Menu


Adoración eucarística
Retiro La mirada de la misericordia


Por: P. Manolo Pérez |



En nuestro retiro se nos está manifestando el amor misericordioso de Dios; a nosotros hijos reencontrados en el abrazo amoroso del Padre. Su amor se ha hecho palpable en su Hijo Jesús. El quiso quedarse entre nosotros en la Eucaristía; así alimenta nuestra certeza que la fiesta del amor del Padre, con nosotros sus hijos, no tiene fin. Proclamemos, nuestra alegría de encontrarnos con Jesús presente en la Eucaristía y entre nosotros, cantando:

Jesús está entre nosotros. Él vive hoy y su Espíritu a todos da.. Jesús razón de nuestra vida, es el Señor, nos reúne en pueblo de amor.

Cambia nuestras vidas con tu fuerza, guárdanos por siempre en tu presencia. Tú eres Verdad. Tú eres la Paz.

Rompe las cadenas que nos atan, llénanos de gracia en tu Palabra, gracias, Señor; gracias, Salvador.

Nuestras existencias hoy te alaban, nuestros corazones te dan gracias. Tú eres amor, Tú eres canción.



Lectura bíblica: (Jn 15, 9-14.16-17 – hoja adjunta)

Como luz del sol que da la vida, como tierra fértil de acogida, así es el amor. Como la justica sin demora, como el tiempo que perdió la hora, así es el amor.

Nuevamente os digo, sois mis amigos (bis)

Como aquel que lucha y pierde todo, y al final le dicen ”tú estás loco”, así es el amor. Como hacerse pan, hacerse vino, e invitar a amar al enemigo, así es el amor.

Como vagabundo sin fronteras que no tiene más que lo que espera, así es el amor. Como hombre nuevo que estrenamos cuando el corazón nos hace hermanos, así es el amor.



Jesús nos habló por su Palabra y aquí, presente en la Eucaristía, nos invita a continuar encontrándonos en torno a Él como discípulos. Con Jesús pongámonos en las manos del Padre, hagamos nuestras las palabras del canto:

Padre, Padre, Padre… Me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras, sea lo que sea te doy las gracias. Lo acepto todo con tal que tu Voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre, no deseo nada más. Yo te ofrezco mi alma y te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque deseo darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza porque Tú eres mi Padre.

Experimentar el Amor misericordioso del Padre nos transforma en misioneros de su paternidad. Esta es nuestra misión y tan especialmente en el ministerio de la misericordia: acompañando a personas que sufren las secuelas del post aborto. Pidiendo el don de ser misericordiosos, recemos la PLEGARIA DE LA MISIÓN CONTINENTAL: 

Quédate con nosotros Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte.
Tú eres la luz en nuestros corazones, y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua.

Tú nos confortas en la fracción del Pan, para anunciar a nuestros hermanos que en verdad Tú has resucitado, y nos has dado la misión de ser testigos de tu victoria.

Quédate con nosotros Señor, Tú eres la Verdad misma, eres el Revelador del Padre. Ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en Ti.

Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares para que caminen unidos, y en ellos nazca la vida humana generosamente. 

Quédate Jesús con nuestros niños y convoca a nuestros jóvenes para construir contigo el mundo nuevo. Quédate, Señor, con aquellos a quienes en nuestras sociedades se les niega la justicia y la libertad; quédate con los pobres y los humildes, con los ancianos y enfermos.

Fortalece nuestra fe de discípulos siempre atentos a tu voz de Buen Pastor. Envíanos como tus alegres misioneros para que nuestros pueblos, en Ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo.

A María, tu Madre y nuestra Madre, Señora de Guadalupe, Mujer vestida de sol, confiamos el Pueblo de Dios peregrino en este inicio del tercer milenio cristiano. Amén.

Somos misioneros del amor misericordioso del Padre. El espera, con los brazos abiertos, el reencuentro de tantos hijos que sufren…. A nosotros, particularmente, se nos confía la Buena Nueva de su amor misericordioso, pidámoslo con nuestro canto:

- Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio, lleve yo tu amor; donde haya injuria, tu perdón, Señor, donde haya duda, Fe en Ti.
Maestro, ayúdame a nunca buscar querer ser consolado como consolar, 
ser comprendido  como comprender, ser amado como amar.
- Hazme un instrumento de tu paz, que lleve tu esperanza por doquier, donde haya  oscuridad, lleve tu luz, donde haya pena, tu gozo, Señor.
- Hazme un instrumento de tu paz es perdonando que nos das perdón, es dando a todos que Tú nos das, y muriendo es que volvemos a nacer.
  
Lectura bíblica: (Jn 15, 9-14.16-17)

Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes. Permanezcan en mi amor. Pero sólo permanecerán en mi amor, si ponen en práctica mis mandamientos, lo mismo que yo he puesto en práctica los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todo esto para que participen en mi alegría, y su alegría sea completa. Mi mandamiento es éste: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando… No me eligieron ustedes a mí; fui yo quien los elegí a ustedes. Y los he destinado para que vayan y den fruto abundante y duradero. Así, el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Lo que yo les mando es esto: que se amen los unos a los otros.

Palabra del Señor

SUGERENCIAS

    Leo en forma pausada y repetidas veces el texto familiarizándome con él.
    Me doy cuenta de algunas palabras que voy descubriendo como claves: las subrayo, lo mismo algunos verbos.
    Leo sólo lo subrayado y dejo que llegue a mí lo que Jesús me está diciendo.
    Leo nuevamente el texto completo deteniéndome en lo subrayado. Lo hago hasta que perciba que es a mí a quien Jesús me lo está diciendo, ¿Con qué palabras me lo dice? ¿Qué me cuestiona lo que me dice? Lo puedo escribir…
    Leo tantas veces cuantas necesite, hasta que me sienta discípulo tocado por la palabra de Jesús… 
    Dejo que lo que me dice Jesús resuenen en mi situación personal… sin apresurarme a encontrar respuestas. Puedo escribir lo que Jesús me dice y rezar con el anhelo que su Palabra se haga carne en mi vida.  

padrem.perez@gmail.com

Volver al índice







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |