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La fe y la moda
Reflexión del P. Felipe Santos en la que retoma el Evangelio para invitar a los jóvenes a ser parte de la moda de vivir con y como Cristo.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .




Me gustaría que este 25 de abril, fiesta del apóstol Marcos, tuvieras en tu vida personal, joven malagueño, la reciedumbre de tu fe afincada en lo más hondo de ti mismo.

No te creas que eres un ser extraño para tus colegas porque te vean flotando en un estilo de vida que, en nada, se parece a lo superficial que acampa a tu derredor.

1) Me encantaría contemplarte tal y como eres: esbelto y elegante por fuera y por dentro. Y esta belleza le pongo un título: Ve a contracorriente”. Esto significa para ti algo precioso que no muchas veces te detienes a meditar en el hontanar de tu vida de creyente.

Tu actitud decidida de luchar contra cualquier moda que te aparte de lo esencial- Jesucristo- me parece excelente. Eso demuestra que no caminas por sendas trilladas, sino que buscas caminos nuevos que den realce a tu vida joven en lo biológico y también- por qué no- en el caudal de vida interior que encierra tu corazón.

No temas ir a contracorriente. Si te critican, siéntete dichoso como se siente la trucha de los ríos de alta montaña. Tu subida a Cristo, día tras día,- en este tiempo de Pascua- es una meta preciosa para ti. Y fíjate bien: Aunque tus colegas no te entiendan y quieran llevarte a su mundillo particular o te tilden de beato y trasnochado en este año 2004. Tú, ¡a lo tuyo!

Pienso que los carcas son ellos porque se dejan llevar de lo fácil. Y esta sociedad competitiva rechaza al mediocre. ¿Sabes por qué? Porque están vacíos y estresados por el bien material, el confort como valores prioritarios.

2) Veo que eres un chico/a inquieto. ¡Enhorabuena! Se te nota a la legua. Tus ojos, llenos de brillo e ilusión, no han perdido la actitud de María en estos días de Pascua. Ella, tras lo primeros momentos, adoptó la postura que la llevaría al encuentro pascual. Ella se dirigió primeramente a los discípulos, luego a los ángeles del sepulcro, por fin al que ella cree que es el jardinero . Y a todos les dice lo mismo:” Se han llevado al Señor y no sé dónde lo han puesto”.

Los discípulos no le responden nada. Los ángeles le dicen algo muy importante. Le obligan a que abandone una investigación puramente exterior y penetre en sí misma:”Mujer, ¿por qué lloras?”. El jardinero le va a hacer la pregunta completa:”Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”

El Resucitado se hace presente a María con estas cuestiones fundamentales. Son las preguntas para vivir la experiencia pascual de encuentro con Cristo resucitado.

Te hago, amigo joven, una pregunta por si quieres contestarla desde tu propia interioridad: ¿Por qué hay tanta insatisfacción y tristeza en tu vida o la ves reflejada en la de otros? ¿Qué andas buscando? ¿Qué estás haciendo con tu existencia?

Vete tras la experiencia de alguien que la viva hondamente. Para Pablo, por ejemplo, significa “morir al pecado” que deshumaniza y mata. Recuerda lo pasado el 11-M.

“Resucita a una vida nueva”, la vida de Cristo resucitado, que llena de su energía vital a quienes se adhieren a El.

Desde luego, tenlo por seguro: si lo haces así, estarás viviendo “una vida nueva” y no una existencia abocada sólo al consumo y al placer fácil y pasajero.

Esto, joven, lisa y llanamente se llama en cristiano ir a contracorriente. Te invito personalmente a que sientas el halago- ¡halago!- de algunos de tus colegas cuando te digan: “Macho, nuestro colega se ha tomado en serio la vida de creyente. Es coherente y nos da ejemplo a todos. Y aunque lo critiquemos, tío, no hay quien pueda con él. Va a su bola, pero en plan bien, y no lo logramos que se venga a nuestro mundo más trivial, mediocre y superficial.

Siéntete feliz. Tu adhesión a Cristo resucitado te introduce en una dinámica de crecimiento en la vida cristiana.

No quiero serte pesado. Termino con las palabras del arriesgado y luchador infatigable Pablo:” Siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hacia Aquel que es la Cabeza, Cristo”. Ojo! No sólo crecimiento individual, sino crecimiento de toda la Iglesia.

Revístete de joven nuevo al estilo del Resucitado y verás qué dicha vas a sentir en tu ruta a contracorriente de parte de esta sociedad que ha olvidado a Dios y lo necesita, sin embargo, como el pez al agua. ¡Animo, luchador! La moda de vivir con Cristo está siempre de moda. No cambia de modelitos. Con su moda te sientes más guapo/a. De verdad.


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