Las enfermedades de la imaginación, y la inteligencia
Por: Dra. Mariana De Ruschi | Fuente: XII Jornadas de Psicología Cristiana, imaginación, inteligencia, verdad

Tanto en la enfermedad más grave como en la salud más perfecta el alma humana muestra la finalidad de su naturaleza espiritual . Por el despliegue de su inteligencia, el hombre desarrolla su vocación , alcanza su plenitud , porque el fin natural del hombre es conocer la verdad y en ella amar el bien . Sólo la verdad es el sitio para la unión de amor de esta alma con su bien supremo, unión que es la razón de ser de su especialísima estructura.
Para encaminarse a este fin, que hace su salud , el alma ha de recibir y asumir el orden dado en la realidad , su legalidad intrínseca , sus razones espirituales o su sentido , tener una experiencia cognoscitiva de ella en la que intervengan ordenadamente ,todas las potencias . “Ordenadamente” significa, bajo la luz de la inteligencia , una inteligencia iluminada a su vez por la misma realidad. En esta realidad la inteligencia se “hace” todas las cosas, y especialmente se hace a si misma conociéndose , y también se diviniza , dado que en su accionar la inteligencia llega las causas y en ellas a Dios , Creador y Causa, sin dejar de ser el hombre que conoce creatura causada . Dada esta correlación entre el alma espiritual y la realidad, de la cual es parte , esta experiencia cognoscitiva le da su estructuración funcional , la “normativiza” funcionalmente por decirlo así , y es una experiencia gozosa porque la persona humana está hecha para que conociendo y amando la realidad , llegue al gozo del conocimiento y del amor de Dios en el plano sobrenatural , por la fe. Podríamos decir que el amor es como la inclinación de la inteligencia al bien verdadero que ha conocido.La inteligencia está dada para la contemplación natural y sobrenatural , sitio de nuestra felicidad .
La edificación de una personalidad sana requiere que la inteligencia alcance la realidad en su verdad, un orden metafísico que conlleva un orden moral .Este dinamismo guiado por apetito espiritual de saber , y movido por la voluntad , comienza en los sentidos externos , continúa en los sentidos internos y culmina en la inteligencia , pero puede verse impedido o debilitado habitualmente por una imaginación desordenada que se vuelve hegemónica , aventada por las pasiones sensibles y por un progresivo debilitamiento de la inteligencia agravado por una falta de hábitos intelectuales : entonces la ficción que se produce en sustitución de lo dado , puede ser el triste destino de este dinamismo . Es que se trata de estar en el ser por la inteligencia , y merced a ello , de que actúen en el ser todas las potencias. De lo contrario quedan vaciadas de realidad y funcionarán ilusoriamente. Este funcionamiento de la imaginación fuera de la verdad es el tema de nuestra ponencia.
La neurosis , la perversión y la psicosis son tres formas de enfermedad de la imaginación, de vivir fuera de la verdad, fuera de la iluminación de la inteligencia. Lo que la inteligencia deja vacante se rellena de lo que no es , ilusorio y transitorio . En la neurosis se sustituye la expansión que permite la inteligencia , por la expansión de los deseos desordenados , pues se apetece o se busca placer fuera de la verdad. En la perversión, se suma a esto , un imponerse o ejercer el poder al margen de la verdad de las cosas. La expansión del psicótico consiste en pretender una creación o auto-creación más allá de la realidad dada , que es repudiada de modo habitual . El desorden de la vida cognoscitiva incide en un desorden de la pasionalidad , y el desorden de la pasionalidad en la irrealidad de las imágenes , obstaculizando todo ello tanto la iluminación intelectual sobre la realidad como su función ordenadora .
La pérdida de realismo en la producción de imágenes, desestructura o desordena toda la vida anímica promoviendo una des-realización de la vida afectiva , opacando la inteligencia , y debilitando la capacidad espiritual de amor en la voluntad .
Las enfermedades de la imaginación afectan mediante el sistema nervioso al cuerpo y su funcionalidad, agravando la enfermedad anímica pre-existente. La racionalidad funciona como mera racionalizadora de las imágenes, fabulando: la fábula o el delirio son los signos de la enfermedad de la imaginación,, sometiendo la inteligencia , o poniéndola al servicio de la sensibilidad .La fábula es un vicio conjunto de una imaginación hegemónica y de la razón . Es una situación patógena y patológica que sólo muy lenta y dificultosamente podrá revertirse. Por la inexorable finalidad de la vida del alma, tanto al no seguirla enfermamos , cuanto es posible sanarnos … recuperando la ordenación al fin.
Nuestra historia personal nos ofrece siempre algún primer estar en la verdad que permite la experiencia del bien y de la belleza, de la unidad del ser, y del orden dado. Se trata también de una experiencia de la amabilidad de nuestro ser espiritual y del ser del prójimo, de nuestra creaturidad, de nuestro estar sujetos a una legalidad que nos trasciende y que por ello nos serena….Esta ley la recibimos en un ámbito de amor obediencial , porque se trata de una ley divina , dispuesta por el mismo Amor para su encuentro con el amor humano. La fidelidad a la verdad se hace habitual y se desarrolla en un camino cognoscitivo infinito. A veces, a falta de padres o educadores que connaturalicen con ella, habrá una relación empobrecida con las cosas, técnica , extrínseca o material , y los vacíos de realidad iluminada y amada , se irán supliendo con imágenes de lo que no es , acompañadas de irracionalidad y fuertemente influenciadas por apetitos también irracionales , sobre todo el miedo ante lo desordenado y desconocido. O la inteligencia ilumina y guía la vida pasional según lo que es , y se llega al amor al bien verdadero, o se desordena respecto de esta finalidad propia .
