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Agradecimiento en acción
Estoy agradecido por un día más de vida, y, por lo tanto, voy a usar cada hora haciendo algo de provecho


Por: Maleni Grider | Fuente: www.somosrc.mx



“La gratitud no se trata de las bendiciones que tenemos, sino de qué hacemos con ellas.”
W.T. Purkiser

 

Nada es más importante que nuestras relaciones con otras personas. Digamos: sembrar semillas es importante; viajar y conocer otras geografías es relevante; conocernos a nosotros mismos es básico; ahondar en el mundo del conocimiento es apasionante; explorar la creación es deleitable; trazar proyectos es estimulante; pero establecer o construir relaciones con otras personas es lo mejor de esta vida. Hacer crecer nuestros apegos y desarrollar hermandad, cariño, amistad, confianza, compañerismo, amor, lealtad, aprecio, gratitud con o hacia otras personas es lo más trascendente que podemos hacer.

Solos podemos lograr muchas hazañas, pero cuando lo hacemos junto a otros seres humanos la victoria es más dulce y, por supuesto, gratificante para más personas. Cuando invertimos en nosotros mismos (lo que sea), la satisfacción es grande; pero cuando invertimos en otros la recompensa es mayor y más profunda. Amar a otros significa nutrir nuestra vida y darle significado. Cualquier bendición que recibamos es más significativa si podemos compartirla con los demás.

Por supuesto, nuestra relación más alta es la que establecemos con Dios. Y uno de los valores que Él aprecia con pasión es el agradecimiento. Pero el agradecimiento activo. Por supuesto, es bueno estar agradecidos por todo lo que tenemos, pero ser agradecidos es mucho más productivo. El agradecimiento pasivo dice “Estoy agradecido por un día más de vida. Punto”. El agradecimiento activo dice “Estoy agradecido por un día más de vida, y, por lo tanto, voy a usar cada hora haciendo algo de provecho”.



No es lo mismo pensar “Estoy agradecida de tener un esposo tan trabajador, responsable y amoroso”, que ir y decirle a mi esposo “Mi amor, estoy muy agradecida contigo y con Dios por lo amoroso, responsable y trabajador que eres”. Una cosa es sentir agradecimiento por algo, y otra cosa es hacer algo de ello, es decir, expresarlo, usar ese agradecimiento para honrar a alguien.

“El ser agradecido te puede cambiar desde un día hasta una vida completa. Sólo necesitas decir las palabras.”
Margaret Cousins

Dice el diccionario etimológico: “La palabra ‘gracias’ proviene del latín gratia, la cual deriva de gratus (agradable, agradecido), y en latín gratia significa la honra o alabanza que sin más se tributa a otro, para luego significar el reconocimiento de un favor”.

En el evangelio de Lucas (17:11-19) encontramos la historia de los diez leprosos que fueron sanados por Cristo, de los cuales sólo uno regresó para expresarle su agradecimiento. Seguramente los demás estaban profundamente agradecidos por haber sido sanados de tan terrible enfermedad, y salvados de la muerte, pero sólo uno de ellos decidió regresar a donde Jesús estaba y darle las gracias. El Señor preguntó con admiración dónde estaban los demás a quienes había sanado. ¿Cómo es que un agradecimiento tan grande puede no ser expresado?

Si estoy agradecido por la provisión que tengo, es decir, porque tengo un buen empleo y recibo buenos beneficios para mí y para mi familia, una manera de ser agradecido es expresárselo a menudo a mi Dios y Proveedor, además de ir y dar a otros un poco de lo que yo tengo. Esto es porque la gracia se expande. Si bien es cierto que la gracia debe ser recibida por cada uno de nosotros, también es cierto que potencialmente podemos ser conductos transmisores de esa gracia, cuando estamos dispuestos a trabajar en ella.



Al ser agradecidos activamos nuestra habilidad de salir de nosotros mismos para ir al encuentro de otros. El agradecimiento es siempre un motivador de buenas acciones. Hay gran reciprocidad en el acto de agradecer. La acción de gracias hacia Dios nos conecta inmediatamente a su amor y provisión. La comunicación se abre en gran manera cuando abrimos nuestros labios y nuestro corazón para expresar lo agradecidos que estamos.

El agradecimiento tiende puentes, afianza amistades, alienta corazones, hace que todo esfuerzo valga la pena, eleva todo sacrificio, fortalece todo amor, ennoblece nuestro carácter, fructifica toda buena acción, extiende la gracia, evita malos entendidos, en pocas palabras, el agradecimiento engrandece toda relación. Pero en especial, estrecha nuestra relación con el Padre dador de vida, quien es rico en gracia y misericordia, y quien derrama su gloria sobre todo ser viviente y sobre la extensión de la tierra.







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