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Si con el dinero, tan lleno de injusticias, no fueron fieles, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?
Meditación al Evangelio 7 de noviembre de 2020 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Hay un dicho irónico y sarcástico que revela mucho la naturaleza del hombre. Dice más o menos así: “La amistad es dulce, constante y fiel, mientras no toque el bolsillo del amigo”.  Claro que hay muchos ejemplos de amistad sincera que contradicen este dicho, pero tiene algo de verdad y nos ayuda a comprender las palabras tan tajantes de Jesús: “No pueden ustedes servir a Dios al dinero”.

La generosidad con los hermanos, la fidelidad a Dios, la renuncia a los ídolos y la rectitud del corazón son los temas que nos ofrece el pasaje de este día. El dinero mal habido quema las manos afirman otras personas. Jesús exige una completa rectitud en la administración del dinero. Al afirmar que con el dinero tan lleno de injusticias se deben ganar los amigos, no está justificando de ninguna manera la utilización de dinero corrupto, o el prestarse al lavado de dinero con la finalidad de utilizarlo en obras benéficas.

No se puede aceptar dinero corrupto de ninguna manera. Lo que Cristo afirma es que aun con el dinero que es corrupto, que causa tanto daño, debemos hacer el bien. Es drástica la afirmación de Jesús de que no podemos poner en nuestro corazón el dinero, y desplazar a Dios que debería ocupar únicamente este sitio. Jesús ha vivido en carne propia lo que todos sabemos: el dinero causa injusticia, rivalidades y muerte, y por eso alerta a sus discípulos para que no se dejen contaminar por el dinero.

El Papa Juan Pablo II en su primera visita a México nos recordaba que todos los bienes tienen una fuerte carga de responsabilidad y que deben compartirse. Nadie tiene derecho a ocultar el pan al hambriento.

Los bienes tienen una hipoteca social, no pueden asumirse como un bien absoluto e individualista. Por eso mismo Jesús busca resaltar ese sentido de servicio y de responsabilidad que tenemos de todos los dones que el Señor nos ha otorgado. ¿Si no somos fieles en lo pequeño cómo seremos fieles en lo más importante? Este día tenemos que escuchar con atención las palabras de Jesús y poner nuestro corazón delante de sus ojos. ¿Qué nos dice el Señor en este día?










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