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Reflexión del evangelio de la misa del Miércoles 29 de Marzo de 2017

Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así el Hijo da la vida a quien él quiere dársela
Jesus nos ofrece la posibilidad de encontrar la luz, más allá de la ley, que muchas veces se convierte en atadura


Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo Coadjutor de la Diócesis de San Cristobal de las Casas |



 Isaías 49,8-15: “Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra”
Salmo 144: “El Señor es compasivo y misericordioso”
San Juan 5,17-30: “Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así el Hijo da la vida a quien él quiere dársela”


Para nuestros días suena actual y consolador el mensaje que nos   ofrece el profeta Isaías. Hablando al Siervo de Yahvé afirma Dios: “Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: ‘Salgan’, y a los que viven en tinieblas: ‘Vengan a la luz’”. Si relacionamos este pasaje con las palabras que hemos escuchado en San Juan vamos a descubrir cómo Jesús realiza esa misión rompiendo la oscuridad, restaurando al pueblo y devolviendo la luz. Aunque se opongan sus perseguidores por hacer curaciones en sábado, aunque lo amenacen de muerte, Jesús ofrece esa posibilidad de encontrar la luz. Más allá de una ley que ciertamente buscaba dar vida pero que se había convertido en atadura, Cristo busca dar luz y libertad a todos los esclavizados por cualquier tipo de enfermedad o cadena. Cristo pasa por encima de convencionalismos o de críticas de los poderosos con tal de dar verdadera libertad. Él es libre y da libertad. Además, busca parecerse a su Padre y realiza las mismas obras de su Padre. El pasaje de Isaías terminaba con una de las más bellas expresiones del Primer Testamento: “¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”. El amor de Dios Padre es más fuerte que el amor maternal y Jesús manifiesta ese mismo amor entrañable de Dios. No puede pues regirse por leyes que oprimen, no puede detenerse por críticas u oposiciones, debe manifestar ese gran amor de Dios. Padre Bueno, que este día experimentemos tu amor paternal, maternal, que no puede olvidarse de sus hijos y que al mismo tiempo reconozcamos que tenemos la misma misión que otorgaste a tu Hijo Jesús para que viviendo libres de ataduras restauremos la tierra y manifestemos tu luz.

 







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