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La publicidad y la comunicación (II)
Les compete a los agentes de publicidad y a los medios que se ofrecen como vehículos dar a conocer, seguir y aplicar los códigos de deontología ya establecidos de tal forma que logren el concurso del público.


Por: Felipe Santos | Fuente: .




Les compete a los agentes de publicidad y a los medios que se ofrecen como vehículos dar a conocer, seguir y aplicar los códigos de deontología ya establecidos de tal forma que logren el concurso del público.


Decía Pablo VI: Todo lo que afecta a cuestiones morales y delicadas ,como el problema de la juventud, el respeto de la mujer, la salvaguardia de la familia y la tutela de los derechos de la persona humana, justifica el interés de la Iglesia y sus fundadas preocupaciones.

¿Cómo podría la Iglesia callar cuando se ofenden los principios éticos? ¿ Cómo podemos renunciar ante una opinión compartida por los hombres de buena voluntad que emplea la publicidad para ofender al hombre, a nuestra civilización?

Esta publicidad ofende gravemente la dignidad del hombre, turba la paz de las conciencias y l concordia entre los hombres.

Por esta razón pedimos a todos los creyentes comprometidos en la acción pastoral que trabajen con los agentes de publicidad para que entablen un diálogo abierto en el respeto de los intereses recíprocos y en el reconocimiento común del bien de la sociedad humana.

Invitamos al mismo tiempo a los promotores de la prensa católica y a quienes hacen transmisiones por radio y TV...a que elijan la publicidad como un ejemplo de sus convicciones religiosas y de su ideal de vida. Le pedimos a los distribuidores de la publicidad que tutelen los principios morales y favorezcan el desarrollo de la persona y de sus valores espirituales y humanos.

Deseamos que las instituciones católicas sigan con atención el desarrollo de las técnicas modernas de la publicidad, y sepan valerse de ellas para la transmisión del mensaje evangélico tal y como corresponde a las necesidades del hombre contemporáneo.

Dejen, en primer lugar, de poner tantos anuncios en los mismos programas. ¿Por qué no hay una hora al día de anuncios para que todo el mundo se entere de la novedad existente en el mercado? Todo el que tenga interés, no se perdería esa hora? En segundo lugar, no interrumpan las películas. De modo que los toros y el fútbol se transmiten sin anuncios y una película u obra de arte se transmite con interrupciones? ¿Tiene esto sentido?

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