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Cuatro tutelas indispensables

Cuatro tutelas indispensables
La tutela de los derechos de las personas y sobre todo de los chicos y jóvenes. La experiencia de estos últimos años nos ha presentado con frecuencia el sufrimiento de los más pequeños y de los más débiles frente a los contenidos mediales...


Por: Felipe Santos |




La evangelización y la labor educativa no son ajenos a tres tutelas que determinan nuestros objetivos.


1) La tutela de los derechos de las personas y sobre todo de los chicos y jóvenes.
La experiencia de estos últimos años nos ha presentado con frecuencia el sufrimiento de los más pequeños y de los más débiles frente a los contenidos mediales y a organizaciones delictivas conectadas a través de los medios.

La violencia, el odio racial, la seducción moral, la misma publicidad dirigida al público juvenil, ofenden a la persona humana, e influyen negativamente en el desarrollo intelectual, emotivo, moral y psicológico. Debemos educar y evangelizar a familias y chicos en el uso del telecomando o zapping.

2) Tutela de la familia.
Muchos espectáculos, que llegan a casa a través de los medios de masas, no facilitan las relaciones cordiales entre sus miembros, no sostienen la fidelidad del amor, no se armonizan con los criterios evangélicos de la vida de la pareja.

Los productores de espectáculos no pueden descargar toda la responsabilidad sobre los usufructuarios de los medios de comunicación social, como si la democracia comunicativa no debiera tener criterios de autoreglamentación interna. Los grupos que actúa en nuestros ambientes tienen el derecho legal de intervenir y dar a conocer las expectativas de los usuarios de los medios de masas.

3) Tutela de la calidad del servicio.
Se suele afirmar, bajo capa de pretexto, que la calidad es un concepto estrictamente subjetivo, que a cada uno le agrada un cierto tipo de calidad y ésta es la que el individuo pide.

En cambio, es posible, sin duda, indicar y definir algunos índices que ayudan a juzgar objetivamente los productos ofrecidos. El nivel técnico, la profesionalidad, la maestría en la interpretación de los personajes y de las situaciones, el rigor de la trama, la dimensión ética del relato son algunos criterios para juzgar la oferta que de todo ello hace la TV.

Conviene transmitir a todas las personas los conocimientos necesarios para que puedan valorar con competencia e intervenir sin complejos.

4) Tutela de la privacidad.

La única preocupación de los instrumentos de comunicación social no puede ser la búsqueda del rendimiento económico. Muchas veces asistimos a una competencia despiadada, a la búsqueda de grupos de mercado de oyentes, a la manipulación de datos personales con el fin de impresionar al público.

Se realizan así violaciones patentes de los derechos de las personas e infracciones de normas establecidas por la ley. Se sabe que laexclusiva no es sólo una técnica; es una tentación en orden a un mayor provecho.

Es justa la reacción espontánea que surge en nosotros ante informaciones que no tutelan los datos personales. Cada uno tiene el derecho de decidir qué datos pueden hacerse públicos y cuáles deben permanecer reservados.







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