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Entrevista a Mario Escobar, autor del libro La mujer de lo imposible. Teresa de Ávila (Ed. Stella Maris)
Teresa es un canal. Dejó de lado la ilusión de que podía hacer algo para Dios. Es en ese momento cuando desarmados y agotados nos postramos ante Dios, que Él hace lo imposible. En ella fluyen ríos de agua viva, ella rebosa de Dios y al final se derrama en los demás.


Por: Luis Javier Moxó Soto | Fuente: Catholic.net



Me resulta curioso el título de su obra, porque lo primero que me sugiere es lo que nos dice Jesús en el Evangelio según san Lucas (18,27): "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios". Dios hizo posible, real, cercana, a Teresa de Ahumada, hija de D. Alonso Sánchez de Cepeda (de la ciudad de Toledo) y Dª Beatriz de Ahumada (de Olmedo), y quiso que su nacimiento fuera en Ávila el 28 de marzo de 1515. ¿Podemos decir que para Teresa la experiencia viva del misterio de Cristo es su luz y su fuerza, y ahí hemos de buscar la llave de su "aparente" imposibilidad que expresa el título de su libro, o cómo debemos entenderla?

Muchas veces ante la descarnada realidad de la impotencia humana surge lo imposible. Teresa lo experimentó a una edad avanzada, cuando se dejó gobernar por Dios y no por sus anhelos y pasiones. No es que Teresa renunciara a sentir, desde su conversión sintió más hondamente que nunca, lo que dejó de lado fue la ilusión de que podía hacer algo para Dios. Es en ese momento cuando desarmados y agotados nos postramos ante Dios, que Él hace lo imposible.


Respecto de la actualidad de Santa Teresa de Jesús, su referencia para nuestro mundo actual, en los temas claves que hoy nos preocupan, poniéndonos en relación con la justicia, con la verdad,. ¿Por qué ella hoy puede tener un papel que puede ser importante en la vida de quien se acerca a ella? ¿Qué puede comunicarnos a todos hoy la riqueza de su humanidad?

Teresa fue un modelo de vida y no hay nada más revolucionario que ser coherente con lo que predicas. Ella no pidió a nada que fuera austero, pero con su sencillez ponía en evidencia la ostentación de los poderosos de su tiempo. No criticó algunas actitudes de los príncipes de la Iglesia o miembros de su orden, pero luchó para que la luz pura del Evangelio volviera a brillar en el seno de la Cristiandad. Teresa no es la luz, pero refleja la luz de Cristo y por eso ha iluminado a muchas personas a lo largo de la historia. Hoy en día Teresa nos enseña la gran lección de una vida con propósito. Ella había nacido para servir a Dios y a los hombres, su misión la llevó al camino en el que encontró a otros hombres y mujeres como ella que buscaban la misma esperanza.


Teresa de Jesús fue una mujer que vivió con intensidad la riqueza de su condición humana. Algunos dicen que compaginó a lo largo de su vida la más rica humanidad con su hondo espiritualismo. ¿Piensa usted que en ella, que repetía con frecuencia la expresión evangélica "obras quiere el Señor",  hubo una auténtica espiritualidad sin todo lo que comportó su humanidad, es decir separadas su humanidad y su espiritualidad, como se nos ha mostrado a veces a los místicos? ¿De qué manera ella vivió o superó ese dualismo?

La espiritualidad en Teresa es la de lo cotidiano. El hombre creé necesitar lugares sagrados para buscar a Dios, pero el templo sagrado que Él escoge es siempre un corazón contrito y humillado. Los encuentros de Teresa con Cristo se producían en su vida diaria, ya que ella nunca separó lo profano de lo sacro, santificando las pequeñas obras de la vida como dar un vaso de agua, mostrar una sonrisa, cocinar en un puchero o escuchar al alma herida.


Por último, D. Mario, decirle que las lecturas de Santa Teresa nos entusiasman, nos sirven de referencia, de luz y ayuda. Sabemos que fue una gran conocedora de la condición humana, mística, reformadora, fundadora, escritora,.. Por todo ello, desde la riqueza de su humanidad quiero preguntarle qué es lo que produjo esa fuerza para todos sus logros, y esa extraña firmeza, no apoyada en nada palpable, ¿acaso entender que el Señor es la misma Verdad y que la humildad es andar en verdad, ante Dios y en Dios, sentir y vivir ella que el Señor quería hacerse torrente de Gracia, convirtiéndose ella capacidad en sus circunstancias concretas?

Teresa es un canal. En ella fluyen ríos de agua viva, ella rebosa de Dios y al final se derrama en los demás. Sus escritos son una expresión más de esta plenitud del Espíritu Santo. Las letras apretadas de su escritura están vivas, son experiencias en sí mismas, por eso sus palabras atronadoras, bellas y sencillas continúan emocionando al mundo. Ella es autentica en un mundo repleto de sucedáneos e hipocresía. El ser humano tiene hambre de eternidad y las palabras de Teresa te dan la mano hasta el mismo umbral del cielo. Su poesía es sublime, una carta de amor abierta a Dios, su autobiografía una muestra de amistad con Dios, sus libros sobre la oración, recetas que alimentan el alma. Ella fue iniciadora de muchas cosas, pero siempre señaló a Cristo, el hortelano del huerto de nuestra alma.









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