Sidney

La Fiesta de San José Obrero, el 1ro de mayo, hace dirigir la atención de la opinión pública a algunas cuestiones de naturaleza social, cruciales en esta fase de crisis económica mundial: la importancia del trabajar para el bienestar de las familias, la necesidad de un salario mínimo para personas en dificultad o desocupadas, la urgencia de política sociales que mitiguen el impacto de desocupación y pobreza, la potenciación de instrumentos de asistencia social (instrucción, salud, amortiguadores) para los grupos más vulnerables. Son estos los contenidos fundamentales de la Carta Pastoral difundida en ocasión de la Fiesta de San José Obrero, el 1ro de mayo del 2009, por la Australian Catholic Social Justice Council, que corresponde a la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de los Obispo Australianos.

El mensaje se detiene a analizar el costo social de la crisis económica y su impacto en la sociedad australiana, recordando algunos documentos de la doctrina social de la Iglesia y destacando el empeño de la Iglesia australiana con las familias pobres, desocupados, comunidades marginadas.
Australia –destacan los Obispos- es una nación joven y rica, mas no libre de los desafíos de la creciente pobreza, desocupación, marginación, abismo entre ricos y pobres. Según estimas oficiales, el 11% de la población australiana vive bajo el umbral de la pobreza, incluidos 412000 niños: un dato preocupante que se cela bajo la apariencia de bienestar colectivo.

El creciente consumismo, materialismo, hedonismo en la sociedad australiana, junto a una difundida prosperidad, puede llevar a dos consecuencias fundamentales: aumento de la diferencia entre ricos y pobres, con crecientes fenómenos de desocupación y marginalización social; la difusión de otro tipo de pobreza, la espiritual, que significa la falta de valores, egoísmo en vez de solidaridad, secularismo y vacío existencia que los bienes materiales no pueden colmar. Por esto invitamos a todos los ciudadanos a comprometerse en actividades solidarias, como las realizadas por la Iglesia católica o por otras organizaciones, para permear la sociedad australiana de sentimientos nuevos, que tiendan a la inclusión de los más pobres al bien común.