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El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
Meditación al Evangelio 15 de noviembre de 2022 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Siempre me ha impresionado este relato de San Lucas donde nos narra el encuentro de Zaqueo con Jesús pero en este tiempo creo que tiene un sentido muy especial. Podríamos decir que nos presenta el mensaje central de todo su evangelio y de la misión de Jesús: “El Hijo del Hombre ha venido a  buscar y a salvar lo que estaba perdido”. Desde el comienzo de su misión nos ha anunciado que hoy se cumplen las palabras que anunciaban salvación y después en cada una de sus acciones se va manifestando cómo ha venido a brindar la esperanza, amor y perdón a todos los que estaban ciegos, marginados u olvidados por distintas razones.

¿Zaqueo olvidado y marginado? Las mismas actitudes de Zaqueo y sus palabras nos lo manifiestan así. Grande e importante por su poder y su dinero pero pequeño e insignificante porque necesita de riquezas que vengan a darle valor a su persona. Pero ahí precisamente está su equivocación. Ahí es donde ha perdido su verdadera misión y su verdadero objetivo.

Cuando propone restituir a todo aquel que haya defraudado, nunca imagina que su principal fraude es con él mismo y con su misión frente a Dios. Ha fallado en el objetivo y en la misión para la que fue creado y se ha entregado con dedicación a formar una “falsa identidad” que se sostiene en las cosas materiales cuando él fue creado para ser grande pues fue hecho para ser imagen y semejanza de Dios. Y ahí es donde tiene mayor sentido su conversión.

Precisamente lo que propone: dar generosamente, cuadruplicar lo que defraudó, es cuando empieza a entender que el amor trae más felicidad que el egoísmo; y que la generosidad proporciona más alegría que la avaricia. Ha hecho realidad lo que se había iniciado con una simple curiosidad. Ha abierto su casa y ha entrado Jesús, se ha sentado a la mesa y ha compartido con él la salvación. Ahora inicia ese proceso de conversión. Abramos también hoy nuestra casa a la presencia de Jesús. Miremos si hemos defraudado a alguien o si nos hemos defraudado a nosotros mismos e iniciemos el camino de conversión, el camino del  retorno para ser verdadera imagen de Dios.








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