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«Haz que dure para toda la vida»
La capacidad de amar es fundamental.


Por: LCF Francisco Peralta Dávalos - LCF Anahí Ruvalcaba Ortíz | Fuente: Catholic.net



“Hombres, su presencia y misión en la familia es irremplazable; despierten y con amor retomen su lugar” Olmsted.

Cuando estaba recién casado, una persona a la que estimo mucho y que lleva casi 30 años de matrimonio me dijo: “te felicito mucho, haz que dure para toda la vida”. Sus palabras me hicieron reflexionar sobre el papel protagónico que tiene el novio y esposo en su relación; no como un mero espectador de su matrimonio (aunque con frecuencia así se viva) sino como un verdadero protagonista cuya misión es hacer que su matrimonio dure para toda la vida y no solo que dure, sino que dure bien.

Desgraciadamente en la actualidad se habla muy poco sobre ese papel tan importante y crucial que juega el hombre en la relación de pareja. Basta con realizar alguna búsqueda en internet o en algún libro para darnos cuenta de que encontraremos muy poco del tema o no lo encontraremos tan fácilmente. Por el contrario, podemos encontrar mucha información sobre el tema de pareja en general o sobre el papel de la mujer en la pareja. Esto nos deja ver que la figura del hombre dentro de la pareja y la familia pareciera estar un tanto desvanecido, como si se encontrara en un segundo plano. Hace falta el rescatar y revalorar esa imagen del hombre como protagonista y cabeza de la familia.

Si bien la mujer es el pilar de la familia, el hombre se encuentra llamado a ser cabeza de la misma y requiere hacerse consciente de dicho protagonismo, de la responsabilidad y de las implicaciones que ello conlleva. Esta tarea no es sencilla y menos en la actualidad ante tanta desinformación y confusión que encontramos, de tal manera que habrá que estar a la altura del reto, como apunta José Martí, “el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo”.

Al ver la cantidad de fracasos matrimoniales, la “epidemia” de divorcios que se sufre en la actualidad y muchas de las problemáticas que se viven en la pareja, podemos identificar diversas causas de todo ello, siendo una de ellas el que en ocasiones al hombre le hace falta asumir conscientemente ese liderazgo dentro de la pareja y la familia. El hombre debe ser como el capitán de un barco; debe ser el encargado de guiar la relación a buen puerto.



Ante la crisis de masculinidad que pareciera existir hoy en la sociedad, vale la pena apuntar algunas características que son imprescindibles en el hombre. Las más conocidas, pero poco comprendidas y asimiladas, son las del hombre como protector y proveedor, lo complicado es que casi siempre se piensa que tienen que ver sólo con la cuestión material cuando el ser proveedor y protector va más allá de ello pues implica el proveer y proteger lo más sagrado e íntimo de una pareja; su amor. Así mismo, hay que tener una alta capacidad de compromiso, ser capaces de vivir el compromiso matrimonial para toda la vida. La fidelidad es otra característica; el ser fieles a la persona que le hemos prometido serlo y así con ello a nosotros mismos. De igual manera, un hombre de verdad tiene valores en base a los cuales actúa, y convicciones firmes en torno a las cuales vive. La capacidad de amar es fundamental, recordemos que amar es entregarse al otro sin reserva alguna. Basados en lo anterior, el hombre debe dirigir de manera amorosa y adecuada tanto la relación de pareja como la familia.

Antonio Machado decía que “por mucho que un hombre valga, nunca tendrá un valor más alto que el de ser un hombre”. Es tarea de los hombres el trabajar y asegurarse de serlo en verdad. Parte fundamental de esta responsabilidad que se tiene para amar a nuestra pareja es el prepararnos para el reto que representa el matrimonio, el formarnos para asegurar en la medida de lo posible que nuestra relación sea positiva y aportar activamente a ella, no olvidemos que nuestra mayor misión se encuentra en nuestro matrimonio que estamos conformando y no en otro lugar. Como hombres, debemos buscar el lograr cosas grandes y no hay nada más grande que el amor, el cual podemos vivir en nuestra relación de pareja y nuestra familia. Como hombres, hagamos que dure para toda la vida.







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