Queridos amigos:

Casi todos ya conocéis los trágicos acontecimientos que han tenido lugar el pasado sábado 16 de abril de 2016 en Ecuador. A las 18:58 (hora ecuatoriana), un terrible terremoto de 7,8 grados, y una cantidad increíble de sucesivas réplicas, sacudieron toda la costa ecuatoriana. También nuestras comunidades en Ecuador se vieron afectadas, de manera especialmente grave la comunidad de Playa Prieta, donde el edificio donde residía la comunidad se derrumbó atrapando dentro a cuatro hermanas y siete postulantes. En cuanto conocimos la noticia, las hermanas nos pusimos en oración ante el Santísimo y comenzamos a pedir oraciones por nuestras hermanas. 

Desde ese momento, ha sido impresionante la cantidad de personas, de todas partes del mundo, que se han puesto en contacto con nosotros uniéndose a nuestro dolor y a nuestra oración. Nos hemos sentido cálidamente arropadas por vuestro cariño, por vuestras delicadezas, por vuestra disponibilidad para lo que necesitáramos de vosotros. 

Muchos amigos, en primer lugar en el mismo Ecuador, se han volcado en ayudarnos, arriesgando incluso su propia vida, entrando dentro de la casa en ruinas para colaborar en las labores de rescate. Otros han facilitado de muchas maneras ese rescate, o la atención de las hermanas heridas supervivientes, o el traslado de los cuerpos de nuestras hermanas fallecidas. Cuento como ejemplo la generosidad de un grupo de veinte estudiantes de medicina de Guayaquil, que nos escribieron pocas horas después de conocerse la noticia, para ponerse a nuestras disposición en lo que pudieran colaborar. 

Otros muchos, desde España, EEUU y más sitios, se han ofrecido insistentemente para acudir inmediatamente al lugar del siniestro para poder ayudar no solo a las hermanas sino, a través de Grupos Misioneros del Hogar de la Madre, a tantos damnificados que se encuentran en una situación de tanta necesidad. Tantos y tantos habéis rezado tanto, por las hermanas y por todos nosotros. Sabemos de conventos enteros que se han unido a nuestra oración. Las cuentas de correos no hacen más que recibir e-mails, el teléfono ha sonado este fin de semana sin parar, las visitas a nuestras páginas webs y redes sociales buscando información son tantas que hemos tenido que ampliar la capacidad del servidor para que pudiera seguir funcionando. 

Gracias, gracias, gracias a todos. Gracias a los que habéis llamado o escrito. Gracias a los que habéis preferido no hacerlo pensando en no molestar en momentos de tanto dolor, pero que sabemos que nos seguís con cariño a través de las misas que hemos retransmitido por internet, a través de nuestras webs y redes sociales. Gracias a todos los que habéis rezado. Gracias a todos los que estáis buscando una forma de ayudarnos.

Queremos pedir perdón también a todos aquellos a los que no hemos podido avisar personalmente. Sabemos que comprendéis perfectamente que han sido momentos de mucha tensión, de mucho sufrimiento… Y no hemos llegado a todo. Y agradecemos vuestra comprensión y cercanía.

Muchos insistís en ofrecer vuestra ayuda de muchas maneras. Es obvio que lo más duro del terremoto está aún por llegar para los supervivientes. A través de nuestro Facebook nos han llegado noticias de que muchas familias en Playa Prieta están pasando hambre y sin acceso a agua potable. Pensad que ya antes del terremoto, Playa Prieta estaba sufriendo los efectos de una terrible inundación que había dejado a muchas familias sin nada. Pero no solo en Playa Prieta. En Chone y Guayaquil, las hermanas están siendo testigos de muchas necesidades. Para los que queréis ayudar a nuestros hermanos afectados por el terremoto, podéis encontrar información en este link:

www.hogardelamadre.org/es/gmhm/emergencia

Para los que se sientan movidos a desplazarse personalmente a Ecuador, pueden ponerse en contacto con nosotros a través de este e-mail: gmhm@hogardelamadre.org

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Que el Señor os bendiga a todos. Que nuestra Madre os bendiga a todos. 

Gracias de todo corazón. 

Hna. Beatriz Liaño

Siervas del Hogar de la Madre