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Las condiciones para comunicar
El P. Felipe Santos nos orienta sobre los criterios de valoración a considerar para construir comunión y responsabilidad en nuestro trato con los otros.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .



Cuando se consideran las cosas sólo bajo una perspectiva inmediata, las condiciones principales para la comunicación social parecen ser la espectacularidad y la venta de productos.

Basta prestar un poco de atención a lo que ofrece la TV- el más poderoso de los medios- para convencernos de ello. La TV tiende, por su naturaleza, a hacer espectacular todo acontecimiento. Todos los programas están condicionados por su exigencia. La información misma debe tener características de un espectáculo.

Para ser interesantes en TV, hay que suscitar emociones, impresionar, convertirse en imagen fuerte a golpes de luz, color, originalidad, sucesión rápida de fotogramas y comentarios.

Así pues, la comunicación es hoy un gran mercado. Definimos la nuestra como una sociedad de la información y de la imagen. La información es la materia prima principal de la economía: se intercambian muchos más datos que productos. Se disputa la audiencia sin excluir los golpes. La propaganda apunta a la imagen más que al producto ofrecido. La comunicación misma, en todos sus aspectos, es una producción de grandes empresas con el correspondiente juego de la oferta y la demanda, competencia de precios y de calidad.

Esta es la situación en que se encuentra la comunidad educativa y religiosa para actuar educativamente. También ella debe impresionar y vender. Trata de comprender cómo funciona la comunicación, pero subraya la exigencia de ponerla al servicio del crecimiento humano y el logro de una comunión entre los hombres.

Para ser en esto propositiva y eficaz, la comunicación debe tener en cuenta otras condiciones: bajo un punto de vista personal, y más aún bajo un punto de vista institucional, debe apostar por la autenticidad y por la transparencia.

Estas son cualidades exigidas por aquellos que nos consideran punto de referencia para la vida y la experiencia humana y cristiana en un territorio.

Pero no sólo : para nosotros, discípulos de Cristo, son también requisitos y factores imprescindibles de la comunicación.

Hoy no basta vivir en privado opciones y proyectos y realizaciones culturales. Hay que darlas a conocer. Pero para darnos a conocer, tenemos que ser legibles; para ser eficaces, hay que ser auténticos, es decir, comunicar experiencias y convicciones profundamente sentidas y vividas.

Los medios de comunicación son un supermercado de ideas. Las visiones de la vida y las propuestas que ofrecen son muchas, fáciles de acoger y fáciles de dejar abandonadas...

Jesús, Apóstol del Padre, venido al mundo para comunicar la vida de Dios, unió de forma nueva los tres elementos de la expresión humana: la palabra, la acción y los gestos simbólicos. La autenticidad y la transparencia no son utopía.

Son los criterios de valoración de todo lo que se nos ofrece para construir comunión y responsabilidad.


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