La influencia de la vida pasional sobre los procesos cognoscitivos es normal, porque hemos de conocer la realidad en tanto buena ,para amarla ,y conducirnos en este amor . Pero perdiendo su subordinación a la búsqueda de la verdad por parte de la inteligencia , la vida pasional perturbará la vida cognoscitiva y perderá su recta orientación al bien verdadero. La imaginación , por su vinculación estrechísima a los apetitos ,se verá inmediatamente afectada por su desorden . Estos movimientos pasionales vienen de un desconocimiento de la realidad y lo profundizan , pero el alma sigue necesitando conocer , sigue requiriendo legalidad y sustento , para continuar con el proceso existencial , pero ya no es posible desde aquí , llegar al conocimiento de la verdad porque el punto de partida no es el ser sino el no ser , un error , irracionalidad o mentira existencial que se prolonga en una ficción explicativa.
Los desórdenes apetitivos se acompañan de representaciones que resultan inadecuadas para la tarea de la inteligencia de buscar la verdad ,en tanto ajenas a la realidad de las cosas , a su sentido intrínseco , inadecuadas para todo desarrollo espiritual .Así ,la inteligencia sólo puede ofrecer a la vida anímica , una racionalidad meramente “raciocinadora”,, una racionalización o justificación de lo falso, siguiendo las invenciones de la imaginación . En su “desobediencia “ a la realidad , el alma va vulnerando su ordenación al conocimiento espiritual del bien a la vez que su sitio receptivo y oblativo en el “ordo amoris” queda impedido , cobrando una cualidad egocéntrica con el inevitable avance de las pasiones de odio , miedo , soberbia ,tristeza y cólera.. El intento de tiranía del niño sobre sus padres sería el primer y menos ofensivo intento de subversión contra la realidad, intento de sustitución de la legalidad dada por un sistema imaginario, y el delirio será la expresión más grave y dramática de este mismo intento.
Hay una relación imprescindible entre nuestra inteligencia y las representaciones o imágenes, porque, concretamente , conocemos ordenando las imágenes y abstrayendo la forma de estas imágenes de los seres materiales que nos llegan por los sentidos externos.
Nuestra inteligencia tiene por objeto el conocimiento del ente, de los seres materiales , de su esencia , con una amplitud infinita , en cuanto alcanza su universalidad . Todo otro conocimiento ,digamos , de lo espiritual , incluso el conocimiento de nuestra misma inteligencia , todo ese infinito abierto a nuestro conocimiento intelectual deriva de la penetración inteligible de las realidades corpóreas y será el objeto formal común de nuestra inteligencia: es un conocimiento indirecto. Las cosas sensibles inteligidas permiten el paso a lo no sensible .Y así , aunque la inteligencia no pueda llegar a lo sobrenatural , por su apertura o amplitud infinita , está capacitada a que lo sobrenatural llegue a ella o digamos, que sea puesto en su horizonte . En el terreno práctico esta inteligencia resulta la potencia o poder del alma para adaptarse a la realidad, conocerla y así amarla, conocerme y amarme , conocer y luego amar a los prójimos , y principalmente conocer y amar a Dios , fin para el cual fuimos creados . La relación de la inteligencia con las imágenes se explica también porque la inteligencia llega al conocimiento de lo particular concreto por concomitancia con la sensibilidad, por lo que se llama “conversio ad phantasmata”, es decir que a lo particular la inteligencia llega “per accidens”, en conjunción con la cogitativa y la imaginación .
Es así especialmente, en el caso del conocimiento práctico , en el gobierno de nuestras vidas, porque nuestra conducta , nuestras acciones se realizan en el terreno de lo singular , y así es como , en definitiva , importa muchísimo a nuestra vida moral , la salud de nuestra imaginación ,la simbolicidad o realismo de nuestro mundo imaginativo, su subordinación profunda al orden racional . Como no tenemos conceptos sin imágenes y tampoco tenemos conceptos del orden práctico sin imágenes , es importante que esas imágenes sean representaciones puras de la realidad , aptas para conocer intelectualmente su verdad . Si bien la imagen y el concepto son resultado de funciones distintas , es un mismo sujeto el que imagina o entiende y ambas funciones están estrechamente relacionadas en el alma : la luminosidad, u opacidad y distorsión de una, incide en la otra. O habrá una calidad simbólica, ordenada al conocimiento verdadero , o una creatividad perversa autónoma que impide el conocimiento ,porque el concepto depende genética y funcionalmente de las imágenes…
La imaginación, este sentido interno , cercano a la apetitividad sensible y a los sentidos internos de la memoria y la cogitativa , guarda las representaciones de las cosas , guarda los recuerdos , guarda las valoraciones ligadas a las imágenes. Luego asocia representaciones, las combina y crea otras, por cercanía , contrariedad o analogía. Dependerá de cuanto se subordine esta “espontaneidad “ a la realidad o a la vida espiritual o dependa de la sensibilidad , para que prime un modo u otro , una forma de combinar conducente a la verdad o a la ficción .Pero funcionará creativamente , siempre siguiendo un movimiento de otras potencias , sensibles o espirituales . Las imágenes están destinadas a la contemplación natural, a mantenerse transparentes a las razones espirituales. Una imaginación sana es siempre simbólica, dócil a la analogía , expresiva de los trascendentales , realista : es así como ella provee a la inteligencia para que opere adecuadamente a su fin en la verdad. Cuando la imaginación se pervierte , es decir, cuando no se la educa , cuando se le permite una producción excesiva, caótica o irreal , o cuando recibe un exceso de estímulos sensoriales o pasionales ,o simplemente cuando fantasea , deja de ser funcional para la búsqueda de la verdad por parte de la inteligencia .
