CIUDAD DEL VATICANO, 1 MAR 2009 (VIS).-En sus saludos en diferentes idiomas a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro para el rezo del Angelus, el Papa se dirigió a un grupo de trabajadores de la fábrica de automóviles italianos FIAT, de la localidad de Pomigliano d´Arco, en la provincia de Nápoles.

El Santo Padre afirmó que los trabajadores habían venido "para manifestar su preocupación por el futuro de esa fábrica y el de las miles de personas que, directa o indirectamente, dependen de ella para trabajar".

"También pienso -continuó- en otras situaciones igualmente difíciles, como las que están afligiendo a los territorios del Sulcis-Iglesiente, en Cerdeña; de Prato, en Toscana, y de otros centros en Italia y en otros lugares".

"Me uno -dijo Benedicto XVI- a los obispos y a las respectivas Iglesias locales al expresar mi cercanía a las familias afectadas por este problema, y las confío en la oración a la protección de María Santísima y de San José, patrono de los trabajadores".

El Papa alentó "a las autoridades tanto políticas como civiles, y también a los empresarios, para que con la colaboración de todos se pueda afrontar este delicado momento. Es necesario un empeño fuerte y común, recordando que hay que dar prioridad a los trabajadores y a sus familias".