La fe y los medios masivos de comunicación
Por: Maccarone Romina Constanza | Fuente: .
Si nos remitimos a cualquier manual de introducción a la carrera de Comunicación Social, encontraremos una definición del concepto “Medios de Comunicación” similar a este: el término “medio de comunicación” hace, generalmente referencia a el instrumento o forma de contenido por el cual se realiza el proceso comunicacional. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los medios de comunicación masivos.
Los medios masivos de comunicación (MMC) han cambiado notablemente la vida del ser humano. Nos permiten mantenernos informados al momento, traspasando límites geográficos, temporales y culturales. Ni hablemos de la maravilla de internet que, aparte de permitirnos viajar por el mundo sin movernos de nuestros hogares, nos ofrece innumerables posibilidades para realizar una infinidad de operaciones sin tener la necesidad de levantarnos del frente de la pantalla de nuestras computadoras.
Por ende, son indiscutibles los beneficios que hemos obtenido debido al avance vertiginoso que han experimentado los MMC en los últimos 20 años y no debemos olvidar los prodigios con los que contaremos en 20 años mas con el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas en la materia.
Pero no podemos ignorar la parte obscura de todo esto.
No hay hogar que no posea, al menos, un aparato de televisión, una PC o una radio. En principio, esta premisa, no tiene nada de malo, el problema surge cuando se producen abusos y malos usos de estos medios.
Numerosos estudios sobre los medios masivos de comunicación han llegado a la conclusión de que, en la mayoría de los hogares se consumen muchas horas de televisión e Internet. Más grave aún es el hecho de que, las horas pico de consumo, se dan en momentos del día en donde, antes, se promovía lA comunicación familiar como, por ejemplo, el horario de almuerzo y el de la cena, deteriorándose así el diálogo interpersonal y familiar.
Lamentablemente, estos medios de comunicación, no se han visto exentos de la perversidad humana ya que, con más frecuencia de la deseada, son utilizados para difundir contenidos que van en contra de los principios éticos y morales de las sociedades. Ni que hablar de las enormes redes de pornografía internacional y de todo tipo que también se han abierto camino en este mundo de los MMC.
A medida que el mundo, las sociedades, las culturas y la historia de estas van evolucionando, cada estructura de las mismas deben ir adaptándose a estos cambios.
Es verdad que los medios de comunicación, como lo venimos viendo hasta aquí, tienen sus pro y sus contras pero, también en cierto que son una realidad y avanzan a la par de las sociedades; diría yo que, estos, son más bien uno de los elementos determinantes que llevan al avance de las sociedades.
La economía, la política, la cultura y el resto de las estructuras sociales deben adaptarse a ellos, deben pasar por ellos ya que, lo que no sale por TV o se difunde por los Mass Medias no existe.
Ahora, si bien los medios pueden ser utilizados para difundir contenidos malos y perversos ¿Por qué no utilizarlos para difundir el mensaje salvador y redentor de Cristo?, ¿Por qué la iglesia no ha de valerse de estos para llegar a los fieles?
Al respecto, para la 33ª Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales, el Papa Juan Pablo II sostuvo que, este tema, conlleva una afirmación de hecho y una razón para dar gracias: lo que los medios hacen a veces es ayudar a que, quienes están buscando a Dios, realicen una nueva lectura del libro de la naturaleza, que es el reino de la razón, y del libro de la revelación, la Biblia, que es el reino de la fe. Finalmente, el tema implica una invitación y una esperanza: que los responsables del mundo de las comunicaciones sociales se comprometan cada vez más a ayudar en vez de impedir la búsqueda del sentido que es parte esencial de la vida humana.
De esta cuestión se pueden desprender interesantes líneas de discusión pero, sin ánimo de tomar alguna de ellas, al menos en este espacio, creo que los medios de comunicación son un grandioso instrumento para que, el mensaje del Señor y de Nuestra Santa Madre, llegue a la gente que se encuentra necesitado de el.
Son tiempos difíciles los que nos tocan vivir, plagados de ataques a la fe y no se puede responder a estos ataques en desigualdad de condiciones.
Si desde los Medios Masivos de Comunicación se ataca a la fe, será desde los mismos medios de comunicación, que la fe se tendrá que defender.