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La Trinidad en la Cruz y la comunicación
El P. Felipe Santos insiste en las exigencias morales de los comunicadores: promoción del amor, la bondad, el bien y la verdad.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .




Con la curación del sordomudo se asiste al supremo modelo de la comunicación porque es el momento en el que Dios se comunica a los hombres: el misterio pascual de la cruz y de la resurrección.

La Trinidad en la Cruz ha sido el icono concreto en el que hay que inspirarse para sondear la profundidad de la comunicación interpersonal querida por Dios: como Padre permite que su Hijo vaya a la muerte en un gesto de suprema gratuidad, y el Hijo obedece por amor a nosotros.

Así la comunicación entre los hombres exige gratuidad y acogida y debe desarrollarse en un clima de auténtica reciprocidad y libertad. De ellas es testigo el Espíritu Santo en su relación con las Personas divinas. Estas relaciones forman y constituyen la verdadera comunicación interhumana .

El cardenal Martini, arzobispo de Milán, afirma: El compromiso de Dios trinitario en su comunión con el hombre revela ya de por sí el valor intrínsecamente bueno de todo acto comunicativo y, por consiguiente, el valor de todo instrumento de comunicación que tiende a mediar o a multiplicar este acto.

Y si Dios se revela agape en su comunicación, es decir, amor gratuito que no se encierra en sí mismo, la bondad última del acto comunicativo entre los hombres reside en su participación en esta caridad divina. la comunicación establece entre los seres humanos relaciones de solidaridad, que expresamos con la imagen de Dios impresa en toda criatura.

Lenguaje humano y comunicación divina en la historia
Dios ha hablado con palabras humanas y se ha revelado con gestos y eventos que forman parte de la historia de nuestro mundo. Este dato demuestra cómo el Señor no ha desdeñado las formas de la comunicación humana, antes bien las ha revelado pleas en sí mismas.

Se podría decir que, desde que Dios ha hablado con palabras y hechos humanos, estamos seguros de que las palabras y sucesos de este mundo son aptos para ser vehículos de su comunicación, capaces de transmitir su amor, su verdad y su vida mediante términos pobres y gestos limitados de nuestra experiencia.

Los medios de masas, en la variedad de lenguajes usados por ellos ( verbal, imágenes, sonoro, gestual, vibraciones y emociones) son medios potenciales en los que el Verbo no desdeña vivir. Es más, mediante ellos puede transmitir su mensaje y su poder de salvación.

San Juan de la Cruz entendió y vivió esta comunicación a niveles tan profundos que, en misma soledad y pena en la cárcel de Toledo y en sus largos viajes por muchos sitios, le alentaba llevar la Reforma del Carmelo adelante su perfecta unión con la Trinidad. Por eso solía decir: El alma que anda en amor no cansa ni se cansa".

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