Cuando la imaginación funciona sin el gobierno de la espiritualidad , el mundo imaginario invade la racionalidad y esta produce conocimientos parciales , cambiantes, opuestos , confusos a los que la racionalidad misma intentará dar unidad y orden , pero sin alcanzar desde esta situación , más que racionalizaciones en el plano especulativo y justificaciones en el plano práctico. Las cosas claras parecen inciertas y las verdades inaccesibles.
La privación o pérdida de conocimiento espiritual o intelectual deja. cómo venimos diciendo, un vacío que hay que cubrir, y se cubrirá construyendo sustituciones de la realidad. Hay una proporción entre la subordinación de la imaginación a la realidad y la salud de la imaginación en su relación a la inteligencia. En la realidad se manifiesta la voluntad de Dios para nosotros. Es cierto que ha de concebirse una cierta amabilidad de esta realidad para permanecer en diálogo cognoscitivo con ella , y esto supone experiencias de ella guiadas por otro en la vida infantil ,experiencias digo de esta amabilidad. De cualquier modo tempranamente se establecen concepciones imaginarias que habrá que corregir , representaciones erróneas de lo no vivible o de lo vivible , que inducen la evitación indebida de la realidad con consecuencias más o menos graves.
Vemos una pérdida de realismo , que va gradualmente de la fantasía al delirio … El neurótico concebirá no vivible el desprecio de su amigo y querrá vengarse , el perverso se vengará del amigo , imaginando invivible que el amigo no se le someta , y el psicótico concebirá no vivible una mirada que despierta su suspicacia y desarrollará un delirio interpretativo , retirándose de la realidad o accionando desde el delirio . Las concepciones imaginarias de lo deseable , de lo posible o imposible , se desarrollan como entramados de imágenes y razones parciales, fábulas que acompañan los vicios capitales , requerida el alma de darle a su accionar una aparente legalidad o sentido. Será la función creativa de la imaginación, sometiendo a la inteligencia, la que dará forma a esta alternativa ficticia. Pero la fantasía es una vía inconducente , para el conocimiento y para el amor.
El adulto que sólo concibe buena su vida con actividad sexual, indica ya , antes de que se desarrolle la lujuria , un fuerte desajuste, una desadaptación a la realidad, un desconocimiento de la naturaleza personal , de la naturaleza de la sexualidad. Todo proceso pasional vicioso indica la presencia de una enfermedad de la imaginación. Además, las imágenes que proliferan sin iluminación por parte de la inteligencia, gradualmente llegan a impedir el recto uso de la inteligencia práctica ,el único medio para el gobierno de sí mismo en la realidad.
En síntesis, la búsqueda de la verdad es competencia de la inteligencia , y sólo la inteligencia nos la da , nunca la imaginación . La inteligencia encuentra la verdad mediante las representaciones que le ofrece la imaginación ,pero reflexivamente : les preguntará de donde vienen , a donde van , que pasiones las empujan o alientan , si son reales o no , si son expresivas o no de las razones espirituales en las cosas que representan … Sin ordenación por parte de la inteligencia , o sin referencia a la realidad , en lo cual importa también una voluntad de sujetarse a ella, la imaginación imagina mentiras y la inteligencia concibe, pero concibe fuera de la verdad. La imaginación enferma no se subordina a la inteligencia y le usurpa protagonismo y energías. El valor de la realidad es tal para la vida personal que requiere una voluntad de asumirla toda , concebirla plenamente vivible , incluyendo muy especialmente el sufrimiento ,el cual permite alcanzar la verdad de modo privilegiado , como si le diera a la inteligencia una posibilidad de ver o conocer la verdad y el bien en una hondura metafísica y moral privilegiada. Per Crucem ad Lucem !
La imaginación, siempre disponible, debe también moderarse , desde la inteligencia y en conjunción con la vida pasional. Como la verdad no se le da a la imaginación sino por participación de la inteligencia, y como fácilmente se mueve en el plano de las verdades y los bienes aparentes , es necesario para su salud, la cercanía hegemónica de la inteligencia que no la deja fingir o aparentar que es, lo que no es…Cada acto personal enfermo , cada vicio ,conlleva una irrealidad, un alejamiento de las razones espirituales en las cosas , cada mentira dicha , cada pecado ,cada error intelectual está precedido , acompañado y favorecido por una fantasía , por una locura de la imaginación, por un estar fuera de la verdad de las cosas, fuera de la razonabilidad , fuera de la realidad. Y si quieren valdría la pena que nos detuviésemos a pensar ejemplos en nuestras vidas cotidianas: “estás tratándola como si fuera tu mujer y no es tu mujer”, por una fantasía , “estás comiendo engolosinado y sin hambre y a deshora”, por una fantasía , “estás despreciando a tu prójimo” por una fantasía de que no merece tu atención y de que eres superior a él, porque la imaginación-pasionalidad gobierna tu vida y no tu inteligencia-voluntad . Lo que “no es” ocupa por la enfermedad de la imaginación el lugar de lo que es, la mentira el lugar de la verdad.
