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Solidaridad y subsidiariedad contra exclusión social

Solidaridad y subsidiariedad contra exclusión social
Mensaje del arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU durante la sesión de la Comisión para el Desarrollo Social del Consejo Económico y Social.


Por: VIS | Fuente: Vatican.va



CIUDAD DEL VATICANO, 6 FEB 2009 (VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, intervino ayer, 5 de febrero, ante la XLVII sesión de la Comisión para el Desarrollo Social del Consejo Económico y Social.

Hablando sobre el tema de la integración social, el nuncio apostólico dijo que el informe del secretario general "señala que su ausencia lleva a la exclusión social, que está difundida tanto en las regiones desarrolladas como en las no desarrolladas y tiene causas comunes, como la pobreza, la desigualdad y la discriminación en todos los niveles".

El marco del desarrollo, afirmó, "se caracteriza por la convicción de que la lógica de la solidaridad y de la subsidiariedad es el instrumento más adecuado para superar la pobreza y asegurar la participación de todas las personas y grupos sociales en los niveles sociales, económicos, civiles y culturales".

"Ha habido un amplio consenso en la última década -subrayó- sobre el compromiso en promover el desarrollo en la lucha contra la pobreza y en la inclusión y la participación de todas las personas y grupos sociales".

Tras poner de relieve que "el logro de los objetivos, y en definitiva, del desarrollo y la cohesión social requiere no solo ayuda financiera, sino la participación concreta de las personas", recordó unas palabras de Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2009: "Los problemas del desarrollo, de las ayudas y de la cooperación internacional se afrontan a veces como meras cuestiones técnicas, que se agotan en establecer estructuras, poner a punto acuerdos sobre precios y cuotas, en asignar subvenciones anónimas, sin que las personas se involucren verdaderamente. En cambio, la lucha contra la pobreza necesita hombres y mujeres que vivan en profundidad la fraternidad y sean capaces de acompañar a las personas, familias y comunidades en el camino de un auténtico desarrollo humano".

El arzobispo Migliore concluyó afirmando que "es necesario responder mediante las estructuras jurídicas, sociales e institucionales apropiadas a las necesidades de las familias, mujeres, jóvenes, personas que no han recibido una educación adecuada, parados, indígenas, ancianos, emigrantes y todos los demás grupos que son más vulnerables a la exclusión social".







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