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Erminia: el milagro de una vida
Milagro aprobado para la beatificación de Itala Mela


Por: Maria Luisa Eguez | Fuente: Revista En Lerici // gazzettadellaspezia.it



Erminia es una bella y brillante estudiante de la escuela secundaria "Lorenzo Costa" de La Spezia, es deportista y aspira a seguir en los pasos de su familia y convertirse en una buena doctora en medicina como sus abuelo, papá y mamá. Es el final feliz de una tragedia de la que fue la protagonista: nació prácticamente muerta; Las clarisas de clausura de Sarzana rezaron por ella y el milagro, algo realmente excepcional, también ha sido reconocido por los médicos ateos. Es que los hechos están ahí dijo su madre, la Dra.en pediatría Francesca Colombani Bertoli.

Su marido, el cardiólogo Daniele Bertoli, y ella tenían una niña de casi tres años, Eugenia, nacida por cesárea. Cuando llegó este segundo embarazo.

En el séptimo mes Francesca comenzó a sangrar, por lo que la madrugada del 8 de febrero de 1999 ingresa en el hospital en Sarzana. El ginecólogo principal fue el Dr. Bernardini. Ante la perspectiva de una cesárea, se le llama a un segundo anestesiólogo, además del que ya está prestando servicio en el hospital.

Francesca, a la que se le ha aplicado la anestesia epidural, se encuentra en medio de una nueva hemorragia masiva. La labor del equipo médico se volvió frenética y la doctora Bertoli, a quien se le practica no uno sino dos cortes debido a que el feto estaba muy arriba, tiene la percepción de "un trapo gris" pasa por encima de su cabeza. Ella ve primero palidecer a su marido, luego a los dos anestesiólogos.

Aquel "trapo gris" era su hija, ella no da ninguna señal de vida. En la escala de cero a diez en la vitalidad, el índice es cero. En estos casos, se trata de revivir durante diez minutos, y si no hay reacción, de acuerdo con el protocolo americano, se interrumpe las maniobras, ya sea porque el paciente está inequívocamente muerto o, si sobrevive, permanecerá permanentemente en un estado puramente vegetativo.



Después de diez minutos el índice sigue siendo cero. Pero la reanimación continua y de repente se dispara a siete.

En aquellos minutos sucedió algo que Bertoli sólo conocerá más adelante. Alguien de manera anónima, tal vez una enfermera del hospital, llamó al monasterio de clausura. Las monjas iban camino a la capilla para sus oraciones. La última de la fila oye el timbre del teléfono y se da cuenta que tiene que ir a responder. La voz le pide oraciones por la tragedia que está teniendo lugar en Erminia Bertoliese momento en la sala de operaciones. Las hermanas rezan y piden la intercesión de Itala Mela. En esos momentos, "He sentido una gran paz que me envolvió por completo", dice la doctora Bertoli, "la presencia luminosa del amor divino. Por eso, cuando meses después bautizamos a nuestro hija, además de Erminia, también hemos querido llamarla Luz Bendita".

Al momento de escribir este artículo, Erminia tiene ya 18 años.

Artículo publicado originalmente en la Revista En Lerici y reproducido en gazzettadellaspezia.it
Adaptado y traducido al castellano por Xavier Villalta

 



 







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