Los Padres Orientales, considerando las causas de una imaginación enferma , dicen que las imágenes e ideas ajenas a Dios o inconducentes a las razones espirituales, vienen de los hábitos apetitivos viciosos o redundan en ellos ,o vienen de los demonios. Si vienen de un “no” a la voluntad de Dios para nosotros , a su normativa , será un “no” a la voluntad de Dios tal como se nos ofrece manifestada en la realidad . Y esto , en distintos grados , con o sin conciencia de estar dando este “no” a algo que debería aceptarse pero que indebidamente se evita en la realidad , es la causa de todas las patologías , incluso de las psicosis. Así como se relacionan vicio e imaginación enferma, existe relación entre realismo y virtud . En la situación de la imaginación enferma se desarrolla el egocentrismo , por falta de apertura cognoscitiva del yo a la verdad y consecuente impedimento para la expansión amorosa , asi como , en la situación de apertura cognoscitiva se desarrollan a la par la inteligencia de la verdad y el amor benevolente. Es decir que hay relación entre contemplación de la verdad y benevolencia. Los procesos de conocimiento práctico , e incluso muchas veces los mismos procesos cognoscitivos especulativos ,se desarrollan en un ámbito de amor benevolente que suscita confianza e invita a dialogar más y más con la realidad como buena ,bella, verdadera y una. Es el amor de los padres y educadores que ofrece al niño , de parte de Dios , digamos , la realidad como un don. El amor a sí mismo, a los demás, a las cosas, invitan a la contemplación natural. Si no se llega a amar la realidad , no se llegará a amar a Dios .
Es que la realidad nos da la experiencia de haber sido amados , y el mismo hecho de que somos amados dice que la realidad es buena , y que hemos de dejarnos instruir por ella , especulativa y prácticamente. Si bien la salud de nuestra alma se consolida en el conocimiento de Dios , hay analógicamente, un uso sano en el conocimiento natural , en la adhesión a la normativa inscripta en ella y en un concomitante amar a esta realidad y su orden .
Las enfermedades de la imaginación son la patología del conocimiento. La enfermedad de la imaginación nos hace llegar a una ficción, y sólo se sanea en subordinación a la inteligencia como lugar de la verdad, mucho más profunda y rápidamente si esta inteligencia está a su vez iluminada por la fe. Son patologías del conocimiento la neurosis , la perversión , la psicosis , en grado de creciente gravedad.
Cabe advertir cómo puede enfermar la imaginación de los niños bajo la misma mirada de sus padres , y no siempre por una patología de ellos , sino sólo por influencias del medio , por su frivolidad o superficialidad, por su errónea valoración de la frondosa creatividad o imaginación del niño , de un supuesto sentido estético o inteligencia que temen vulnerar.
Por una imaginación enferma habrá fracasos en el conocimiento de la naturaleza de la propia sexualidad, del desarrollo de la inclinación heterosexual , trastornos severos de la identidad , incluso bajo la supervisión de psiquiatras y psicólogos por una concepción reductiva o materialista de lo intelectual . Enfermedad de la imaginación en el narcisismo de los padres , enfermedades de la imaginación detrás de las legalidades arbitrarias en la vida familiar, padres que no cumplen su función de servirles a sus hijos de inteligencia-voluntad mientras son pequeños , que les permiten un uso patológico de la imaginación , sentir, pensar, hacer según su gusto , inmoderadamente, sin referencias a la verdad de las cosas…. El destino de la imaginación es cognoscitivo , no apetitivo , por eso nunca puede estar al servicio de la pasionalidad, y si sirve a la vida afectiva, será por el derrotero de la vida intelectual. La vida intelectual es espiritual y para la vida espiritual.
El uso patológico de la imaginación al servicio de la procura de placer , suele iniciarse en alguna evitación del sufrimiento, en un rechazo, rebeldía o negación de lo que es , porque frustra un deseo desordenado, muchas veces un deseo de excelencia , como una intolerancia de las situaciones que nuestra imaginación nos lleva a concebir erróneamente como malas porque no gratifican ,pero que en verdad nos hacen pequeños ante Dios , o más humildes . Hay , es cierto una proporción entre la aceptación del sufrimiento y la compañía amorosa a la hora de sufrir , de ahí la importancia del consuelo en la vida familiar y comunitaria ¡Que este amor sea en la Caridad , para darle toda su fuerza , su profundidad y rectitud! Dios manifiesta su amor a todos los que sufren, bautizados o no .
Pensemos en las historias de conversión de guerras y crisis,o la experiencia de futuros santos como Josefina Bakhita en su vida de esclavitud aparentemente sin Dios. Es por el valor infinito del Amor crucificado y análogamente será por el valor del sufrimiento aceptado, que purifica la vida pasional y la subordina al primado de la realidad y de la entrega generosa de uno mismo. Si el sufrimiento purifica y reordena la vida sensible pasional, también y con ella, la vida imaginativa. La aceptación del sufrimiento es garantía de realismo para el conocimiento, y resulta en una ascesis de la imaginación, permitiendo un ahondamiento en la experiencia de la realidad y de sus razones espirituales. Tanto en relación a la verdad cuanto en relación al bien, la vida sobrenatural les otorga a las potencias una apertura y una receptividad infinitas , una amplificación extensiva e intensiva.
