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Líderes americanos al estilo de "Rebelión en la granja"

Líderes americanos al estilo de "Rebelión en la granja"
Reflexión sobre el estilo de liderazgo que se impone en la región atentando contra las libertades


Por: Raúl Espinoza Aguilera | Fuente: yoinfluyo.com



Cuando observamos en nuestro continente americano cómo han ido proliferando los estados socialistas, anarquistas y totalitarios, como: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú… En ciertos aspectos, Argentina y Estados Unidos (bajo la presidencia de Obama), y la decana, Cuba, con más de medio siglo de su obsoleto sistema marxista-leninista, nos invita a hacer algunas reflexiones.


Estos gobiernos han conducido a sus respectivas naciones al caos e incertidumbre en materia económica; donde muchas libertades humanas han sido atropelladas; donde no se respeta la vida de los no nacidos; se ataca frontalmente a la familia que sí funciona (hombre-mujer-hijos); se ordena a los países pobres las esterilizaciones masivas

(ligaduras de trompas, vasectomías); el reparto indiscriminado de “píldoras del día siguiente” (que casi siempre son abortivas) muchas veces bajo engaños de los médicos y contra la voluntad de los ciudadanos que desean tener hijos y, a cambio de ello, los gobernantes reciben generosos créditos del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo (B.I.D.) con bajísimos intereses; la libertad religiosa es sistemáticamente acosada; numerosas empresas trasnacionales se han nacionalizado; los medios de comunicación y los periodistas se ven amordazados y continuamente intimidados…

Hay un célebre literato, George Orwell, quien profetizó este latente peligro de caer en la tentación totalitaria de Estados. Justamente en este año, se cumplen 110 años de su nacimiento en Bengala, India. Aunque radicó fundamentalmente en Inglaterra.

En los años de juventud, Orwell simpatizó con el comunismo y estuvo apoyando por algunos meses el frente republicano durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Pero pronto se decepcionó y comprendió que esa supuesta “democracia” que se enarbolaba era una farsa y que detrás de ella se encontraba la desmedida ambición política de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (U.R.S.S.) con sus innegables intereses expansionistas.

Dos de sus obras están fundamentalmente orientadas a demostrar lo absurdo e inhumano del sistema socialista: “1984” y “Rebelión en la Granja”.

En su novela “1984” el autor nos presenta al mundo del futuro dividido en tres estados totalitarios. El protagonista, Winston Smith, aparece como el símbolo de la rebelión frente al “Gran Hermano”, quien todo lo vigila y controla y que se ha llegado a apoderar de la vida y la conciencia de todos sus súbditos, incluso interviniendo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos.

Winston es descubierto en su inconformidad contra este férreo sistema de permanente observación policiaca y es conducido a una clínica psiquiátrica. Allí se le somete a torturas mentales, y concretamente se le advierte amenazadoramente, que se le destruirá su personalidad y su actitud rebelde ante el Estado:

“Nunca podrás experimentar el sentimiento humano. Todo habrá muerto en tu interior. Nunca más serás capaz de amar, de cultivar las amistades, de disfrutar de la vida, de reírte, de sentir curiosidad por algo, de tener valor, de ser un hombre íntegro. Estarás hueco. Te vaciaremos de ti y te rellenaremos de ¡nosotros!”.

Por otra parte, en su cuento, “Rebelión en la Granja” hace una magistral parodia de lo que suele suceder en los sistemas totalitarios que dictaminan muchas leyes y reglamentos rígidos e inhumanos y, son los mismos dirigentes, los primeros en quebrantar ese sistema legislativo, con la salvedad que ellos no pueden ser castigados. En cambio, los animales de esa granja, si violan el más mínimo de los reglamentos, son duramente tratados, expulsados o asesinados.

Siempre aparece una clase dirigente que goza de un estándar de vida muy superior en sus trabajos, en su alimentación, en su vivienda y prestaciones, en comparación con el resto de los integrantes de la granja.

Las nociones del “bien” y del “mal” son manipuladas arbitrariamente “por el bien del Estado”. Cuando en realidad se busca que sus dirigentes resulten más beneficiados, con la finalidad de mantener siempre el poder y la disciplina del partido político.

Los líderes invariablemente tienen la razón, no importa las aberraciones que cometan. Tampoco, se juzga si son justas o no las determinaciones que tomen. Por más drásticas que sean, tienen un carácter indiscutible y que todos deben de acatarlas sumisamente. De esta manera los animales de la granja se ven obligados a decir temerosamente que “las medidas, sin duda, son las más acertadas”.

Es lo que ahora observamos en muchos políticos contemporáneos que aprueban leyes injustas y aberrantes (como el aborto, la eutanasia, la legalización de las drogas, la experimentación con embriones humanos, por sólo citar algunos ejemplos) porque las consideran como “políticamente correctas”, aunque traicionen sus convicciones interiores.

El personaje Napoleón, quien es el dirigente máximo, se perpetúa en el poder; el afán de dinero lo pierde; asesina, bebe e infringe las demás normas establecidas para todos los animales. Al final, pacta y realiza oscuros negocios a espaldas de la comunidad. Acaba viviendo con el mismo estilo de vida contra el cual los animales originalmente se habían rebelado y constituía su bandera de lucha.

Con base a la ironía y la sátira, George Orwell advierte al mundo entero sobre los graves peligros de los gobiernos totalitarios, que aparentemente comienzan buscando “el noble servicio de los intereses y las necesidades auténticas del pueblo” y terminan desembocando en un sistema tiránico e impositivo.

A 110 años de su natalicio, considero que su urgente llamada de atención, hoy más que nunca, permanece vigente ante las actitudes totalitarias de algunos Estados de nuestro continente, que avasallan la dignidad y la libertad de millones de ciudadanos.

Blog: www.raulespinozamx.blogspot.com

Twitter: @yoinfluyo







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