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Iglesia y comunicación: un diálogo posible
Victor Manuel Pérez nos ayuda a entender las redes de comunicación que tiende la Iglesia con la sociedad.


Por: Victor Manuel Pérez Martínez | Fuente: .




San Pablo en su Primera Epístola a los Corintios señala: “Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo” (1 Co 12,12-13). Más adelante agrega: “Así también el cuerpo no se compone de un sólo miembro, sino de muchos” (1 Co 12,14). Precisa posteriormente: “Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo” (1 Co 12,26). El símil que San Pablo realiza entre la Iglesia y el cuerpo humano es un concepto de la visión integral de la organización divina de la Iglesia, la cual debemos intentar repetir en la Iglesia como organización humana.

Las redes de comunicación en la sociedad se convierten en un sistema nervioso que transmiten información y generan procesos. La Iglesia no puede obviar dar respuesta a los retos de la comunicación social, al contrario debe diseñar estrategias que permitan hacer presente el mensaje del evangelio en ese ámbito, convertirlos en espacios para la búsqueda del misterio trascendente (O´Sullivan, 1999).

El Decreto del Concilio Vaticano II Inter mirifica (1963, Diciembre 5) propone la formación de sacerdotes, religiosos y laicos en el área de la comunicación social, al mismo tiempo en que insiste en la creación de organizaciones de formación superior para la “formación íntegra, penetrada de espíritu cristiano, sobre todo en la doctrina social de la Iglesia” (No. 15).

En este aspecto existe, a pesar de los esfuerzos realizados, una tarea pendiente por parte de la Iglesia católica en Latinoamérica.

En varios documentos sobre la educación se plantea el requerimiento de una formación integral y se ha insistido en los últimos años que la interdisciplinariedad debe estar presente en la formación del individuo. Asimismo, esta es una tendencia que es apoyada e impulsada por organizaciones internacionales (Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI, 1998).

Tomando en cuenta este marco, en el contexto universitario se requiere, un diálogo entre las áreas de estudio de la comunicación social y de la doctrina social de la Iglesia. Hay caminos en donde ambas áreas pueden profundizar en las reflexiones y en las investigaciones, que generarán no sólo contribuciones a cada una de sus áreas, sino conocimientos en favor de la sociedad.

Con este sentido, Juan Pablo II propone que las universidades deben convertirse en “laboratorios culturales”. En esta experiencia deben “dialogar constructivamente la teología, la filosofía, las ciencias humanas y las ciencias de la naturaleza” (Juan Pablo II, 2000, Septiembre 9). Un diálogo que debe contribuir a la búsqueda del humanismo en todas las áreas del conocimiento humano.

Referencias
O´Sullivan, J. (1999). La búsqueda del misterio trascendente en los medios de masas. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello/Conferencia Episcopal Venezolana.

Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción. (1998). Educación Superior y Sociedad, 9 (2), 97-114

Juan Pablo II. (2000, Septiembre 9). En: Santa Sede, Website Oficial. Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los profesores universitarios [Documento en línea].

Disponible:
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2000/jul-sep/documents/hf_jp-ii_spe_20000909_jubilteachers_sp.html [Consulta: 2004, Septiembre 1]


Victor Manuel Pérez Martínez
vmperezmven@yahoo.com







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