Un lenguaje camaleónico
Por: Alvaro Vázquez Prat | Fuente: Arbil.org
El lenguaje, la “lengua”, del latín “lingua”- se define en el Real Diccionario de la Lengua Española como: “el sistema de comunicación verbal de una comunidad”; “sistema lingüístico cuyos hablantes reconocen” y “vocabulario y gramática propios y característicos de una época”.
El lenguaje es universal y según algunos conocidos filósofos como Martin Heidegger, privativo del hombre; famosa es la tesis del mismo Heidegger según la cual el lenguaje es la casa del ser (Haus des Seins) y la morada de la esencia del hombre. No obstante, dejando a parte particularidades propias del mismo, lo que si parece claro, y universalmente aceptado, es que el lenguaje es capaz de transmitir conceptos, ideas, conocimientos y mensajes. Información toda ella que adquiere uno u otro significado en función de cómo se utilicen las palabras que transmiten dicho contenido lingüístico. Metafóricamente hablando, podríamos decir que el lenguaje es capaz de adquirir ciertas características camaleónicas en tanto en cuanto posibilita el “camuflar”,”ocultar” y/o “enmascarar” la realidad de un significado en pro de determinados intereses particulares, socio-políticos e incluso economicistas.
Pongamos como ejemplo las más habituales manipulaciones que se están dando actualmente en nuestro país: se habla de “muerte digna” por “eutanasia”; “interrupción voluntaria del embarazo” por “aborto; “transferencia nuclear de ovocitos” por “manipulación de embriones”.
Y yo pregunto: ¿donde está la dignidad de una muerte provocada?, la dignidad se vive, no se muere; ¿qué posibilidades tiene la continuidad de una interrupción de un embarazo? porque si se interrumpe, sólo se para, es decir podrá volverse a reactivar, porque lo interrumpido sólo está paralizado, no eliminado; y ¿que es un ovocito transferido? sino el primer paso de un embrión fabricado en un laboratorio, para su posterior manipulación.
¿Porqué desfigurar el verdadero significado de las palabras? sino por buscar ese disfraz perfecto que permita a quien lo provoca el interesado efecto minimizador de una realidad cruel y desalmada. Efecto minimizador que permita dar cabida a esos intereses sombríos que de otra forma nunca verían la luz.
¿Que está pasando en esta sociedad, adormecida, que ni siquiera es capaz de entender el verdadero significado de unas palabras que ocultan un mensaje tan inhumano, ruin y hasta sanguinario?
Llamar a cada cosa por su nombre debe ser una máxima por la que estamos obligados a luchar, porque el verdadero significado de las cosas es el que permite que veamos la realidad tal cual es y no desdibujada como es pretensión de algunos interesados.
Eutanasia, aborto, manipulación embrionaria, ASESINATOS, esa es su realidad definitoria y su verdad lingüística.
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Alvaro Vázquez Prat