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La Iglesia debe decir y practicar la comunicación
¿A qué se debe que los medios tienen una imagen tan corta de la Iglesia? El P. Felipe Santos busca una respuesta en el trabajo mismo de la Iglesia.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .




Existen motivos por parte de la TV y de la prensa para acudir a las fuentes autorizadas y determinadas. Me pregunto si no existe alguna responsabilidad por nuestra parte a la hora de facilitar una información que termina por dar una corta imagen de la Iglesia.


Quiero preguntarme a mí mismo, dice el cardenal Martini, arzobispo de Milán, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos comprometidos, representantes de asociaciones, grupos y movimientos si cumplen todo lo que es necesario para darse a conocer, para comunicar la extraordinaria vitalidad de la experiencia eclesial, los problemas que acompañan nuestra vida y nuestra búsqueda diaria.

Existen parroquias que tienen una intensa vida de fe y de promoción humana en los barrios en los que están enclavadas y en los que se arriesgan por llevar una palabra de esperanza.

Hay grupos de voluntarios que van allá donde nadie va. Hay animadores que siguen categorías particulares: ancianos, incapacitados, personas en dificultad. Hay muchas Madre Teresa de Calcuta inmersas en el anonimato. ¿ Es posible que el bien no sea nunca noticia?

Ciertamente, no todo es comunicable; la vida de fe de una comunidad no se vive para ir a la prensa, al igual que su profundidad no se mide por el índice de notoriedad. Respecto a la limosna, dice Jesús: Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.

Pero también dice: Resplandezca vuestra luz delante de los hombres. Las carta de los Apóstoles abundan en intercambios de noticias entre las comunidades.

Estoy convencido de que debemos promover una mentalidad más abierta y disponible para la información. Muchas veces somos objeto de juicios superficiales porque ofrecemos pocas ocasiones de información correcta, documentación y diálogo.

No es posible establecer relaciones claras y leales con los agentes de la información. Si les proporcionamos elementos suficientes y fundados en conocimientos, podemos intentar un trato respetuoso y una relación recíproca. La reticencia es mala consejera, y a menudo es hija del miedo, de la inseguridad y de lo irracional...

Las costumbres no se cambian de hoy a mañana. Y un cambio de mentalidad debe prepararse con iniciativas de sensibilización del clero y de los fieles y acompañado con instrumentos técnicos oportunos ( oficina de prensa, centros de documentación) que ayuden a todos.

El Señor no nos ha hecho cristianos sólo para proteger nuestra fe, para difundir cuanto sabemos, sino para dar testimonio de la esperanza que hay en nosotros...

Estoy convencido de que nuestro camino , hoy, está en alimentar una opinión pública y fecunda de la Iglesia, crear una circulación de informaciones que nos permita a todos sentirnos parte importante y significativa de la comunidad.

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