De una vida imaginativa viciosa , aparecen como señales en los niños, una creciente irascibilidad e intolerancia, una aversión por la actividad física, por el juego compartido , por las obligaciones y la obediencia , el desgano y la pereza a la hora de levantarse o de hacer sus tareas ,su preferencia por lecturas fantasiosas y superficiales, su dibujo de seres inexistente, su queja ante el esfuerzo, que reclaman admiración. ¡Hagamos correspondencias con nuestra vida de adultos! Los padres que alientan la fantasía en los hijos, no reciben ninguna advertencia desgraciadamente ,y si las oyen, las descreen ,porque el mundo va en otra dirección … privilegian un mal entendido respeto del chico ,y sin conciencia de que esto es enfermedad , prefieren seguir idealizando su creatividad , y se cuidan de no reprimirla,cuando sólo se trataría de sujetarlos a una verdad que tampoco ellos han valorado lo suficiente. En un camino donde la inteligencia de los padres debe iluminar la del hijo, es importante que ellos tengan una imaginación ordenada y que los sujeten a “lo que es” , a la legalidad de la realidad porque , si no , fallida la vida intelectual, seguirá una vida afectiva defectuosa, ajena a la legalidad del amor verdadero .
A partir de situaciones imaginarias, habrá apegos y dependencias, desconfianzas y desprecios, habrá debilitamiento en lugar de maduración. Sin embargo, la sindéresis y el hábito delos primeros principios, nunca dejarán de ser , ni en el peor caso . La inteligencia retiene siempre su aptitud para la verdad, y para la vida sobrenatural. Habrá que proveer a los padres y a los hijos de una formación realista, ayudar a los hijos a reflexionar para reordenar su imaginación, y que sus conceptos no sean ficciones ni falacias, ayudarlos a desarrollar un respeto del ser dado , por ejemplo , del ser varón y sólo varón sin alternativas . Que respondan a las exigencias de la vida intelectual, que descubran ese apetito fundamental de saber. Que vean cómo exigencias de la vida moral requieren la búsqueda de la verdad , para amar el bien verdadero y ordenarse a Dios nutriéndose más de realidades espirituales que de realidades sensibles , las que habrá que valorar como expresivas de lo espiritual .
Recomendaremos a los padres para sus hijos, el desarrollo de los hábitos intelectuales , y actividades contemplativas para que el conocimiento cobre una dimensión simbólica correctora de una fabulación sin referencias espirituales . Debido a una sobrevaloración de la fantasía y a un permiso irrestricto para lo sensual e imaginario, vemos en los pacientes una imaginación omnipresente, descontrolada, hegemónica, y una inteligencia opacada por la imaginación, impedida para el conocimiento de la realidad en el orden práctico. Nos sustenta el ser y para que nos sostenga tenemos que conocerlo: las pasiones no sostienen, las imágenes no sostienen , sostiene la realidad conocida por la inteligencia especulativa y práctica. La vida en diálogo con la realidad tiene un despliegue único, sumamente gozoso.
La imaginación sólo puede construir ficciones que mal la reemplazan . En la infancia estas ficciones suelen ser ficciones compartidas o convalidadas por la familia, el entorno, la sociedad incluso. Subrayo “convalidadas por la sociedad “ porque, por la crisis del realismo filosófico, predominan en la cultura las ideologías idealistas que desacreditan la vida intelectual y su capacidad de encontrar verdad: de todo se duda, y a más duda más alejamiento de la realidad, nada se define como bueno o malo ,y entonces se ama menos y peor, el desborde pasional y especialmente sexual, reemplaza a la felicidad de vivir en la verdad, “ordenar” se concibe como reprimir, omiten el principio de no contradicción y el principio de identidad a la hora de “pensar”, se descree de lo evidente. La inteligencia queda reducida a la razón, las razones, la racionalización. Es esta insuficiencia de lo intelectual lo que abona la fantasía en un vano afán de encontrar verdad. Asimismo, la inteligencia puede descubrir la ley natural y sujetar a su normativa la vida personal , pero cuando esto no se cree posible , prima sobre ella la vida imaginativa y así encontraremos vidas esclavizadas a normas arbitrarias, en dependencia de caprichos ajenos, con miedo , llenas de culpas por la por faltas ficticias en confusión con faltas reales, sin descubrir vías de reparación . Hemos descripto de este modo, la enfermedad de la imaginación en la neurosis.
En la patología perversa, a la realidad se la conoce sólo como una serie de facilitaciones y obstáculos para el logro de una forma particular de hegemonía o poder , cuya materia es el cumplimiento de deseos fuertemente desordenados , el cumplimiento de sus fines ficticios particulares sin consideración de las razones espirituales guardadas en la realidad ni siquiera en otras razones que le son analógicas como los ordenamientos sociales sanos. Y este vacío de conocimiento práctico de la realidad, se suple con la acción en pos de apoderarse de lo deseado . La racionalidad se usa limitadamente en la exploración de las vías para alcanzar objetivos, para auscultar las convenciones o códigos buscando sus fisuras para avanzar con una legalidad aparentemente semejante pero diversa. La persona psicopática mantiene un vínculo superficial con la realidad como bien de uso, y asimismo alcanza alguno de sus fines perversos…y más alcanza cuanto más sutil es su transgresión y mejor justificada la presenta. Digamos que en las patrologías psicopáticas y antisociales, la persona nunca estrictamente obedeció, no descubrió la bondad de nuestra potencia obediencial , sin la cual no se llega a descubrir ningún bien ni a amarlo . La imaginación presenta al alma las situaciones de poder como los bienes más deseables : el bien es el poder, poder sobre los demás , imperar sobre los demás , conseguir que los demás se les sometan : como se ve, esto es lo inverso de la obediencia a la realidad, al otro , a Dios y a Su ley , o a la legalidad social que , en alguna medida la analoga. Por eso es muy grave que las leyes humanas permitan o avalen el poder sobre otros , porque avalan el proceder del perverso y la perversión en la cultura. Las imágenes del perverso se refieren exclusiva y unilateralmente a su procura de poder, y retienen un relativo realismo fáctico y una esclavitud de la inteligencia para lograr estos fines , pero este sistema está destinado al fracaso , quizás después de muchos daños. En el fracaso, ante su imaginación enferma se concibe una realidad repugnante por la pérdida del bien-poder, una vida invivible sin el cumplimiento de su deseo, y se incrementa su destructividad. Es más recuperable un paciente psicótico que un paciente perverso, como explicaremos luego.
