Menu


Un Padre Misericordioso y Clemente
Todo emerge de un amor gratuito para con el género humano.


Por: Pbro. Francisco Ontiveros Gutiérrez | Fuente: Semanario Alégrate



Dios es Misericordia

Nuestra vida se desarrolla a partir del concepto que nosotros tengamos de Dios, y ese concepto es, precisamente, consecuencia inmediata de la experiencia que tengamos de Dios en la vida diaria. Es cierto que muchos de nosotros, por diversas razones, podemos tener imágenes equivocadas de Dios. De tal modo que, para algunos, puede representar la imagen ingente de un juez que custodia, por todo motivo y, ante todo, que su ley se cumpla, y ante un incumplimiento de sus normas inmediatamente sigue un castigo. Este tipo de dios provoca miedo, y es en realidad un dominador intolerante que ante la menor provocación desata su ira en contra del ser humano, su criatura.

“Dioses” que no son Dios

Para algunos otros, Dios puede representar una divinidad que siempre tiene la razón, individualista, y justificado para condenar, es una divinidad tan encumbrada que es distante de las preocupaciones y necesidades humanas. Se mantiene al margen, pues está fuera de esta realidad. Algunos más pueden considerar un dios utilizable a los antojos de la voluntad humana, mismo que puede manipularse con cierto tipo de comportamientos.

El Dios de Jesucristo



Sin embargo, todas las anteriores son imágenes idolátricas de Dios, son percepciones reduccionistas de un dios que no es el Dios de Jesucristo. Si nosotros quisiéramos generar la imagen verdadera de Dios, podemos regresar a la revelación misma que Dios hizo de sí a Moisés: “Yahvé, Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad” (Éx 34, 6). Ese es el modo sublime y formidable en el que el mismo Dios se manifiesta, Él se revela poniendo al descubierto sus atributos esenciales. Todo emerge de un amor gratuito para con el género humano; por eso es misericordioso y clemente. En su teofanía se muestra siempre abundante de amor; es un depósito magnánimo de compasión. Es decir, Dios ve a los seres humanos como el padre de la parábola de Lucas: “siempre en la ventana, esperando por sus hijos”. Ese es el modo en que Dios se manifiesta, y por si eso fuera poco, confirma: “lento a la cólera y rico en amor”, nuestro Dios no es uno que permanezca siempre enojado por las acciones humanas. Por el contrario, es paciente y rico en amor. Eso es lo que permite que Dios sea fiel.

Sólo en el Dios clemente se puede creer

Esa es la única imagen de Dios en la que se puede fundar una fe. Es la única imagen creyente de Dios. Esa fe, no puede más que cambiar nuestro estilo de vida. Ya que quien se gloría de creer en un Dios con tales atributos no puede más que acariciar el deseo de albergar semejantes sentimientos en su corazón, y para con sus hermanos, ese es nuestro Dios, un Padre entrañable que siempre se relaciona con misericordia.







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |