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Sinodalidad en familia
Establecer objetivos comunes y objetivos personales y ponerlos en común para que logremos un equilibro familiar.


Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net



Sinodalidad significa caminar juntos, por eso digo que es muy fácil y necesario que haya sinodalidad en la familia, es decir que caminemos juntos siempre.

En la actualidad, la sociedad nos invita al individualismo y a que cada quien busque su desarrollo personal a costa de la familia, por eso es buen momento para tratar de caminar juntos como familia, aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Observa.

Es bueno que nosotros los papás estemos muy atentos a las características de cada uno de nuestros hijos y esto lo logramos observándolos en los diferentes momentos del día para conocer sus reacciones y su forma de actuar, por eso debemos buscar momentos para convivir con ellos.

Sé que en la actualidad, cada vez es más necesario que ambos papás trabajemos y no podemos pasar mucho tiempo con nuestros hijos, por lo que el tiempo que pasemos con ellos debe ser de mucha calidad y poner toda la atención posible para conocerlos bien.



SEGUNDO. Escucha.

Conforme van creciendo nuestros hijos, se va haciendo indispensable escucharles para saber sus necesidades y tratar de dales solución en familia.

La escucha abre las puertas del corazón de nuestros hijos, es por esto que debemos propiciar espacios para que expresen lo que sienten y nosotros aprendamos a escucharles con atención y mucho respeto, a pesar de que sus problemas sean pequeños, ya que para su corta edad pueden ser difíciles de solucionar solos.

Cuando nuestros hijos sean muy herméticos o tímidos, es necesario que nosotros les hagamos preguntas o propiciemos el diálogo para que vayan aprendiendo a expresarse.

Otro punto muy importante es que sepan comunicarnos sus sentimientos para que los podamos acompañar y que la familia entera comprenda los procesos por los que cada uno está pasando, así podremos caminar juntos hacia la solución de los problemas.



TERCERO. Acoge.

Una vez que escuchamos, ahora es necesario acoger en nuestro corazón lo que nos han dicho, es decir, que aprendamos a sentir con ellos, a hacer nuestros sus problemas para que buscar las mejores soluciones o realicemos acciones posibles y adecuadas a la edad de cada uno de los miembros de nuestra familia.

Cuando los hijos acogen el mensaje dado por los papás aprenden a obedecer con alegría, pues hacen suyo lo que papá y mamá les han pedido y porque comprenden que ellos tienen un papel necesario e importante en todo lo que pasa en la familia.

Cuando los papás acogen lo que los hijos les han expresado logramos entablar una conexión y un habiente de confianza y así es más fácil que ellos se abran y nos cuenten sus cosas.

CUARTO. Apoya.

Es importante que apoyemos a nuestros hijos sin asfixiarlos, es decir, dándoles la oportunidad de encontrar por ellos mismos soluciones a las diferentes situaciones de la vida cotidiana, pero siempre estando nosotros para apoyarles.

Todo esto siempre de acuerdo y en proporción a la edad de nuestros hijos y conforme vayan creciendo, podremos irles dando más libertad a la hora de tomar sus decisiones. 

Cuando hay una situación especial, es bueno que pongamos en común las acciones que se tomarán como familia para cada uno asuma su rol y caminemos juntos.

Y QUINTO. Ama.

La base de todo debe ser la caridad, es decir, el Amor. Es necesario que eduquemos a nuestros hijos para que sus acciones y reacciones estén basados en el Amor a los demás.

Cuando buscamos el bien del otro, nuestras acciones toman un rumbo diferente ya que lo primero es hacer el mayor bien posible, incluso cuando se trata de perdonar, ya que con el Amor es más fácil olvidar las ofensas, justificar y otorgar el perdón de corazón, logrando así restablecer la empatía y nos capacita para seguir caminando juntos.

Recordemos entonces que el Amor debe ser el motor que nos mueve e impulsa a caminar juntos como familia y que debemos poner primero los intereses familiares y hacer que los intereses personales apoyen y apuntales a la familia.

Es bueno así establecer objetivos comunes y objetivos personales y ponerlos en común para que logremos un equilibro familiar y revisar que todo esté regido por la caridad para seguir caminando juntos siempre.







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