La psicosis abarca un espectro amplísimo de patologías diferenciadas, pero con rasgos comunes y compartiendo algunos rasgos, unas de otras en muchos casos. Hay grupos límites, difíciles de distinguir de las neurosis, tanto en las psicosis maniaco-depresivas como en las esquizofrénicas. La particularidad de cada persona hace un cuadro diferente, único en cada caso ,y según los recursos y circunstancias de vida se podrá hacer un mejor o peor pronóstico, en cada caso . Tampoco cabe seguir definiendo como psicótico a quien ya se recuperó. Lo universal de la psicosis es que la persona ha perdido toda capacidad funcional de conocimiento práctico de la realidad. No puede gobernarse según la verdad de las cosas. En su historia pueden rastrearse carencias crecientes de este conocimiento , que alcanzó muy insuficientemente , por lo que no puede conducir su vida de modo realista , aunque especulativamente mantenga nociones de la realidad, de las normas morales y las reglas lógicas,lo cual complica tormentosamente su vida imaginativa . Cuando logra un buen manejo del lenguaje y abunda en justificaciones verosímiles , el que lo escucha superficialmente , no logra conocer inmediatamente el estado de su alma , pero las contradicciones , la verborragia, la incapacidad de recibir lo que se le dice y lo que escucha, la incoherencia de sus afectos y de sus expresiones , las interpretaciones absurdas ,dejan inferir una imaginación que opera exuberantemente y en autonomía tanto de la realidad como de la inteligencia , una imaginación enferma , y un alma que ha enfermado gravemente por la enfermedad de la imaginación que la lleva al delirio y a distintas formas de alucinación a las cuales la inteligencia y la voluntad ceden o no, según la gravedad de la enfermedad …. Esta inhabilitación de la inteligencia hace que el psicótico se mueva por lo externo o circunstancial, interpretándolo todo fuera del contexto de la realidad verdadera, si lograr salir de su abrumadora angustia confusional o paranoide pero intentando darse una mínima expansión según algún deseo vinculado al desarrollo de la enfermedad . En la psicosis, es el bien verdadero el que se ha desvanecido , no hay ningún bien que amar, nada que mueva hacia la realidad, por falta de reflexión sobre la realidad vivida , por haberla temido en exceso , por haberla evitado o despreciado tajantemente. Así la inteligencia se queda sin su orden, que le es dado, de la realidad vivida. Cerrado en su mente, lugar supuestamente seguro, procurando salir por el delirio, delirando omnipotencia, el psicótico intenta vanamente alcanzar la realidad, “dándosela” a sí mismo.
Si en la neurosis la imaginación es factor de placer y de ficciones en principio egosintónicas,la distancia creciente de la realidad lleva inexorablemente al miedo y a la angustia cuando las ficciones muestran su insuficiencia . Por ejemplo, el obsesivo , en su deseo de desordenado de certezas , o de saber más de lo necesario o de lo posible acerca de una realidad que lo solicita para tomar una decisión imaginará que no alcanzan las luces con que ve los bienes a disposición, y pretende más, imaginando posibilidades inexistentes, supuestas situaciones fabuladas que no vio ni verá: esta ideación hecha de imágenes de los que no es y razones falaces , lo aleja crecientemente de su posibilidad de decidir y caminar desde lo decidido … Las razones que alcanza el neurótico , las interpretaciones de lo dado por la imaginación , no son “inteligentes”, siguen a la representación y al deseo sensible que si bien retienen y expresan parcialmente las tendencias espirituales , no se ordenan a la espiritualidad ni a sus fines propios de conocer la verdad y amar el bien en la verdad . Esto porque hay ya una pérdida funcional de hegemonía espiritual. Hay una pereza en buscar la verdad, un debilitamiento del apetito de saber, no hay humildad para escuchar o valorar el pensamiento ajeno o se desprecia la ayuda del prójimo.
En la perversión no hay planteo o consideración ni de la verdad ni del bien y todo “encaminamiento” visible de sus vidas, y que por tramos se asemeja al de la persona sana , es un movimiento en que todo aparente realismo consiste en un apoderarse de lo dado , sin su adecuada valoración , en la procura de la gratificación de fantasías que pervierten el orden natural : suelen alcanzar un relativo éxito , acotado en el tiempo , con un riesgo altísimo para sus propias vidas y la de los demás . En toda patología hay como un nominalismo, como un intento de ordenar el caos de las imágenes, diciendo palabras, poniendo nombres, un recurso al lenguaje como un intento de alcanzar lo deseado , el poder, o el orden interior desde lo externo, como se ve especialmente en las psicosis .
