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No se puede insultar la fe ajena

El sentido del límite, la libertad religiosa y la libertad de información
Palabras del Papa en el encuentro con los periodistas durante el vuelo de Colombo a Manila. 15 enero 2015


Por: Andrea Tornielli | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it



Matar en nombre de Dios «es una aberración», no «se puede reaccionar con violencia», pero «no hay que insultar a las religiones», porque, si nos burlamos de lo que los demás consideran lo más importante, si uno «dice una grosería contra mi mamá, le espera un puñetazo». Papa Francisco, al dialogar con los periodistas durante el vuelo de Sri Lanka a Manila, habló sobre los atentados en París, sobre el sentido del límite, sobre la libertad religiosa y sobre la libertad de información. La pregunta la hizo el periodista Sebastien Maillard, de “La Croix”: «¿Hasta qué punto se puede llegar con la libertad de expresión, que es un derecho humano como el de la libertad religiosa?». Esta fue la respuesta.

 

La respuesta del Papa

«Gracias por la pregunta, es inteligente. Creo que ambos son derechos fundamentales: la libertad religiosa y la libertad de expresión. ¡Hablemos claro, vayamos a París! No se puede ocultar una verdad: cada persona tiene el derecho de practicar la propia religión sin ofender, libremente, y es lo que queremos todos. Dos: no se puede ofender o hacer la guerra, matar en nombre de la propia religión, en nombre de Dios. Nos sorprende lo que sucede ahora, pero pensemos en nuestra historia: ¡cuántas guerras de religión hemos tenido! Pensemos en la noche de San Bartolomé. Como se comprenderá, también nosotros fuimos pecadores en esto, pero no se puede matar en nombre de Dios, esta es una aberración. Se debe hacer con libertad y sin ofender.»

En cuanto a la libertad de expresión: cada persona no solo tiene la libertad, sino la obligación de decir lo que piensa para apoyar el bien común. Si un diputado no dice cuál cree que es la verdadera vía que hay que recorrer, no está colaborando con el bien común. Hay que tener, pues, esta libertad, pero sin ofender, porque es cierto que no se puede reaccionar con violencia, pero si el doctor Gasbarri, que es un amigo, dice una grosería contra mi mamá, le espera un puñetazo. No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás. Papa Benedicto, en un discurso (la lectio en Regensburg de 2006) habló de esta mentalidad post-positivista, de la metafísica post-positivista, que llevaba a creer que las religiones o las expresiones religiosas eran una especie de sub-cultura, toleradas, pero poca cosa, no forman parte de la cultura iluminista. Y esta es una herencia de la Ilustración. Hay mucha gente que habla mal, que se burla de la religión de los demás. Estas personas provocan y puede suceder lo que le sucedería al doctor Gasbarri, si dijera algo contra mi mamá. Hay un límite, cada religión tiene dignidad, cada religión que respete la vida humana, la persona humana… yo no puedo burlarme de ella. Puse este ejemplo del límite para decir que en la libertad de expresión hay límites, como en el ejemplo de mi mamá. No sé si pude responder a la pregunta. Gracias.»



 

Las citas de Francisco 

Como se ve, Francisco subraya principalmente que matar abusando del nombre de Dios es una aberración. El lunes pasado, antes de partir hacia Sri Lanka, el Papa había dicho al cuerpo diplomático que el terrorismo fundamentalista «rechaza a Dios», e indicó que, frente a sus consecuencias trágicas, espera que los líderes musulmanes «condenen cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión». Bergoglio recordó además que también los cristianos usaron en el pasado la violencia: la noche de San Bartolomé es una referencia a la masacre de hugonotes protestantes que llevaron a cabo los católicos en 1572.

En cuanto a la libertad de expresión, Francisco subrata que es tanto un derecho y un deber. Pero hay límites y también responsabilidad. Para explicarlo, el Pontífice recurrió a Alberto Gasbarri, el que organiza sus viajes y que siempre está a su lado durante ellos. Y, con una sonrisa en los labios, hizo el gesto de darle un puñetazo: ofender a alguien y tocar lo que le es más importante puede provocar reacciones inesperadas. El sentido de este ejemplo, después de las palabras que había pronunciado, no sonaba como una justificación del «aberrante» acto terrorista, sino más bien un llamado a la responsabilidad y al sentido del límite. Muy significativa, en este sentido, es la alusión al discurso que Benedicto XVI pronunció el 12 de septiembre de 2006 en Regensburg. En esa ocasión, Ratzinger habló sobre la «razón positivista» que, «frente a lo divino, es sorda y margina a la religión al ámbito de las sub-culturas», por lo que se vuelve «incapaz de entrar en el diálogo de las culturas».

Pocas horas antes de la entrevista durante el vuelo, el Patriarca de los cristianos coptos, Tawadros II, había pronunciado palabras muy semejantes: «Rechazo cualquier tipo de insulto personal, y, cuando las ofensas tocan las religiones, no pueden ser aprobadas ni a nivel humano, ni a nivel social o moral. No ayudan a la paz en el mundo».



Leer completa la conferencia de prensa del Santo Padre durante el vuelo hacia Manila







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