Notamos que, mientras la técnica se desarrolla con extrema rapidez, el desarrollo de las competencias individuales, de aprendizaje y uso de las nuevas técnicas es más bien lento y desigual.

Existe ya la experiencia en ciertas comunidades eclesiales de una doble velocidad: algunos encuentran dificultad para adaptarse y rechazan incluso la idea deponerse a aprender el uso y valoración de lo que se refiere a los instrumentos informáticos; otros, en cambio, se encuentran a gusto en los nuevos lenguajes y en las nuevas posibilidades que éstos ofrecen y mantienen fácilmente el ritmo de su desarrollo. Es, en alguna medida, el espejo de lo que está sucediendo, en dimensiones mucho más grandes, en la realidad social.

¿Qué hacer, pues? El único camino es el de la formación. La nueva alfabetización, es decir, la capacidad de leer y escribir en la cultura de los medios, afecta a todas las personas y, por lo que se refiere a la fe, a todos los creyentes. ¡Cuánto más deberá interesar a educadores y evangelizadores!

Desde hace algunos años, la Iglesia, a través de los dicasterios competentes de la Santa Sede, propone un camino que contempla tres niveles diferentes de formación: uno- de base -, un segundo -"pastoral"- y el tercero - de preparación especializada.

El mínimo exigido se colocas en el nivel de base. Cada uno de nosotros consume diariamente informaciones que llegan a través de mil caminos: desde el periódico al libro, desde la radio al vídeo, desde el cine al Internet.

Aprender a leer y a valorar es el primer paso. No podemos exponernos al bombardeo comunicativo sin tener los anticuerpos necesarios y las claves de lectura, para no dejarnos capturar de manera ingenua; para no ver sólo con los ojos de los demás y juzgan con la cabeza de los otros. No se puede ser sólo espectadores en un momento en que la interactividad está generalizada y todo ciudadano tiene derecho y posibilidad de expresarse inmediatamente sobre lo que se le ha ofrecido.

Dice La Comunión y Progreso:" No se os pide que os hagáis moralistas de piñón fijo, sino que deis crédito a vuestra habilidad mágica de ver la luz que hay detrás de la vida humana."



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