Que la psicosis es una patología del conocimiento debida a la enfermedad de la imaginación se demuestra en la relativa eficacia de una dosis baja de neurolépticos para facilitar la recuperación de la vida intelectual del paciente psicótico. Parecería que el delirio y la alucinación son correlativos a una hipertrofia y desorden habituales de la función creativa de la imaginación que incide en el sistema nervioso. Todo raciocinar o capacidad de racionalizar, depende de esta hipertrofia, como un vicio del pensamiento encadenado a la imaginación y que puede llegar a invalidar el más elemental conocimiento de la realidad por parte del enfermo. Una vez lograda la atenuación de los efectos de esta hipertrofia imaginativa, se recupera en cierto grado la función de la inteligencia favoreciendo la tarea terapéutica. Así la potencia cognoscitiva intelectual, manifiesta justamente su índole espiritual. Será una inteligencia con hábitos quizás incipientes o debilitados, pero siempre capaz de buscar la verdad, y de dejarse encontrar por Dios. El proceso de la enfermedad psicótica se remonta a un origen temprano , a un momento que se ve como de un gran atrevimiento o soberbia , momento a partir del cual se desarrolla un repudio de la realidad dada ,con una imaginación y una vida pasional muy activas, concertadas en la construcción de una ficción existencial , el hábito de la asociación libre, y una creciente indistinción entre lo real y lo imaginado . El alma se cierra a lo dado porque se distancia de ello y hiere cada vez más su narcisismo. Entonces imagina cada vez más allá, fabula siempre más lejos, y llega al delirio. Se comporta como si se hubiese dado a sí mismo un ser alternativo y una realidad alternativa que no es, pero imagina que su ficción lo sostiene, pretende que lo sostenga. Esta insujeción a la realidad, este desconocerla, esta falta de sustentación y sustento, necesita componendas permanentes, conductas estereotipadas, racionalizaciones irracionales ante el sentimiento de abismo que intenta salvar el delirio. En el delirio, el psicótico tratará de explicar su situación y encontrar alivio a su padecimiento, como haría cualquier persona que busca la verdad para pacificarse….
El fracaso de este esfuerzo, exacerba los miedos y la vigencia de la legalidad imaginaria. Si, también al psicótico le resulta vital entender, pero su necesidad de entender ha cobrado características particulares: no ve lo evidente pero pretende un saber omnipotente, entender lo misterioso y lo que a todos nos excede. El repudio inicial de la realidad se agrava a través del tiempo con el desarrollo, solapado a veces de vicios como la soberbia ,la terquedad, el espíritu de rebeldía, el deseo de mando o de supremacía, el permiso para odiar o pensar mal, el derecho a enjuiciar , la evitación sistemática de todo lo humillante o doloroso, el voluntarismo. Las imágenes que acompañan estos vicios no vienen de la realidad sino de las pasiones y no refluyen sobre la realidad, justamente por la situación previa de repudio.
La psicoterapia del psicótico se inicia con un ganar su confianza y acceder a sus trincheras para invitarlo a salir de ellas acompañado y, en compañía, ayudarlo a seguir las normativas más elemental es de la realidad. Será un perseverante trabajo para que llegue a la valoración de la realidad, un trabajo de educación en el gobierno de sí mediante un lento y dificultoso discernimiento de sus imágenes. A la realidad sólo se la puede concebir tal como es, medida, unificada, buena y bella, por el recto uso de la inteligencia especulativa y práctica ordenando la vida imaginativa en favor de su fin espiritual. El l orden lo reciben las imágenes sólo por y en su destino en la inteligencia de la realidad.
Hay una prevención y terapéuticas interiores, personales, de las enfermedades de la imaginación para cada uno de nosotros. Primeramente hemos de reconocer cuáles son esas pasiones detrás de las imágenes o de esa ideación que nos perturba, cuáles son esos deseos escondidos que quizás hoy no, pero en algún momento fueron voluntarios .
Luego, desde una breve reflexión, descubrir los caminos imaginarios para no seguirlos, y desatender las fantasías para volver a las realidades más sencillas que nos solicitan. La vigilancia, la atención, la oración, la paciencia ¡ ya es el estado normal de un alma! Las imágenes son transitorias y no tienen más vigencia que la que les permitimos, pero tendremos que cuidarnos de nuestras tendencias irracionales, porque ellas necesitan de un imaginario, que se construirá bajo una inteligencia –voluntad debilitadas .Cuidarnos mucho de la asociación libre y de toda costumbre de imaginar escenarios irreales, aunque parezca inofensivo hacerlo, o fabular según algún deseo que parezca bueno. Luego cuidar de que alimentamos nuestra imaginación, recordar que nuestra memoria está hecha para Dios y nuestra imaginación para la contemplación.
Abstenerse de imaginar el mal , cultivar el amor a Dios y al prójimo ,y la confianza en Dios y en el prójimo . Aceptar la realidad dada , vivirla como Voluntad de Dios para nosotros, con reverencia , respetando la normativa que Dios ha inscripto en ella y correlativamente en nuestros corazones , y agradecerla siempre. Contemplar lo creado ,nutrir nuestra imaginación de paisajes, su flora y su fauna, los fenómenos climáticos, el cambio de las estaciones. Y desarrollar los hábitos intelectuales por el estudio y la oración.
Las patologías del conocimiento más severas también tienen la posibilidad de un camino terapéutico. La psicología comprensiva de Jaspers , dio un fecundo puntapié inicial a la psicoterapia del psicótico. Sería necio negar en la psicosis la fuerte incidencia, desde la imaginación gravemente enferma , sobre el plano biológico y el agravamiento consecuente.
Es tradición ya el valor terapéutico del trabajo ,el contacto con la naturaleza, las manualidades , el cuidado amoroso por parte de sus prójimos , de las figuras maternales , especialmente la misma madre del paciente o una hermana, la sujeción a la normativa de la realidad , a la ley natural y a un orden de vida , una inmensa paciencia , la vida sacramental y de oración , eventualmente los exorcismos, en la terapéutica de los enfermos psicóticos : estos medios han sido eficaces aún en tiempos en que no se conocían los neurolépticos .Es el regreso a la realidad digamos “maternal”. La terapéutica consiste en mucha empatía y en la aplicación de algunas técnicas pragmáticas. Así lo demostró un terapeuta de esquizofrénicos y de maniaco – depresivos, Paul Federn en la primera mitad del siglo XX.
