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Internet para ver, oír y leer
Onésimo Herrera-Flores nos ofrece un artículo sobre los cambios derivados de la interacción con esta tecnología de información y comunicación


Por: Onésimo Herrera-Flores | Fuente: Yoinfluyo.com



Internet no sólo cambió la forma de trabajar, de comunicarnos, de recibir información, de divertirnos. Cambió también forma de pensar, percibir e interpretar lo que nos rodea. Podemos ver las cosas como si no tuvieran secretos.

Lo multimedia reemplaza lo lineal: podemos ver imágenes, oír y leer todo junto. Podemos mirar una película histórica e inmediatamente contextualizar los hechos en enciclopedias de Internet. Sí, no tendremos garantía de rigor analítico, pero obtendremos las coordenadas de la época. Y si queremos profundizar después en el tema, podremos hacerlo.

Internet hace posible que las ideas se promuevan (incluso si quien impulsa la idea no tiene él mismo oportunidades básicas para hacerlo). Recientemente, un vecino de la colonia Roma Norte de la Ciudad de México, logró reunir a cientos de personas para reclamar contra la construcción de un edificio que, por lo pronto, ha sacado agua durante cinco meses, agrietando casas vecinas y sin que la delegación Cuauhtémoc tomara nota del asunto y menos el INBA que presume de salvaguardar las construcciones protegidas en su catálogo.

Se trata de la casa localizada en Tabasco 263 y los saca-agua, agrietadores se ubican contiguamente, en el 261 de la misma calle y colonia, tras haber deteriorado ya la mencionada casa con la demolición y cimentación en proceso, secando primitivamente todo el suelo colindante. Es decir: no hace falta acceder a círculos selectos ni tener mucho dinero para lograr impacto en la opinión pública o instalar un proyecto.

Internet nos obliga a la precisión: cada vez es más importante hacer la pregunta (o la búsqueda) correcta para obtener lo que se quiere.

La distancia entre obligaciones y entretenimiento es cada vez menor. Hacemos de todo en tiempo completo: abrimos un documento, en el medio cotejamos qué mensaje nuevo recibimos, mientras tanto miramos la portada del diario y nos tentamos con ver un video, volvemos al documento, nos ponemos música, reenviamos un mail...

Lo bueno, si breve: los contenidos se fragmentan cada vez más: no álbumes enteros, sino canciones; no diarios, sino tweets; no libros enteros, capítulos.

Cae la importancia de los nombres propios: no importa tanto quién habla, no importa tanto la idea de autor primero, de autor-fuente. Y además tendemos a valorar más las versiones que la verdad; tendemos a creer más en lo subjetivo que en lo supuestamente objetivo.

Estas son algunas notas de lo que puede registrarse como tendencia en nuestro comportamiento. Pero quedan muchas preguntas sobre los cambios de conducta y formas de pensar que puedan darse con el tiempo, como por ejemplo:

¿Nos desacostumbraremos a mantener la atención largo rato? ¿Nos costará profundizar en las ideas y sólo tendremos conceptos muy generales, y poco analíticas, de las cuestiones? ¿Tendremos, en contrapartida, una actitud más activa, curiosa, participativa? Es decir, ¿seremos más ávidos intelectualmente, pero también más superficiales?

Si bien con los nuevos medios de comunicación se pierde el contacto cara a cara, ¿se verán beneficiadas las relaciones entre las personas por la posibilidad de vincularse por afinidades (gustos, hobbies, orígenes, etc.) de un modo más natural y fluido que antes? ¿Nos enriqueceremos al establecer relaciones más pares (que equilibren la fuente o el autor de la información con aquellos que la reciben)? ¿Nos aportará el ejercicio de recibir una constante feedback a nuestros textos, audios, videos publicados para mejorarlos?

¿Seremos más generosos y compartiremos la información que tenemos porque encontraremos un beneficio (sea por el bienestar personal o por las ganas de tener buena reputación por Internet)? ¿O la falta de contacto nos volverá más individualistas o insensibles? ¿Nos jugará a favor que tanto quede registrado en la web, hoy ya nuestra gran memoria colectiva y enriquecedora sólo de los mercenarios que captan la publicidad pagada?







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