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¿Casarse enamorados? eso es una desgracia.
Reflexión, para formar una Auténtica Familia Feliz!


Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net



“Casarse enamorados, eso es una desgracia. El hombre y la mujer deben casarse amando, que es distinto. El enamoramiento es la primera etapa, la idealizacion del otro, creerlo perfecto. Amar es aceptar los defectos y virtudes del otro. Uno ama cuando reconoce que a pesar de que el otro tiene errores, me sigue gustando y lo prefiero. Las parejas se casan por el deseo de estar juntos, y eso muchas veces es pasajero, se necesita la decision de amar de verdad”. (1)

“Creer que estar enamorado y amar es la misma realidad es la confusion y la ilusion más común. Casi para todos “estar enamorados” es sinónimo de “amar”. Pero no es así, es sólo parte de la verdad. Estar enamorados significa sentirse atraído poderosamente, casi irresistiblemente, por el otro” (2)

El enamoramiento es “pasivo”. El amor, en cambio es “activo”. El enamoramiento llega sin esfuerzo. El amor, en cambio, por ser una decision que se pone al servicio de la felicidad de la otra persona requiere “esfuerzo” en el sentido de “gastar energia”, luchar, comprometerse, “pagar el precio”, (2)

El amor en cambio, depende de la voluntad, del “querer amar”, de la decision de buscar el bien de la otra persona” (2)

“Antes de casarse, el conocimiento mutuo es imprecindible:hay que analizar a la otra persona con sus cualidades y defectos, sabiendo que no existse la perfección, pero se debe aspirar a lo mejor. El temperamento determinará el grado de armonia conyugal”. (2)



“Las personas tienen su historia, su educación, su herencia genética y sobre todo su libertad. Apenas aprenden a conocerse. Aceptar que se casan sin conocerse. Significa estar abiertos a aceptar la sorpresa, a veces desagradable. Pero que no es siempre el fruto de mala voluntadd, sino de misteriosa naturaleza diferente de los sexos, de las culturas y de vida que llevó cada uno hasta el Matrimonio” (2)

“El matrimonio es una empresa de adultos, de personas maduras psicologicamente, que saben lo que hacen” (2) de la libre y entera voluntad, sin presiones externas de ninguna indole y de una consciente y madura responsabilidad.

En el matrimonio, “cada uno es feliz al hacer feliz al otro, goza cada uno de la riqueza del otro (en el amor no hay envidia). Si uno es “rico”, comunicará también al otro su riqueza. La vida matrimonial es así; o son felices los dos o no lo es ninguno. Para ser feliz, hay que hacer feliz al otro”.(2)

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(1) Pbro. Alberto Linero. YSC).
(2) ”La familia hoy” Sor Guadalupe Pimentel (Edic. Paulinas)



 







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