Contra una visión genetista de la psicosis, contamos con los conocidos estudios finlandeses acerca de los gemelos adoptivos. Una postura psicológica aristotélico tomista no puede adoptar una posición biologicista, necesariamente fatalista, de la psicosis, y si bien diferiremos de otras escuelas en las interpretaciones o explicaciones de lo que ocurre , coincidiremos en algún punto con aquellas que se plantean una postura psicodinámica de la enfermedad. Importa cuidar el contexto terapéutico , la detección temprana , la rehabilitación, el trato caritativo , como iguales a nosotros en su dignidad y en su destino eterno . Los estudios biomédicos están muy lejos de demostrar causas orgánicas y la neurobiología , por otra parte, subraya la importancia de las redes neurales y la plasticidad o flexibilidad de las funciones , lo cual alienta la posibilidad de modificarlas, es decir de curar realmente al enfermo psicótico El paciente perverso , es más inabordable aún que el psicótico , porque va al encuentro con el terapeuta con un fin incompatible con la tarea psicoterapéutica…
Concluyendo, nuestro conocimiento enferma al desviarse de su fin. El fin último del conocimiento es Dios para amarlo y gozar de El. Al no tener experiencia de El o de la bondad de sus dones, al no buscarlo, al desestimar su presencia en la realidad sensible ,las cosas dejan de mostrar su referencia a Dios o a las razones espirituales en ellas y entonces pasan a ser enemigas y resistentes. Para los primeros pensadores de la tradición cristiana, de la cual somos herederos y continuadores, este olvido de Dios ya es demencia y todo pensamiento alienado del conocimiento de Dios, en sí mismo , en su ley natural y en su creación , llegará a ser pensamiento delirante. El fin de la inteligencia es la contemplación. O hay contemplación natural de las cosas o hay un uso abusivo de ellas en el nivel material. Se diría que las imágenes llevan a una manera carnal de ver las cosas y de alienarse en ellas. Pero el destino originario de nuestro conocimiento de las cosas era gozar de ellas sin peligro alguno… Como ya venimos repitiéndolo , a falta de una relación cognoscitiva espiritual con las cosas , garantizada en la amorosa dependencia de Dios , la relación con las cosas se desarrolla viciosamente . Lo que es, es por Dios y para Dios . Si dejamos de ver a Dios en los seres y a los seres en Dios, o análogamente, de ver a los seres en su legalidad armoniosa y bella, captando su unidad fundamental, decaemos en conocimientos fragmentarios e inconexos , que van cobrando un matiz delirante. Unificación y orden en Dios o disgregación en lo imaginario con su pobrísima entidad. O una inteligencia vertida hacia lo “exterior”, o una visión intelectual “interior” de las cosas contempladas.
Querría que esta ponencia sirva como una advertencia respecto de” la loca de la casa”. Vivimos tiempos de locura, de muchos vientos a favor de un despliegue irrestricto de la imaginación y de una devaluación de la inteligencia, y de esa su virtud sobrenatural que es la fe. Nuestras facultades cognoscitivas necesitan sanearse en las imágenes de las Escrituras, en las imágenes sacramentales, en las imágenes de la música sacra y de todo arte de inspiración cristiana. Pedir el aumento de nuestra fe. Pedirle al Espiritu Santo que ilumine nuestra inteligencia, especialmente sobre lo particular y lo concreto …Tendremos que estar advertidos y refrenar la “evagatio mentis”, la fabulación y la ideación “delirante”. Que haya también una advertencia respecto de la insujeción a la realidad y a sus leyes , y, especialmente, advertir contra la evitación de la realidad cuando nos trae la hora del sufrimiento . Habrá que asumir la realidad siempre y de asumir el sufrimiento especialmente, para cuidarnos de la patología del conocimiento .Enseñar a discernir y a tomar posiciones desde la inteligencia, aprender a distinguir cuáles imágenes son aptas para llevarnos a la verdad y cuáles no. A los que caen en pensamientos obsesivos les diremos que detengan su ideación, porque están fabulando, que ya vieron lo que necesitaban ver. A los impulsivos les diremos más bien que piensen, porque hay una fábula detrás de su pasionalidad. A los indecisos, que tienen que decidir pensando y no fabulando, aceptando las renuncias que conlleva toda decisión difícil … sin volver atrás . Pero sobre todo cabe una advertencia respecto de toda trivialización de nuestra finalidad en Dios y de cualquier desobediencia de sus mandamientos ¿Será que nos falta experiencia de la grandeza de nuestro destino en Dios, experiencia de esa normalidad apacible y sencilla que nos permite una vida toda referida a El? ¿Será que no vivimos para El,nada menos que el fin de nuestra existencia? Es por esta ligereza o falta de experiencia de Dios en las personas que educan y en las que curan, que se relativiza lo único importante. O conoceremos a Dios y gozaremos en su amor, mediante el conocimiento intelectual de la realidad, o fabularemos alejándonos de ella en el miedo y la enemistad.
Valoremos y cuidemos la salud de nuestra imaginación. Una imaginación que va y viene entre la realidad y la inteligencia, iluminándose de ellas, acotada por ellas, unida a ambas en un funcionamiento en el que comparte con toda el alma, el descanso, la moderación y la serenidad que otorga la verdad de las cosas.


