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¿Trabajo o familia?
Ali confesó que ella y su marido han recuperado la sonrisa.


Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net



Ali Simpson dijo que abandonaría su profesión para siempre, al darse cuenta de lo mucho que se estaba perdiendo en su vida cotidiana. Escribió un mensaje larguísimo explicando por qué renunció a la docencia. La nota tocó las cuerdas más sensibles de cientos de miles de profesores y se hizo viral.

A sus 37 años, confesó que se había visto obligada a utilizar sus días libres para escribir los planes de clases, a pasar fines de semana poniendo notas y no pudiendo contarles cuentos a la hora de dormir a sus hijos por tener que terminar de calificar a sus alumnos.

Después de llevar 15 años en la docencia especializada en lengua inglesa, esta madre de dos niños decidió abandonarlo todo para atender a debidamente a su familia.

Soy totalmente sincera, nunca pensé que este día llegaría.

Durante más de 15 años he sido profesora, un trabajo que adoro.



Siempre pensé que me dedicaría a enseñar. Es todo lo que he hecho y todo lo que he querido hacer.

Amo las horas que he pasado en el aula, enseñando, junto a mis alumnos. Poder enseñar, ayudar, alentar y orientar a los niños es la sensación más gratificante que he experimentado.

Pero, tristemente, este no será mi trabajo nunca más.

Los superiores y los cerebros políticos que creen saber cómo se les enseña a los niños han cambiado las reglas de este trabajo y han sobrepasado los límites. Han modificado la dinámica de las clases y la pedagogía sobre la cual se basa la docencia cotidiana.

Publicó en su blog mylifemylove.com: ¿Por qué he abandonado la docencia?’, y muy pronto la publicación se hizo viral entre los maestros de todo el mundo que se sentían identificados con su punto de vista.



Una línea en particular pareció sensibilizar a los maestros que también son padres: “¿Por qué prioricé a los 30 niños de mi clase y no a mis propios hijos?”.

Ali vive en Poole, Dorset, con su esposo Luke y sus hijos Harley, de cinco años y Lola, de apenas un año. Ahora hace malabares conjugando las clases privadas con su trabajo como escritora independiente.

A sus responsabilidades como madre y a su dedicación al blog, que comenzó hace un año y medio mientras estaba de licencia de maternidad, le sumó un trabajo de marketing en las redes sociales para el que fue recomendada por un lector regular, una tarea que puede hacer desde su casa.

Ali, quien también tiene dos hijastros de 12 y 9 años, comentó: “Cuando hice clic en el botón para publicar mi post sobre por qué abandonaría la docencia no pensé que se haría viral. Me sorprendió que en las siguientes 48 horas tuviera más de 183.000 visitas”.

Tristemente, todo esto queda reflejado en una especie de mantra que dice: ‘Cada niño importa, menos el tuyo propio’.

Y yo no estaba preparada para enfrentar eso otra vez.

No voy a usar mis días libres para planificar las clases de la semana siguiente.

No voy a quedarme sola los fines de semana organizando mis clases mientras el resto de mi familia se va al parque.

No voy a obviar o a leerles deprisa los cuentos para dormir a mis hijos porque debo corregir, cada noche.

No pasaré más horas delante de la pantalla del ordenador analizando las planillas de seguimiento y los datos de las hojas de cálculo.

Es triste, pero enseñar ha dejado de ser un trabajo para convertirse en un estilo de vida. Y yo quiero ser capaz de cambiar mi estilo de vida. Me he perdido mucho de mis hijos”.

“No tengo un plugin en mi blog para contar el número total de visitas, pero sigue siendo mi post más leído y tiene unas 100 visualizaciones al día, incluso hoy en día.

“Muchas personas me agradecieron por escribir lo que ellos mismos sentían”.

Ali confesó que ella y su marido han recuperado la sonrisa, mientras que sus hijos “tienen a su mami de regreso”.

En pocas ocasiones se puede elegir esta opción: esta es una de ellas.







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