Menu


La piedad popular, comunicación válida
Reflexión del P. Felipe Santo sobre la religiosidad popular y la posibilidad que existe por hacer de ella un diálogo y un encuentro con Cristo.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .




Hubo algunos años en los que se intentó desterrar la piedad del pueblo, las devociones a los santos, la salida de las procesiones. Pero se quitaban y no se las sustituía por nada. Fue un fracaso. Al mismo tiempo estaba contra fe sencilla de la gente y de la Iglesia.

El propio Pablo VI, en la Evangelii Nuntiandi , le dedica una reflexión que conviene que la estudiemos y reflexionemos.

aunque durante mucho tiempo se consideraron puras, otras veces despreciadas, estas expresiones constituyen hoy el objeto de un descubrimiento. Los Obispos han profundizado en su significado en el reciente Sínodo con una realismo pastoral y un celo notables.

La religiosidad popular tiene sus límites. A menudo está abierta a la penetración de muchas deformaciones de la religiosidad, como las supersticiones. También se quedan a un nivel de manifestaciones cultuales sin impregnar la auténtica adhesión a la fe.

También puede llegar a convertirse en sectas y a poner en peligro la verdadera comunidad eclesial.

Pero si está bien orientada, sobre todo mediante la pedagogía de la evangelización, es rica en valores.

La religiosidad popular manifiesta una sed de Dios que sólo los sencillos y los pobres pueden conocer; los hace capaces de generosidad y de sacrificio hasta el heroismo, cuando se trata de manifestar la fe; comporta un sentido agudo de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante; genera comportamiento interiores raramente observados: paciencia, sentido de la cruz en la vida diaria, desapego, apertura a todos los demás y devoción.

Por todos estos motivos la llamamos piedad popular, esto es, religión del pueblo, más bien que religiosidad.

La caridad pastoral debe sugerir a los responsables de la comunidades, las normas de conducta en las confrontaciones con esta realidad, tan rica y al mismo tiempo vulnerable.

Ante todo hay que ser sensibles, saber comprender sus dimensiones interiores y sus valores innegables, estar dispuestos a ayudarla a que supere sus riesgos de desviación.

Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada día mejor para nuestras masas populares y convertirse en un encuentro Dios en Jesucristo.

Si te gustó el texto y quieres comentarlo con su autor da un click aquí

 

 


* ¿Qué opinas sobre el tema? Comparte tus observaciones con otros miembros de la comundad interesados en charlar sobre el artículo.

 



 

 

 

 









Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |