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Salmo 99: "Sirvamos al Señor con alegría"

Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y dispuesto, y dan fruto por su constancia
Meditación al Evangelio 20 de septiembre de 2025 (video)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.Net



Al escuchar la parábola del sembrador no podemos sustraernos a la evocación del ambiente agrícola de nuestros pueblos y comunidades. Sembrar siempre es signo de esperanza y de optimismo. Jesús con la parábola del sembrador explica el significado auténtico de su propia misión manifestándose como el verdadero Mesías pero no al estilo de lo que esperaban y habían imaginado. No ha venido a juzgar sino a salvar. No ha venido a recomponer lo desordenado sino a dar nuevo comienzo y nueva vida. Su tarea no es la de destruir sino de construir. De las diferentes formas en que podemos leer y explicar esta parábola es mirando sea el inicio sea el final. El final nos lleva a mirar los frutos que ha producido, el inicio nos señala la intención y la generosidad con que se inicia, para todos sin distinción, la siembra del Reino. Es la parábola de quien tiene fe en el éxito final, del optimista, del emprendedor. Así aparece casi más importante la siembra que la cosecha, pues sin siembra nunca se tendría cosecha. Jesús, el hombre de la Palabra, la Palabra hecha carne, se autonombra el sembrador. Es el hombre que en la siembra siempre hace despuntar la posibilidad de una nueva vida y unos nuevos frutos. Hoy en nuestro mundo tendríamos que reconocer esta presencia de Jesús que sigue sembrando con ilusión en todos los campos y en todos los lugares, aun en aquellos que a nuestros miopes criterios parecerían absurdos como pueden ser los caminos, las piedras, o las espinas. Hoy tendríamos que mirar la serenidad con la que siembra Jesús en todos los campos y llenarnos de su optimismo y de su esperanza para lanzar semillas de Reino a todos los espacios. Debemos sentirnos entusiasmados porque Jesús nunca ha cedido al fracaso sino sigue sembrando en todos los corazones. A veces ciertos discípulos suyos parecemos fracasados, insatisfechos, ¡aún antes de sembrar! Por el contrario tendremos que descubrir la alegría de sembrar sin mirar los resultados sino llenos de esperanza. ¿Somos nosotros sembradores de esperanza?

 







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