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Las plantas que no haya plantado mi Padre serán arrancadas de raíz
Meditación al Evangelio 4 de agosto de 2020 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



¿Son malas las tradiciones humanas? A veces Jesús daría la impresión de condenar las tradiciones de su pueblo y poner en duda su contenido y la forma de seguirlas. Pero Cristo no condena las tradiciones por sí mismas sino cuando en lugar de esclarecer y dar vida, oscurecen y esclavizan.

No suprime los profetas, los escribas o los maestros por sí mismos, sino las discusiones inútiles que sofocan el verdadero significado de las leyes y tradiciones. Las minuciosas observancias religiosas en lugar de acercar y hacer más palpable la presencia de Dios, parecían sofocar y atorar a las personas en su búsqueda de Dios.

El Papa Francisco nos dice que quizás hoy nos pasen situaciones parecidas y estemos juzgando sólo por exterioridades y no por lo que hay en el corazón. Insiste en que busquemos qué es lo más importante en el mensaje de Jesús.

Cristo no está en contra de la higiene o de la salud preventiva, muy al contrario, toda su actuación es a favor de la vida. Pero cuando se ponen las prescripciones por encima de la persona, cuando se juzga a alguien solamente por los actos exteriores, corremos el riesgo de equivocarnos rotundamente.

Hay quien va a misa los domingos solamente por cumplir y no está atento, no dialoga con Dios, no se compromete con los hermanos, esa Eucaristía queda vacía, aunque esta persona sienta que ha cumplido. Hay muchos ritos que hacemos y que parecen religiosos pero que más bien se asemejan a ritos paganos o amuletos con los que buscamos protegernos pero que no establecen una verdadera relación con Dios y con los hermanos.



Una estampita, un rosario, un recuerdo de un santuario, estarían bien si esto nos lleva a un compromiso de vivir como discípulos de Jesús, pero cuando se convierten sólo en rito exterior, corremos el riesgo de quedarnos vacíos por dentro. A Jesús le importa mucho lo que hay en el corazón del hombre y lo que florece en su interior. Con Él no podremos tener doble cara o intenciones veladas, para Él importa la transparencia del corazón.

La condena que hace es muy fuerte, pero tiene que hacernos pensar en nuestra escala de valores porque podemos equivocarnos y estar dando importancia a minucias y no atender a lo que realmente es importante. 








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