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Efectos y daños de la pornografía I
Las siguientes consideraciones quizá no han llenado las páginas de periódicos, pero con toda seguridad todos nos preguntamos: ¿Cómo puede llegar un individuo a actuar así?.


Por: Mscperu.org | Fuente: Mscperu.org



La actualidad del crimen de la joven Sonia Carabante en Málaga, España, y la afortunada captura del culpable hace que todos reflexionemos un poco sobre el tema.

Las siguientes consideraciones quizá no han llenado las páginas de periódicos, pero con toda seguridad todos nos preguntamos: ¿Cómo puede llegar un individuo a actuar así?.



Hay más culpables
La pornografía en España


¿Cómo puede un individuo convertirse en agresor sexual y asesino de jóvenes? Y lo preocupante es que no son casos infrecuentes, los delitos de violaciones y agresiones sexuales, según el último informe del Fiscal General aumentaron el curso pasado en un 10%. Parece que nuestros hijos ya no pueden ir tranquilos por la calle sin ser acechados por agresores en potencia. "La pornografía es la teoría, la violación la práctica" decia Victoria Guillik en su libro Relato de una madre. Analicemos algunas realidades con sus datos.

De la industria pornográfica a la explotación sexual sólo hay un paso. La pornografía mueve cada año 60.000 millones de euros en el mundo, unos 250 millones de personas en el mundo son consumidores de pornografía según datos de la revista FORBES.

La industria del cine y el vídeo es la que mayores beneficios obtiene dentro del mercado del sexo: en Estados Unidos se ruedan cada año 13.000 películas porno y en Europa, unas 1.500, lo cual provoca que las productoras alcancen alrededor del 40 por ciento de beneficio por película.

En España, durante el año 2000, el Ministerio de Cultura clasificó 1.028 títulos como "X" frente a las 1.480 películas que recibieron la calificación de "Para todos los públicos". En cuanto a los usuarios de la pornografía en nuestro país, 850.000 personas consumen este tipo de productos, de los que el 45 por ciento son consumidores habituales.

Pero donde más se ha disparado el consumo de pornografía en los últimos años ha sido en Internet. Los internautas españoles son los ciudadanos que visitan más páginas de contenido sexual: según el anuario eEspaña 2001, realizado por Retevisión, el 38 por ciento de los cibernautas españoles navega por webs de contenido pornográfico.

Según Josep Antón Arrebola, secretario general del Consorcio ECPAT España (www.acim.es/ecpat) -dedicado a combatir la explotación sexual infantil-, "cuanta más pornografía se consume, más aumenta el deseo de seguir consumiéndola, lo que refleja la presencia de alguna dificultad importante para mantener una vida sexual normal, porque el consumidor de pornografía utiliza esos materiales como sustitutivos".

El sexólogo Ferran Trullols, asegura que "poco a poco la persona va perdiendo sensibilidad, por lo cual debe aumentar sus estímulos, que cada vez son menos personales y más genitalizados. Al final se produce una búsqueda incesante de nuevas experiencias, que nunca llegan a satisfacer del todo, lo que la convierte en adicta a la pornografía".

Si los adictos a la pornografía se quedaran ahí, si no afectara a otras personas, pero.... la pornografía y los abusos a menores son causa y efecto.

Como en todas las adicciones, el consumidor de pornografía necesita cada vez dosis mayores para que su cuerpo y su mente reciban el mismo estímulo que al principio. El adicto tiene la necesidad de experimentar nuevas sensaciones. Además, esta actitud puede degenerar en delitos como la pornografía infantil y el abuso a menores.

Según Arrebola, "la pornografía infantil, con sus elementos adictivos, tan sólo constituye un sustituto temporal del abuso físico, y además fomenta el deseo en el consumidor de pasar a la acción y protagonizar en el mundo real aquello que le venía proporcionando el placer sexual hasta ahora".

Actualmente, la explotación sexual comercial infantil (ESCI) es cuantitativamente la tercera industria ilegal a escala mundial, después del tráfico de armas y el tráfico de drogas. Según Arrebola, "existen unos 100 millones de menores en todo el mundo atrapados en redes de explotación sexual", de los cuales se calcula que 5.000 se encuentran en España. Estos abusos aumentan con el llamado "turismo sexual", una práctica muy común que algunos ciudadanos del Primer Mundo practican en países de Latinoamérica y Asia. "Entre 30.000 y 35.000 ciudadanos españoles viajan cada año a América Latina con el exclusivo propósito de tener relaciones sexuales con menores", asegura Josep Anton Arrebola.

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Cortesía: Comité Indep. Antisida http://cias.webcindario.com







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