San Junípero Serra
¡Ay de ustedes, guías ciegos!
Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net
¿Quiénes dictan las normas de conducta y comportamiento en nuestros tiempos? ¿Qué responsabilidades asumen y cómo se comportan ellos mismos? Con frecuencia quienes más exigen son quienes menos se comprometen y aportan. ¿Por qué Jesús tiene una actitud tan dura con los escribas y fariseos? ¿Por qué los ataca tan claramente poniendo en evidencia sus errores? Si unimos el pasaje de este día con la primera lectura que nos presenta el inicio de la Carta de San Pablo a los Tesalonicenses podremos encontrar un poco las razones.
San Pablo afirma que hace oración porque los cristianos sean fieles a la vocación que han sido llamados: que el Señor sea glorificado en cada uno de ellos. Los fariseos parece que han perdido el rumbo porque es cierto que buscan con ahínco nuevos discípulos, pero lejos de llevarlos a que den gloria al Señor, lo hacen con el propósito de tener más gloria propia.
Desvirtúan el sentido de la religión y lo convierten en cadenas que atan a sus seguidores de los cuales buscan sacar provecho propio. No es nada extraño que en la actualidad se maneje a las personas y se busque el propio beneficio. No es extraño que líderes políticos, religiosos o sociales, aduzcan beneficios comunitarios cuando lo que les interesa es solamente su provecho.
Éste es el motivo principal del reclamo de Jesús: la manipulación de las personas con apariencia de justicia, de religiosidad o de búsqueda de verdad. Desgraciadamente estas manipulaciones se dan en todos los órdenes desde la familia, la escuela, los grupos, las iglesias… ponemos de pretexto a las personas, pero se buscan los intereses personales.
Hoy tendremos que hacer una reflexión sobre nuestra propia vocación y la vocación de cada uno de los discípulos: glorificar a Dios y recibir la glorificación de Dios. Esto sólo lo podremos realizar si respetamos la dignidad de cada una de las personas, si buscamos su crecimiento, si conocemos sus aspiraciones y descubrimos en ellos una imagen de Dios.
Las críticas de Jesús contra los fariseos pueden ser para cada uno de nosotros, reflexionemos y respondamos con sinceridad a Jesús.