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El Compromiso

El Compromiso
La Lic. Jesús María Flores Botello nos invita a reflexionar sobre el compromiso y sus implicaciones en los distintos ámbitos de la vida.


Por: Lic. Jesús María Flores Botello* | Fuente: Yoinfluyo.com



Poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado y nuestra conciencia ha aceptado.

Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado al grado de sorprender, porque vive, piensa y proyecta sus energías para sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo aquello que su reflexión le dicta.

Todos tenemos compromisos de diversa índole. Aún así, hay personas que esperan exista un contrato, una promesa, o una ineludible consecuencia para saberse en un compromiso. El verdadero compromiso nace en nuestro interior y tiene como fundamento el conocimiento y la reflexión. No puede existir el compromiso desde la ignorancia.

El hecho de aceptar “formalmente” un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva. La realidad es que creemos cumplir a conciencia por ajustarnos a un horario, obtener un sueldo, asistir a la escuela y estar un rato en casa. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, el egoísmo y la ignorancia.

No basta con cumplir con lo previsto, lo estipulado, lo obvio... todo compromiso tiene muchas implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son de los más importantes que tenemos:

- Como padres de familia: No basta proporcionar los medios materiales; los hijos necesitan que los padres les dediquen parte de su tiempo para jugar, conversar y enseñar.

¿Cuántas veces hemos cancelado un compromiso personal para estar con la familia? Normalmente sucede lo contrario. Parte del compromiso de ser padres, implica buscar la amistad de los hijos.

- Como esposos: Partiendo de la fidelidad como fundamento indispensable, hace falta avivar el amor y la comprensión, cuidar el aspecto personal, ni más ni menos que como antes del matrimonio, hacer pequeños obsequios, salir juntos al cine o a cenar, terminar una pequeña riña con un beso y un abrazo... Y tantos detalles que parecen olvidarse con el paso del tiempo.

- Como hijos:
Además de la sinceridad, el respeto, las faenas asignadas en el hogar y el esfuerzo en los estudios, ¿qué otras cosas haces? Los padres también necesitan cuidados, detalles de cariño, pequeños servicios y comprensión.

- Como amigos: ¿Nuestras amistades son “utilitarias”?, es decir, ¿recordamos a los amigos sólo cuando algo se nos ofrece? La amistad se cultiva. El mutuo afecto es estar pendiente de su bienestar personal y familiar.

- Como ciudadanos: Evitar la indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país o del mundo sin hacer algo para cambiarlo. Lo peor que nos puede suceder es creer que poco podemos hacer, como si no fuéramos parte activa y necesaria del mismo. La reflexión nos dará la solución para poder poner nuestro compromiso para mejorar el mundo en el que vivimos.

- Como trabajadores: No olvidar procurar un ambiente amable y las buenas relaciones. Parte de nuestro compromiso es la actualización de conocimientos para el perfeccionamiento profesional.

Estos son sólo unos pocos. ¡Cuántos son los compromisos y cuántas cosas implican! Si parece mucho, hemos vividos con los ojos cerrados a la responsabilidad y pensando sólo en recibir beneficios, con el temor a dar más de nosotros mismos, a dar más de lo que recibimos. Seamos honestos, en esto no existe temor sino egoísmo.

La persona comprometida es generosa, busca la manera de dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar... En otras palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás.

De esta manera, quiero invitarlos para COMPROMETERNOS más con los necesitados de la montaña de Guerrero, del Alto Balsas, de esos niños indígenas que caminan descalzos, que tienen hambre, sed de amor y de cariño, de un poquito de lo mucho que nos ha dado Dios en abundancia

Lic. Jesús María Flores Botello







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