Si la “libertad de” es la capacidad de elegir entre alternativas, la Red la puede fomentar al ampliar las ofertas e incluso permitir a cualquiera de nosotros ofrecer algo como particular o en grupo. La primera elección consistirá en conectarse o no. Dicen que, en el futuro no estar conectado significará “ser menos”, al no disponer de posibilidades y oportunidades que tenemos los conectados. Por otro lado, el Estado o las empresas podrán controlar más nuestras vidas al disponer de más datos sobre nosotros. El abuso de toda esa información puede llevarnos a una especie de totalitarismo en contradicción con el propósito inicial; ahí está su ambivalencia.

Si la “libertad para” es la posibilidad de realizar tu propia vida, según un argumento en el que tú eres un verdadero sujeto protagonista de tu destino mientras caminas por esta vida mejor o peor, la pregunta sería si la Red nos aumenta la calidad de vida y ayuda a cumplir el papel que cada uno representa en “el gran teatro” del mundo.

La libertad exige compromiso; por ejemplo: en el trabajo somos libres pero para contribuir el objetivo de la empresa, generar valor. Mediante el contrato de trabajo hemos adquirido unas obligaciones que pueden coartar nuestra autonomía. No se puede decir que “coarten” la libertad pues nos hemos adherido (vinculado dirían algunos) a la empresa “libremente”. En el ocio somos libres para elegir las actividades que más nos gusten. Es triste que en nuestra sociedad tecnificada estemos pensando en cómo disfrutaremos del ocio durante un trabajo a veces embrutecedor y frustrante. Además determinados tipos de ocio nos empeoran como personas.

¿La red debe estar regulada? Si la respuesta es afirmativa, ¿por quién? En la nueva economía, surgida de las TICs (Técnicas de información y comunicación), rige el mismo Derecho Mercantil que en el mundo real, si bien esta realidad virtual ha originado nuevos problemas a los que el Derecho va respondiendo. En los nuevos ágoras, los blogs, los foros, las reglas, implícitas o explícitas, son muy simples: respetar al otro, prójimo, comunidad, como se le quiera llamar.

Si esta regla se rompe, el moderador ¿regula, modera, censura? Esta es la clave: Derecho o Etica. El Derecho se distingue de la Etica por su carácter externo y su fuerza coactiva, si bien sus normas no dejan de estar influidas por la Etica social dominante. La nueva situación de “saber estar en la red”, ¿exige ser regulada?
Esa ética implícita la tenemos todos y ese “saber estar” lo podemos aprender con la ayuda de los demás. En el ciberespacio rigen las mismas reglas que fuera de él y no creo que se necesiten más regulaciones que las orientaciones que dan para asistir a los foros, blogs, listas de interés, noticias…

Como decía Viktor Frankl, se debería construir en la costa oeste de USA, en S. Francisco, por ejemplo, una estatua a la responsabilidad para expresar gráficamente que la libertad no es satisfacer todos nuestros deseos sino que está más cerca de “actuar con sentido”, sabiendo que todos responderemos de nuestro actuar.